Extraño Destino

Capítulo 1: Nueva Vida

- ¿Lucy Klein? -

- ¡Presente!- digo con un tono seco y desenfadado.

Otro aburrido día más en mi aburrida vida, con una aburrida profesora que pasa lista aún sabiendo que solo estoy yo como alumna ¿que más puedo pedir?

Era un viernes 2 de Julio en torno a las 9 de la mañana, os preguntareis que estoy haciendo en clase en un mes en el que todos los jóvenes están de vacaciones disfrutando con sus amigos de la brisa de la playa y sus aguas cristalinas, pues bien, mi madre había tenido la flamante idea de hablar con mi tutora Jennifer para que me diera clases de refuerzo durante el mes de julio así que ahora me encontraba encerrada entre cuatro paredes intentando prestarle atención a mi profesora, que lejos de ser divertida y amable no era más que una mujer mayor de carácter algo difícil.

- ¿Lucy estás atendiendo? ¿Lucy?

Me había centrado tanto en mis pensamientos y reflexiones internas que me había olvidado por completo de lo que me estaba diciendo, esto me pasaba muy amenudo, todo lo que me sucedía lo debatía con mi "yo" interno.

- Me he enterado de todo profesora - respondo con un pequeño hilo de voz.

Una idea vino a mi dispararada cabecita, saco del bolsillo del pantalón derecho mi móvil, estaban prohibidos en el instituto porque según los profesores nos distraemos demasiado, si por ellos fuera los móviles no existirían.

Levanto mi mano izquierda para poder hablar, nuestra tutora nos había dicho que era una forma de respetar los turnos de palabra.

- Me están llamando ¿puedo cogerlo?

Me mira asombrada, supongo que es porque tengo el aparatito encendido sobre mi mesa, asiente con la cabeza y salgo.

Obviamente había sido todo mentira, no aguantaba ni un minuto más su terrible charla sobre las células del cuerpo humano ¿que necesidad tenía de saber yo eso? Información inútil y que no sirve para nada.

Era buena estudiante, siempre había sacado unas notas excelentes, de hecho en mi antiguo instituo recibí un diploma a la mejor alumna, todo un orgullo en aquel tiempo pero al mudarme a Brístol todo cambió, me volví algo más insegura, miedosa, me asustaba cualquier mirada, una voz más alta que la otra o incluso el rechazo.

Camino de manera sigilosa por los desérticos pasillos del instituto, el silencio inundaba cada rincón del edificio llegando incluso a sentir un poco de pavor, abro la enorme puerta principal de color negro, tras ella se deja entrever un frondoso jardín con bancos dispersos por toda la zona.

Me tumbo sobre uno de ellos con la esperanza de que mi profesora no me pillara, apoyo mi cabeza sobre mis brazos colocados a modo de cruz y miro el cielo, hoy estaba especialmente bonito, los rayos de sol lucían con tal intensidad que incluso podía notar como penetraban por cada poro de mi piel.

Cierro los ojos y coloco sobre mis oído los auriculares, me encantaba escuchar música a todas horas, era una forma de evadirme durante un buen rato de mis problemas o asuntos que me preocupaban, era una vía de escape, mi vía de escape.