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Después de una semana digamos que ya me estaba acostumbrando, despertar temprano, ir al instituto, poner atención, caminar a casa "sola", ir a ver a marie, comer con marie, leer,dormir. Y hacer lo mismo al día siguiente.

(...)

Al llegar al instituto, en mi auto porque Catrina ya tenia quien pasará a recogerla, note que era demasiado temprano para mi primera clase que era leyes la verdad esa materia no me interesaba mucho así que decidí hacer una parada en una plaza que quedaba cerca.
Al bajar del auto note que hacía un poco de frío y yo no llevaba abrigo y decidí entrar en un lugar donde vendían cafés, la verdad no estaban muy buenos pero si estaban muy caros y apostaba que marie los hacia mejor y ella no me cobraba.
-Hola Tara.- su voz me puso muy nerviosa más que de costumbre, al verlo note que mi profesor de geometría estaba hablándome, pidiendo permiso para sentarse a mi lado.
-Hola profesor charls.
-sólo dime Charls.
Empezamos a platicar de él y de mi, no había duda si antes lo veía perfecto ahora lo veía como un ángel. Por lo que me platico sólo tenía 26 años; sólo era mayor que yo por 9 años no era mucho, también me platico que acababa de terminar una relación, que vivía solo, yo hice lo mismo le conté cosas de mi vida y una que otra sólo decidí excluirla.
Ya era hora de las clases y él se ofreció a llevarme en su auto aunque no estaba muy lejos del instituto y aparte yo traía mi propio auto pero como demonios hiba a negarme a ir en su auto, simplemente no podía.

Llegamos y al bajar del auto note que todos nos miraban como si estuviéramos cometiendo el más grande delito yo sólo ignore como ya lo venía haciendo. Entramos y al llegar al aula de leyes vi que aún no comenzaban las clases así que tuve opción de tomar cualquier asiento, me senté justo aún lado de la ventana. Cuando sonó la campana entró una chica que me sonrió y yo le devolví la sonrisa; al término de la clase me dirigí al comedor, me senté en una mesa y ya estaba dispuesta a comer cuando de pronto sentí miradas clavando me todo el cuerpo, al levantar la vista note que un grupo de chicas uniformadas me mataban con la mirada.
-tú, Lara quítate de nuestro lu...- interrumpi -mi nombre no es lara, mi nombre es Tara- lo dije en un tono que Hasta la persona mas estúpida que por lo que veía la tenia enfrente lo entendería.
Para no discutir y hacer que la chica nueva osea yo llamará la atención decidí alejarme total era un maldito lugar y yo no era un chimpancé para pelar por el. Camine con mi emparedado en la mano Hasta que note que el profesor Charls me invitaba a comer con él en su aula. Asentí con la cabeza y entre. El almuerzo se fue entre chistes y risas. Esto no podía pasar me estaba empezando a gustar mi profesor de geometría.

(...)

Al término de clases tuve que caminar hasta la plaza donde había dejado el auto y ya que pasaba por ahí pensé en ir a comprar una pizza. Entre a la pizzeria y pedí una mediana por si Catrina quería. Al salir de la plaza me dirigí al auto y cuando estaba a punto de arrancar escuche unos gritos no tan alarmantes pero no dejaban de ser unos gritos desesperados. Salí rápidamente del auto y me dirigí hacia donde se escuchaban los gritos vi a una chica tratando de zafarse de un tipo alto, delgado y greñudo para ser honestos su aspecto no era muy agradable, en fin ami nadie se me hacia agradable. Al ver como trataba a la chica no dude en meterme.
-SUELTALA- fue lo único que salio de mis labios él siguió y no dude en darle golpes al fin la clase de boxeo había servido, le di un golpe en la entre pierna - no vuelvas a maltratar a una mujer, gilipollas- grite llamando la atención de todo el mundo, mire a la chica, cuando me di cuenta de que era la misma chica que me había sonreído en la clase de leyes. La mire y me miró y sólo corrió yo fui detrás de ella y le dije que la llevaba a casa. En el camino nos comimos la pizza y me contó cosas de su vida y yo hice lo mismo, en cierto grado me sorprendía yo misma, había permitido que personas que no conocía muy bien supieran algo de mi vida, ella me contó que su novio Brayan la maltrataba y por mas que se ocultará el la encontraba.

Desde ese día Lorent se convirtió en mi mejor amiga.

SÓLO SOMOS ESTÚPIDOS HUMANOS AMANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora