Capítulo 1: Un día común

401 24 0
                                    

*Narra Emily*

Sueño, frío y hambre. Es en lo único que puedo pensar caminando por un callejón cuando son las 3:00am en la isla de Manhattan. Se pueden estar preguntando qué hago despierta a esta hora, y por qué no estoy en mi casa con mi familia o algo así. No, no soy una prostituta, soy la hija del traficante y proveedor de drogas y armas de toda la isla. Así es, Ricardo Banderas es mi padre. Soy su única hija, su único familiar. Todos los demás murieron por diversas razones, incluyendo a mi madre, que falleció en un accidente automovilístico cuando yo tenía 8 años. Pero eso ya es historia de hace 10 años atrás. Es mi último año en la estúpida escuela Mason High, donde no soy Emily Banderas. Soy una chica que ama los libros, y cosas por el estilo. Una nerd que no se mete en problemas. Lo más probable es que si no fuera hija de Ricardo es que yo fuera así. Pero me criaron de una forma donde todo el mundo es el enemigo, el amor no existe, las pistolas son reales y lo que ves en las películas de acción es cierto. Desde pequeña aprendí más de 40 formas de defenderme, incluyendo yudo, karate, taekwondo y kick-boxing. Sé cómo usar todo tipo de armas y cómo usar mi "encanto femenino" para conseguir más clientes. Si tienen la duda, no, no soy virgen. Me violaron a los 15, cuando el tipo terminó, trató de dormirme con cloroformo, me desató pensando que estaba dormida, tomé un fierro y lo golpeé hasta la muerte. Mi padre se encargó de la limpieza. Puedo decir que fue mi primera vez matando y mi primera relación sexual. De ahí en adelanto no he vuelto a hacer ninguna de las dos cosas.

-El gato no está en casa.- Esa es la clave para cuando tengo que hacer las entregas de mi padre. Cuando yo entrego, me quedo con el 70% del dinero, así que se puede decir que tengo un muy buen estado económico.

Un chico abrió la puerta y sonrió. Me dio un paquete con billetes y yo le pasé la metanfetamina. 5.000 dólares no está nada mal. Después de todo era un encargo bastante grande. Comencé a caminar a mi auto, un BMW i8 negro que dejé estacionado en un hotel, pero algo me impidió seguir caminando. A seis metros de distancia, vi cómo un chico de mi edad violaba a una chica. La sangre en mis venas hirvió, mi padre me dijo que si veía algo así, tenía que salir de ahí inmediatamente. Pero no pude. Llegué al lado del chico mientras la chica pedía auxilio.

-Ey tú, ¿por qué no la dejas ir? Tuviste suficiente, ¿no?- El chico me miró y sonrió de medio lado. Tenía una cicatriz en el ojo y su boca estaba sangrando.

-¿Por qué? ¿Quieres unirte a la fiesta?- Negué riendo.

-No amigo, la voy a reemplazar.- La chica comenzó a llorar y me miraba con agradecimiento. Cuando la vi mejor, era una de las chicas que me molestaba en la escuela. Mi mente pedí a gritos que la dejara ahí, tirada. No era su primera vez, por qué ayudarla. Maldita empatía.

-Desvístete entonces.- Lo miré intrigada.

-¿No la vas a soltar primero? Si es así no hay trato, pero debo decirte que puedo darte mucho más que esta pequeña zorra.- La miré con una pizca de perdón en mis ojos. Ella no me vio porque sólo lloraba.

El chico desató a la chica y le tiró una chaqueta. Le dijo que si le decía a alguien que esto había sucedido, iba a matar a toda su familia. Es típico de los violadores cobardes.

-Bien, es tu turno.- El chico se volteó y me sonrió de medio lado. Me quité la chaqueta y la camiseta, mostrando mi sujetador. Me comencé a acercar lentamente y cuando estaba lo suficientemente cerca, le clavé un cuchillo en la pierna. El chico me miró horrorizado y enojado a la vez.

-Debería ir a Hollywood a probar mi suerte en la actuación. ¿Te digo qué es lo que más me molesta de los tipos como tú? Son unos cobardes. Amenazan y siempre terminan tras las rejas, o muertos. Me das asco.- Me volví a poner la camiseta y la chaqueta, tomé el cuchillo y lo saqué con fuerza. El chico gritó de dolor y a pesar de que quería vomitar por la sangre que había, me di la vuelta y lo miré. -Si te encuentro haciendo lo mismo, no tendrás suerte amigo.-

El InalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora