Camino a la nueva casa

221 20 0
                                    

Un espeso sonido rítmico tapaba el vaivén de la naturaleza. En pleno campo, con una extensa planicie por delante, el ruido de un motor y música actualizada reinaban por el silencio de entre la flora y fauna. Un costoso y moderno coche era el causante. Corría a velocidad cauta, deslizándose por la recta carretera. Dentro de este se encontraban los dos youtubers; Vegetta777 (Samuel de Luque) y su compañero WillyRex (Guillermo Díaz ). Este último era el conductor, y se estaba tomando el trayecto con sosegada calma. Su amigo, Vegetta, en cambio, padecía una irremediable ilusión que se mostraba con una sonrisa enérgica y un aire dicharachero. No era para menos, pues ambos se encaminaban a empezar una nueva etapa. Cambiaban de piso y de lugar. Vivir juntos les supuso una experiencia ampliamente complaciente por lo tanto decidieron repetir tales aventuras.
Sus amigos y familiares más cercanos no pensaban que al volver de la otra punta del mundo volviesen a compartir piso, dada por finalizada aquella etapa, pero para sus sorpresas aquellos dos eran como imanes, muy difíciles de separar.
El camino era largo, la noche caía, culpa del retraso con el que partieron, y es que, aquí el mismísimo copiloto había olvidado poner a cargar el GPS, que era más que necesario, y ahora por culpa de ello, el día cerraba mucho antes de que ellos pudiesen llegar al destino.
Ya eran las diez de la noche y aún les quedaban dos horas por delante. A Guillermo se le cerraban los ojos cosa que le había hecho ir mucho más despacio, y Samuel ya iba por su quinto sueño. De pronto, un estruendo despertó del todo a ambos muchachos e hizo que el joven parase el coche a un lado, aunque parecía que si lo hubiese detenido en medio de la carretera, no iba a molestar tampoco a nadie. Willy bajó para comprobar como la rueda delantera derecha estaba hecha polvo, pinchada era decir poco.
- ¡Me cago en todo lo cagable, chaval!
- Pues cambia la rueda compañero, si quieres te ayudo. -comentó despreocupado su acompañante, que asomaba la cabeza por la ventanilla presenciando la escena.
- Ya, el problema está en que gasté la de repuesto el lunes, pensaba reponerlo una vez allí. Yo que sé, estas cosas suelen pasar contadas veces, no doscientas veces a la semana, macho.
- ¿Y no tienes el número de una grúa?
- Em...Sí, mira en la guantera, mi padre me dio unas cuantas tarjetas de grúas y mecanicos y esas cosas, alguna debe haber.
El mayor sacó unas seis tarjetas y se quedó con una.
- La he encontrado. Voy a llamar.
Hola, buenas noche, disculpe querríamos una grúa, no tenemos rueda de recambio y....sí...entiendo, ya bueno miré es que nosot...de acuerdo, gracias.
-¿Qué te ha dicho?
- Que llame luego que ahora mismo no nos pueden ayudar.
- Somos los cracks de la buena suerte.
- Bueno, busca otro número de grúa por el móvil, que yo no tengo megas.
- Ni yo batería, que hemos estado todo el camino usándolo para la música.
- Pues voy a estirar las piernas chaval.
El más joven se apartó de la puerta del vehículo y se apoyó en el capó. Su compañero salió respirando profundamente el puro aire del campo y haciendo gemidos que indicaban sus extremidades estirándose.
- Buah, que hambre tengo chaval. - dijo Willy poniendo cara de perrito abandonado.
- Pues en caso de emergencia, ya sabes.
- Sí, te como crudo .- respondió divertido.
-Hombre hay varias formas de "comerme". -dijo Vegetta remarcando la última palabra.
Willy, sin tener muy claro a qué se refería el tontaco de su amigo, continuó;
-Bueno, a cachitos o a lonchas.
-No me refería precisamente a eso. - persistió el mayor ante la inocencia de su compañero, añadiendo una sonrisa picarona.
-Vegetta, tío, no te entiendo.
- Ya sabes parguela, que me puedes comer de otra forma.
La cara de interrogante de Willy era un poema, un poema que ponía de los nervios a Samuel.
- Tío Willy que puedes comerme o comerme"LA". -finalizó alzando sus cejas.
-JA JA, que bueno. -ironizó él.
- No es broma compañero, ya sabes que desde que te conocí no dejo de decirte, incluso en los vídeos, lo mucho que me gustaría juguetear contigo. - de esa forma acalorada llegó a ponerse frente de él acorralandolo poniendo sus manos sobre el capó.
- Y con quién no jugueteas tú desde que volviste a Madrid.
- ¿Eso son celos? -preguntó orgulloso mientras clavaba su mirada en aquellos pequeños ojos.
- Ya te gustaría chaval, a mi me da igual si te vas con una rubia, una castaña o u...
-Un moreno. -sonrió triunfante.
El joven se dio certeramente por aludido, lo que bombeó la sangre a su corazón a un ritmo delirante. No podía negar sentir una fuerte atracción física por su compañero desde hacía algún tiempo. Pero tenía tantas dudas, como era normal. Además estaba esa sensación de indefenso, de pequeño que sentía a su lado, cuando este se ponía a decir tales habladurías, la odiaba, sin embargo, amaba esos toma y dacas que compartían.
- Es que es tontísimo. -dijo como último recurso.
- De todas formas sabes bien que mi cama siempre arde esperándote. - la distancia se estrechaba y la incomodidad de Guillermo aumentaba.
- Gracias pero no necesito las sobras de Vegettita. - dijo apartando la mirada y quitándole importancia a la escena.
- Pero sabes que para ti sólo tengo el plato principal, chiqui.
