Día #2: Mimar

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- Que cansado... - Se quejo el de cabellos rojos bañado en sudor echándose en el sofá de su casa seguido de Aomine

- Que poco aguante tienes Kagami - Rodó los ojos Aomine riendo por las respiraciones rápidas de su acompañante, sentándose a su lado en el sofá

- Callate es tu culpa, te dije que el entrenamiento fue duro y me retas - Le miro enojado con brazos cruzados y con un leve puchero en su rostro

- ¿Que quieres que haga? ¿te doy un masaje? - Le miro pícaramente pasando sus manos por el cuerpo de Kagami, tratando de acercarse

- Sueltame pervertido - Le pego en la palma de su mano recargándose en su novio - No quiero un masaje, solo...dejate ser almohada - Se acomodo en sus piernas cerrando los ojos tratando de regularizar su respiración, no lo admitirá pero Aomine era realmente cómodo

- De acuerdo - Rodó este sus ojos zafiro admirando a su pareja, su lindo cabello rojizo brillante con ese peculiar cambio de tono, no dudo nada en llevar su mano para poder acariciarlo

Kagami abrió sus ojos de inmediato diciéndole con la mirada que no intentara algo raro - Basta, pervertido - Cerro sus ojos de nuevo relajando su expresión

- Bah, que duro eres tigre, solo te estoy mimando - Respondió este acariciando mas lento sus cabellos

- Basta - Bufo aunque en realidad se sentía demasiado bien y no quería que parará

- Ya deja de quejarte - Esta vez llevó su mano a las curiosas cejas de su pareja delineandolas con sus pulgares

Escuchando como Taiga soltó un leve suspiro, relajando su cuerpo

Aomine esta vez delineo las mejillas de Kagami que eran muy suaves a decir verdad

- Daiki...siento como te estas poniendo duro, basta - Se quejo abriendo esos perfectos ojos escarlatas para mirar al moreno

- Taiga - Le llamo - ¿Porque eres tan perfecto? - Cuestionó aun tocando sus cabellos con ternura

- Yo no soy perfecto, idiota - Se sonrojo ante las repentinas cosas que Aomine podía llegar a decir de vez en cuando

- Claro que si lo eres - Insistió este acariciando mas lento sus cabellos

- Basta - Bufo aunque en realidad se sentía demasiado bien y no quería que parará, además de que le hacia sentir muy tranquilo

- Sabes que no lo quieres... - Le reclamo ofendido esta vez delineado los pómulos de su pareja con su dedo índice estos eran muy suaves y algo regordetes igual que sus mejillas

Lo cual fue demasiado para el y no pudo evitarlo

- ¡Hey! ¡Ahomine! ¿¡que rayos crees que estas haciendo?! - Se quejo este al sentir los dedos morenos pellizcar sus mejillas lo que le hizo perder su tranquilidad

- ¿Que parece que hago Bakagami? - Sonrió pellizcando las infladas mejillas de este mirándole divertido

- Basta. - Ordenó haciendo un puchero, inflando sus mejillas viéndose muy tierno a los ojos de Aomine

- No~ - Se opuso ligeramente a las ordenes de Kagami viendo como este se sentó en el sillón, aun con sus dedos en sus mejillas

- Daiki, deja mis mejillas o te juro que... - Se quedo mudo al ver que no tenia una manera valida para defenderse

- ¿O si no que tigre? - Le miro curioso, y cuando menos lo pensó los dedos de Kagami aprisionaron sus mejillas pellizcandolas - ¡Bakagami! ¡no hagas eso! - Se quejo casi al instante, por inercia pellizco mas fuerte al de cabellos rojos

- ¡Suelta mi cara Ahomine! - Seguía el de Seirin poniendo resistencia ante la necedad del de ojos zafiro para dejar en paz sus mejillas

- Tu hazlo primero - Le desafío Daiki acercando mucho su rostro al de Seirin

- No, hazlo tu primero - Se negó el de cabellos rojos

- No, tu

- ¡Que no! Tu primero

Así fue como ni Kagami ni Aomine soltaron las mejillas del otro y de tanto discutir terminaron dormidos así aun sin dejar de pellizcar al otro

30 Días De OTP [AoKaga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora