Capítulo II

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—¡BaekHyun! —El aludido rio alegremente cuando escuchó a su abuela regañarlo.

Ambos amasaban para hacer pan, aunque él solo miraba y era su abuela la que hacía todo el trabajo, pero no por eso no tuvo oportunidad de meter las manos en la masa o entre la harina, aprovechando así cualquier ocasión para ensuciar a la vieja mujer, quien lo regañaba y lo ensuciaba de vuelta.

—¡Baek! —Se dio vuelta hacia la ventana con una sonrisa porque estaba feliz principalmente, no porque ChanYeol fuese quien estaba del otro lado del marco.

Ya pasaron más de dos semanas desde su llegada y todo fue un caos para su estado físico y mental. Su cuerpo estuvo tan cansado que incluso dormía con todo aquel frío que tenía que cargarse durante las noches.

A pesar de que ChanYeol siguió quedándose en su habitación con la aparente excusa de que ayudaba a su abuela, él jamás volvió a tocar la piel del alto, pero maldición, cuánto quería hacerlo.

BaekHyun juraría que nunca antes su vida fue tan dura como en aquellos momentos. Tuvo que hacer miles de cosas que le ordenó su mierda de jefe. Maldición, si incluso tuvo que dejar que le tocara el culo, aunque solo fue para ayudarlo a que alcanzase la puta fruta del árbol. Sí, por supuesto que sí, solo para alcanzar la puta fruta...

—¿Vienes conmigo? —Irían a la feria del pueblo para comprar algunas cosas, ChanYeol se lo dijo la noche anterior mientras él estuvo arropado entre las sábanas.

Se despidió de su abuela con una rápido beso en la mejilla y después de limpiarse las manos se aseguró de tomar el papel que dejó la mujer sobre la mesa, en el cual escribió las cosas que debían comprar.

—¿Iremos sobre Eyes? —preguntó un poco espantado una vez que salió al patio y se encontró con ChanYeol—. ¿No tenemos una bicicleta o algo?

El chico se miró un momento y de primeras pensó que le diría alguna broma pesada o algo, pero se sorprendió bastante cuando el otro dio un paso hacia él para luego pasarle cuidadosamente el dedo pulgar por una de sus mejillas. Frunció el ceño, dispuesto a enfadarse, pero el chico alejó la mano y la elevó para que viese el dedo manchado con el polvo blanco.

—Tenías harina.

Volteó la cabeza un poco incómodo hacia la entrada de la casa, encontrándose así con su abuela cruzada de brazos mientras sonreía. Ella y BaekHyun se hicieron muy cercanos desde su llegada.

—Ahora sube.

Frunció el ceño hacia el campesino y gruñó. Porque sí, independiente de la mierda que hiciese ChanYeol, el tipo seguía siendo un bastardo.

—¿Cómo esperas que suba? No sé hacerlo y la última vez que lo intentamos terminé sentado sobre... —Se calló en ese instante y suspiró para mirar a su abuela, quien parecía bastante entretenida a lo lejos y él solo quiso desaparecer.

—Te enseñaré cómo debes afirmarte —dijo el chico entre dientes.

BaekHyun no pudo hacer más que darle una oportunidad, después de todo sabía que ese era el único tipo de transporte que tenían.

Una vez que ChanYeol paró de hablar, él tomó las dos cuerdas y se puso de cara al brilloso pelaje del animal. Unas grandes manos se posaron sobre su cintura con cuidado, pero estas no hicieron ningún esfuerzo por levantarlo.

—Tendré que tocarte el trasero. Pido disculpas de antemano. —Se sobresaltó cuando escucho la profunda voz de ChanYeol sobre su oído, aunque este no le dio mucho tiempo para pensar cuando finalmente lo elevó y él se puso a chillar. Escuchó a su abuela reír desde lejos y los gruñidos de ChanYeol por debajo de él.

Pagando las tarjetas de papá • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora