Mi dulce familia.

segundo capitulo.

Los años pasaron trate de vivir sin pensar que el día de mi cumpleaños todo era mala suerte pero al parecer pensar no es suficiente, año tras año, cumpleaños tras cumpleaños, moría un ser querido, es duro saber que tu cumpleaños es el por día del año, en mi cumpleaños número 13, murieron mi papá, mi abuelo, mi abuela y mi hermana, el peor día de todos, estuve una semana en la casa de mi familia solo, sin nadie, sin amigos, sin familia. Siempre me los imaginaba, recordando cómo eran, como hablaban, como se reían a tal punto de que mi mente me hacía creer que los tenia parados a mi lado, bueno, eso decía yo, comencé a ir otra vez al colegio, pero no solo, cada día me acompañaba un familiar diferente, no me molestaba ni me aterraba como lo harían otras personas, en realidad era muy agradable, los años siguieron pasando, comencé a hablar con más gente, a socializar, conocer chicas, que era algo raro en mi porque no tenía la costumbre de hacerlo.

Gracias a eso conocí a la mujer más hermosa, cariñosa, amable, inteligente y adorable del mundo que gracias a Dios en la actualidad es mi esposa, gracias a ella me olvide de todo lo malo de mi vida y todo lo que me había pasado pero eso me duro muy poco. Yo quería darle lo mejor del mundo pero por mi situación económica no podía, la lleve a vivir a la antigua casa de mi familia que es donde he vivido toda mi vida, a ella no le importaba solo quería estar conmigo y hacerme feliz.

Pasaron algunos meses desde que nos mudamos a mi casa, toda estaba normal, nos estabilizamos económicamente, acomodamos la casa que estaba en malas condiciones y todo eso. Mi esposa conoce todo mi pasado y ella sabe que no me gusta mi cumpleaños pero ella quería borrar todo eso de mi mente y quería que yo disfrutará y me preparo una fiesta sorpresa, yo me sentía terrible por dentro porque sabía que ella estaba malgastando su tiempo pero no se lo podía decir, la hice sentir que me gustaba mucho lo que me hizo. Ella había comprado el pastel por que no sabe prepararlos, cuando lo probé, me vinieron muchos recuerdos a la mente. Mi padre, cuando estaba aburrido se ponía a hacer pasteles y todos le quedaban con un sabor único y especial y lo que me hizo recordar esto fue el pastel que mi esposa compro, el sabor era idéntico al que hacia mi padre, al momento me asuste porque nadie sabía la receta de mi papá pero como siempre, no le preste mucha atención.

Al día siguiente, mi esposa estaba en el hospital, el doctor que la examino me dijo que era por envenenamiento y me pregunto que había comido y le dije que lo último que habíamos comido era el pastel que ella misma compro, el doctor sabía que yo también lo había proba y me pidió examinarme pero extrañamente yo no tenía ningún síntoma. Pasaron 3 semanas, mi esposa ya estaba de vuelta en casa, las noches siguientes luego de su regreso no pude dormir, algunas veces me metía en el cuarto donde dormía cuando era pequeño y me sentaba en la esquina donde me ponía a recordar a mi familia y en esos precisos momentos los escuchaba y los veía, como antes, Pero al parecer ese no era el único lugar, mi esposa me decía que escuchaba música en el baño sin ella poner nada, específicamente, jazz, la cual era la música que mi abuelo colocaba cuando se iba a bañar, en el momento no se lo dije pues sabía que se iba a asustar, lo único que le dije fue que eso era muy raro, los días siguieron pasando y las cosas se tornaban más extrañas

El siguiente evento fue el televisor, se prendía justamente a las 10:20 p.m. la cual era la hora en la que comenzaba el programa favorito de mi abuela, el siguiente suceso fue que en la cocina se escuchaba pasos de baile y yo de inmediato me imagine a mi hermana que siempre se ponía a practicar en la cocina sus pasos de baile para la academia de danza a la cual ella asistía pero el suceso que más me asombro y que no me hizo recordar a nadie de mi familia fue que cada mañana a las 9:00 a.m. para ser más específico, todas las habitaciones se arreglaban y se limpiaba como por arte de magia, todos esos sucesos siguieron apareciendo y no podíamos hacer nada, mi esposa y yo siempre hablamos de mudarnos pero aún no tenemos capital para hacerlo y nos tuvimos que acostumbrar a vivir con todo eso.