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Melysa:

Domingo por la mañana genial me encantan los domingo no hago nada literalmente nada, paso el día en mi habitación durmiendo, viendo TV, leyendo, escuchando música, lo que sea hago lo que quiera.

Al levantarme de la cama fui al baño cepille mis dientes me di una ducha y me puse un vestido suelto que me llegaba un poco mas arriba de las rodillas, peine mi cabello (cosa que rara vez hago) me vi en el espejo y realmente necesito retocar el color azul de mi cabello. Baje a la cocina para buscar algo de comer, tome unas oreos mantequilla de maní y chocolate un buen desayuno, en los países europeos desayunan así ¿porque yo no? jajajaja. Subí a mi habitación encendí m pc y me acorde que mi madre no había dormido aquí así que fui a su habitación para ver si ya había llegado, para mi sorpresa no había llegado aun. Me fui a mi cuarto y me puse a ver mis redes sociales y a desayunar, cuando termine baje tome agua y cuando me encontraba subiendo las escaleras llego mi madre.

-¿Se puede saber porque estas llegando a esta hora?-pregunto molesta-son las 9:55 am mama.

-¿¡Pero quien te estas creyendo que eres tu!?-dice ella molesta también-yo soy tu madre y ya soy grande para hacer lo que quiera.

-¡Me dejaste todo el día de ayes sola okey, y ahora en vez de llegar temprano no llegas a las 9:55 am!-digo por que es cierto-¿crees que es justo?

-¿Bueno Melysa que te sucede?

-¿Sabes que? Creo que será mejor que me vaya a vivir sola.

-Pues hazlo ya tienes 18.

-Eso hare.

Subí a mi habitación y me puse a ver sitios en internet para ver si encontraba un lugar para vivir, seguro ella creerá que no lo decía en serio pero si que lo hice, encontré una pequeña casa bonita a unas cuantas cuadras de la casa de mi padre, y decidí ir a verla. Me bañe, me puse una franela verde manzana, un pantalón negro, mis converce negros y me fui sin avisar. Cuando llegue al lugar que dan la información sobre las ventas de las casas una chica amable me atendió:

-Buenos días ¿en que la puedo ayudar?

-Buenos días-respondo con una sonrisa-vi en internet una casa que venden aquí.

-Oh claro-dice con una sonrisa-es por aquí.

Caminamos por el conjunto residencial y llegamos a una casita linda, pero la que yo había visto estaba al lado de esa, le indique a la chica que era la otra y ella asintió y entramos a la que yo había visto. Estando adentro se veía espaciosa para una sola persona pero era agradable, la cocina era hermosa, la sala comedor estaba muy bien ordenada, al subir las escaleras te encontrabas con un baño, habían dos habitaciones una de ellas tenia baño, el jardín era hermoso, me gusto mucho la casa.

-¿Y que le pareció la casa señorita?-preguntó la chica-.

-Pues la verdad me gusto mucho-digo porque es cierto-y puedes llamarme Melysa.

-Oh que bueno...Melysa.

-Vendré en un par de días para hablar sobre la compra de la casa.

-Aquí estaré-afirma ella-.

Al irme decidí pasar por la casa de mi padre para poder hablar con él sobre la compra de la casa, no tengo mucho dinero ya no trabajo solo estudio el entenderá, o eso espero. Cuando llegue a su casa el estaba en el jardín fumando.

-Papa hola-digo tímidamente-.

-Melysa hija que haces por aquí-dice el asombrado-¿a que se debe tu visita?

-Bueno papá quería hablar contigo sobre algo.

-Ven entremos.

Entramos a su casa me ofreció galletas y chocolate caliente, nos sentamos en el mueble y comencé a contarle lo planeado. Termine de hablar y él no lo podía creer pero.... Me dijo que me daría el dinero para comprar la casa, con la condición de que yo sería responsable de los gastos de la casa como estoy en último año me tendré que conseguir un empleo de medio tiempo, eso mientras culminan los dos últimos meses de clase.

Me fui a casa y para cuando ya me encontraba dentro de ella me di cuenta que mi madre no estaba, genial, me fui a mi cuarto y pasé todo el día allí. Al caer la noche mi madre llegó comimos y nos fuimos cada una a nuestras habitaciones.

Tobías:

Como detesto los domingos por la mañana, son tan aburridos en mi casa no hacemos nada, solo veo tv, juego con mi play y básicamente pasó todo el día así. Esta mañana me levanté prendí el televisor fui al baño tome una ducha larga, baje tome mi desayuno y me extraño mucho cuando mi padre me pidió hablar con él a solas:

-Tobías hijo....tu madre y yo hemos estado pensando mucho-dice bajando la mirada al suelo-que tal vez tu....

-¿Papá por favor puedes llegar al grano?

-bueno hijo es que nosotros creemos que es mejor si tu comienzas a trabajar con nosotros en la empresa.

-¿Te costaba mucho decirme eso?-digo con una risa-claro que está bien papá por favor.

-Ha bueno hijo-ríe-no sé pensé que no te iba a gustar la idea.

-Claro que me agrada la idea.

-Bueno hijo arréglate iremos a la compañía y te enseño como funciona todo.

Subí a mi habitación me cambie, tome mi celular y mi padre y yo nos fuimos a la compañía. Mientras íbamos en el auto volví a ver a la chica de los cabellos azules, esta vez era de día y la pude ver mejor, es hermosísima.

Cuando llegamos mi padre me llevó a su oficina, me enseñó cómo se maneja el negocio, mi padre tiene una de las mejores compañías ensambladoras de autos, yo sería en encargado de supervisar la salida de los autos. Pasamos toda la tarde en la compañía, al salir de allí nos dirigimos a la casa.

Cuando llegamos mi madre estaba en la sala sentada en un sillón viendo su celular, al ver que estábamos allí se levantó del sillón y nos preguntó mirándonos con intriga a ambos:

-¿Que tal les fue?

-Genial-contestó mi padre con alegría-¿porque no nos sentamos a comer?

-¡Si muero de hambre!-digo haciendo una mueca-.

Nos sentamos a comer, hablamos sobre lo que hicimos en el día y luego fuimos a la sala y vimos una película. Cuando terminó nos fuimos cada uno a nuestra habitación, yo me di una ducha y me acosté a dormir.


El Imbécil de mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora