Louis siguió corriendo, asustado y muy confundido por lo que había pasado, ¿en verdad se había alimentado de aquella pequeña niña? De entre todos los hombres y mujeres que pudo haber elegido como su víctima segura, como el sacrificio humano para saciar su ferviente hambre de sangre, había elegido a esa dolida niña que aguardaba el regreso de una madre a la que la enfermedad ya se había llevado hacia tiempo, de entre todos los crueles bandidos que podían deambular por la América colonial su blanco tuvo que ser esa pequeña niña, y la culpa lo corroía entre mas pensaba en lo bien que se había sentido alimentarse de ella.
Después de su estricta dieta de ratas, gallinas y diversos animales que se perdían de casas y llegaban a sus manos, la sangre humana se sentía tan tibia, tan poderosa, jamás, desde el fatídico día en que fue convertido a esta cruel bestia, se había sentido tan fuerte y tan lleno de irónica vida, y eso lo mataba.
Y no solo era el haberle arrebatado la vida de esa inocente y confiada niña, era la expresión de Lestat al verle sostener el flácido y pálido cuerpo de la niña cuya alma parecía escapar entre los dedos del vampiro de ojos ambarinos, esa maldita expresión de haber ganado una apuesta consigo mismo, esa descarada risa, burlándose de la forma en que finalmente sus instintos primarios de vampiro habían reinado por encima de su moral humana que con tanto empeño había mantenido.
Corrió sin dirección aparente, solo quería alejarse de aquello, aunque el dulce sabor metálico de la sangre en su boca lo perseguiría a donde fuera, y la adrenalina de la desesperación lo hizo detenerse en una casa abandonada, rogando por que hubiera algún gato lento o una rata grande a la cual sacarle todo ese liquido vital con el cual podría enjugarse la boca, pero no había nada, ni un murciélago, ni un perro moribundo, ni un ave herida que hubiera entrado por la ventana en la habitación superior de esa deshabitada y maltrecha casa.
Aun así Louis se pudo dar un tiempo para tomar aire fresco, frio y nocturno aire que lo tranquilizaba de una manera que solo su clase podría entender. Pero no podía relajarse, aun cuando un vampiro tiene la obligación natural de alimentarse de cualquier humano suficientemente tonto o lento para caer en sus brazos, el no se sentía a gusto, no podía dejar de pensar en su verdadera hija, en una niña que pudo haber tenido la misma edad que aquella que acaba de matar, y volver a pensarlo solo le da nauseas y un increíble dolor de cabeza que lo hace gritar por la ventana de aquella gran y vacía habitación superior.
-No grites tan fuerte...- escucho a sus espaldas Louis, y se estremeció bruscamente para girar en su lugar y poder buscar en las profundas sombras quien le hablaba, aunque tras escuchar esa voz no había mucho lugar para la duda. -...despertaras a los vagabundos que duermen abajo y no podré comérmelos a todos yo solo.- dijo Lestat con expresión relajada y a la vez triunfante, a lo que Louis respondió con una mueca de profundo odio. –Oh, es cierto...— continuó Lestat para provocarlo. —... ahora podrás ayudarme a hacer el trabajo sucio. — Lestat comenzó a reír al terminar su oración, esto era precisamente lo que Louis quería evitar, que Lestat quisiera seguir burlándose de él hasta el cansancio.
—Solo vete. — le gruñó Louis entre dientes, y volvió a mirar hacia la ventana para observar la luna e ignorar al vampiro rubio que estaba de pie tras de él, con aquel impecable traje azul eléctrico apenas manchado de sangre en las mangas y las solapas.
—No me voy a ir.— dijo con caprichosa decisión al tiempo que miraba el poco iluminado cuarto, en el cual solo había un sofá muy viejo, una cómoda de madera a punto de venirse abajo por las termitas, y un montón de costales dispersos por el suelo. —Y tampoco quiero que tú te vayas. — agregó Lestat sin mirar a Louis realmente, pero asegurándose de que lo hubiese escuchado.
—No voy a regresar Lestat. — le informó casi susurrando. Su furia se había convertido rápidamente en algo que le oprimía el pecho y le impedía hablar, era quizás lastima, quizás miedo, posiblemente también tristeza. –Déjame solo— concluyó.
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Vampire Madness
FanfictionVampiros de diversos lugares, eras y realidades, con diversos gustos y formas de ser... espero que les gusten estas historias de diversos géneros. Todos los derechos de los personajes aquí utilizados pertenecen a sus respectivos autores.