Parte IV

52 14 8
                                    

Que suerte la mia.

Camine hacía él único asiento desocupado que era detrás de ella, ella me mira y hace un gesto de sonrisa, yo le devolví él gesto todo timido y cedí sentarme.

Pude observar que todos la miraban raro, las chicas la miraban con cara de desprecio y los chicos se burlaban de ella, debe ser por que es nueva pensé yo.

Mientras él profesor daba la clase pensaba en cómo presentarme a dicha chica, en ese instante ella voltea y mi corazón se aceleró.

-Hola Don tropiezos, ¿Tienes un saca puntas qué me prestes? -Dijo aguantando las ganas de reír.

Puedo jurar que era la chica más tierna y hermosa que había visto nunca jamás.

-S-Si toma ojos de caramelo -Dije tartamudeando y enseguida tape mi boca por lo que había dicho dejando caer el saca puntas.

-¿Cómo me llamaste? -Pregunto ella con una sonrisa y algo sonrojada con mirada curiosa.

-No... Nada, no dije nada olvidalo- Dije todo apenado.

-¿Me llamaste Ojos de caramelo?-Dijo ella sonrojada y riendo suavemente.

Por un momento pensé... Es mi fin, lo he arruinado todo, seguro pensará que soy un psicópata.

-Ehm... Pues..

Si no quieren prestar atención se pueden retirar jóvenes -Dijo él profesor enojado antes de que yo pudiera terminar mi frase.

-Esto no se queda así Don tropezón -Dijo ella un poco sonrojada y sonriendo.

Salvado por él profesor, por los momentos supongo...

-Es-Esta bien -Dije con voz tímida.

Al salir de todas las materias la chica de ojos de caramelos se me acerca.

-Oye tropiezos, ¿Te gusta leer? -Preguntó ella.

-Sí, de hecho me encanta, ¿Por?-Respondí.

-Oh Genial, ¿Quieres... ir a la biblioteca conmigo...? Es que no conozco a nadie -pregunto y dijo ella moviendo un pie toda tímida y sonrojada.

-¿A qué? -Pregunté estúpidamente.

-A jugar con los libros -Dijo ella burlándose de mi tonta pregunta.

-Esta bien, vamos -Dije riendo ante su respuesta.

Al entrar a la biblioteca ella coge un libro de romance y yo cogí uno de misterios.

Ella recordó lo del salón desafortunadamente.

-Oye, ¿Por qué me dijiste ojos de caramelos?

Me sonroje y guarde silenció... Al parecer no me había salvado del interrogatorio.

-Sí no me quieres decir no hay problema -Dijo ella bajando la mirada usando psicología inversa en mí.

-Es que... Cuando nos tropezamos aquella vez y pude ver tus ojos me dije en mi mente que parecían de caramelo, Son lindos, brillantes y son tiernos, por eso te dije así... -Respondi y al instante baje la mirada hacía él libro que había cogido.

Ella se mordió él labio y se sonrojo...

-Nunca... Nunca nadie había dicho algo asi, ni hasta ninguno de mis exs -Dijo ella mordiéndose él labio y baja la mirada al libro.

¿En serio?, ¿Qué clase de exs había tenido entonces? ¿Cavernicolas?.

-Desde ese incidente he querido Conocerte formalmente, pero no sabía cómo, hasta llegue tarde a ver si me volvía a topar contigo... Pero lo único que conseguí fue un regaño de 5 minutos, después me enteré que él mejor amigo de mi hermana es tu hermano. -Dije riendo.

-¿¡En serio!?, así que la que estaba con Leo y contigo ayer era tu hermana? -Dijo ella sorprendida y luego soltó unas carcajadas.

-Sí esa misma, yo quede igual que tú al ver que él fue a saludarte. -Dije riendo.

Pude observar a la bibliotecaria mirarnos raro de tantas carcajadas que soltábamos era inevitable parar. Ella era divertida, su sonrisa era linda, sus ojos iluminaban todo él lugar y su voz... Su voz era espectacular, no me cansaria de estar todo el día con ella.

-Sabes... Te empecé a llamar así ya que por mi torpeza no pude oír tu nombre Ojos de caramelo-Dije riendo y ruborizado.

-¿En serio?, Yo te dije Don tropezón ya qué no me se tú nombre... -Dijo ella algo tímida y riendo.

-Me llamo Mathias Lasso, y estoy a sus servicios -Dije haciendo una reverencia de broma- ¿Y él tuyo? - Pregunté mientras reía.

Ella soltó unas cuantas carcajadas ante mi comentario...

-Pues... Yo me llamo...

Desde Que La Vi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora