Segundo poema de Inocencia Clandestina

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Cuando nos conocimos...

Como si nada, de la nada misma

que significa para nosotros

muchas veces esa muchedumbre

que a diario nos rodea,

y sin saberlo, sin esperarlo,

sin planearlo,

de repente,

casi por milagro en una cita corriente,

en un lugar cualquiera,

mis ojos se vieron invadidos por tu mirada,

y mi piel recibió el mensaje de tu piel,

y tu boca invadió la mía en un beso que no olvido,

y así de repente, de no ser nadie para mí,

de nunca haber tenido el mas mínimo indicio de tu existencia,

te apareces en mi vida e inundas mis sentidos de todos tus encantos,

y así con cada mirada,

con cada respiro del aire que envolvía nuestros cuerpos,

te fuiste transformando en un nombre y una imagen...

Ya no eras nadie, empezaste a ser tú para mí.

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