No Dios mío, esa palabra no, le hacía volverse un completo tonto avergonzado que sólo quiere taparse su rojiza cara.
-Echaba de menos ver como te ponías rojo.
Willy pensó que debía romper aquella tensión sexual, o acabarían mal.
- Pues Carlos era bastante bueno en sacarme los colores.
- ¿Sí? Bueno pero ahora estás conmigo y no con él.
- ¿Celosgetta?
Parecía que en vez que cortarle el rollo, Guille sólo conseguía echar más leña al fuego.
- Pues sí, sabes qué, que sí. Estoy celoso. Me molesta que ese tipo se crea que esa habitación es suya, que esa casa le pertenece, y aún peor, que se crea tu dueño.
- Parece que a alguien no le sienta bien el olor a gasolina.
- ¿Sabes lo que no me sienta bien? Ser tan amigo tuyo y nada más.
- ¿Vegetta?
Una cosa era una conversación llena de bromas subidas de tono, pero otra cosa era el contacto físico y Samuel no sólo había estrechado fuertemente los muslos de Willy con sus grandes manos, sino que además, se había hecho sitio entre ellos. Después había decidido poner su cara cerca del cuello de su amigo y susurrarle;
- Hueles tan jodidamente bien.
La respiración del más joven se aceleraba a medida que notaba el aliento de Samuel chocando contra su piel.
-Si me permites, esta noche cumpliré una de mis mayores fantasías sexuales, hacértelo sobre un capó.
Guillermo no sabía ni qué decir. Estaba tan impactado por el repentino cambio de ambiente que ni siquiera era capaz de hablar en contra, por otra parte no podía pensar con el placer que empezó a sentir cuando su amigo mordió su lóbulo y siguió bajando entre besos y mordiscos por su cuello.
Samuel no tenía ni un pensamiento sano en aquel momento. No sabía si era por la situación, el horario, la fragancia de su amigo o el qué le había hecho reaccionar de manera tan salvaje, sin embargo una cosa la tenía clara, no iba parar ahora que ya había empezado esa locura.
Se decidió a ir paso por paso y llevó sus labios a realizar el primer beso. Sentía los dulces labios de Willy, cuantísimo había deseado aquello, sin embargo no era correspondido. Para Guille aquel beso llenaba su barra de perplejidad. Y es que, por muchas bromas y chascarrillos que ambos habían compartido entre risas jugueteando con el límite de su inocente amistad, nunca pensó seriamente que su amigo realmente sentía todo aquello que decía. Olvidó todo pensamiento cuando la situación se le empezó a ser más bien placentera, pues su compañero, aún y en solitario, besaba sus labios con una dedicación y pasión formidables. El joven sin dar más vueltas decidió seguirle los movimientos labiales mientras su cuerpo aún seguía paralizado. Samuel quedó encantado con aquella reacción, lo que dio pie a que profundizará aún más la unión.
Como un auténtico Don Juan, experimentado en el arte de los roces, ocupó la boca contraria con su lengua, saboreando esta entre danzas. Guillermo aceptó ansioso aquellas desenfranadas maneras. Vegetta, que se posicionaba entre las piernas del menor, agarró el culo de este de forma brusca y estampó ambas caderas. Willy gimio en respuesta a la fiereza de la acción. El mayor ,que no hacía las cosas sino por una causa, aprovechó la cercanía de ambos para rozar sus partes con las de su compañero. Lento pero intenso. Cosa que provocaba que sus besos se fuesen rompiendo entre gemidos y maldiciones al aire.
Los dos chicos estaban más que duros y ya se lo podían notar el uno al otro. Mas, no contento con la rigidez que sentía al chocar con las partes bajas de su amigo, Willy , con un calentón importante, comenzó a meter su mano temblorosa por el pantalón del mayor. Notaba por encima de la tela de la ropa interior como aquello tan grande se endurecia progresivamente y palpitaba de forma furiosa. Samuel, incrédulo de aquella acción, dejó que su compañero continuase mientras él arremetía contra las nalgas de este, apretándolas y amasándolas. Guillermo rompió los besos definitivamente para mira hacia abajo y sacar aquella bestia por fin de su jaula. Era más grande de lo que él habia imaginado,y también, más apetitosa de lo que él creía que le pudiera parecer. Mientras sentía los mordiscos y lametazos que el mayor le iba dejando por el cuello, él empezó a mastuarbarle lenta y tortuosamente. Escuchaba las súplicas de Vegetta, ahora era él quien se veía indefenso y pequeño ante su poder. Eso a Guillermo le encantó, por lo que empezó a masturbarle mucho más rápido, a un ritmo frenético. Samuel nisiquiera podia concentrarse en nada más, por ello dejó los besos en el cuello para apoyar su frente y comenzar a gemir sin límite, a la vez que se adentraba bajo toda la ropa de Willy y empezaba a ser mucho más severo con el trasero de este, e incluso a dejar que sus dedos juguetearan con la entrada. Más pronto que tarde dejó de hacerlo, pues el menor había cambiado su decisión para ponerse de rodillas y chupar ansiosamente el pene de Samuel. Parecía un náufrago con una botella de agua que hacía mucho tiempo no probaba. Era rápido y eficiente. Con una habilidad impensable había sido capaz de meter toda la extensión en su boca, mientras su lengua jugaba en los alrededores. De vez en cuando se la sacaba para fustigarse con ella labios y lengua. Samuel estaba que se derretía. Ya había derramado todo el presemen por la boquita de Willy pero este ni se había inmutado, seguía lamiendo intensamente aquella extensión.
Derrepente Guille dejó de hacer aquel trabajo y subiendo de nuevo hasta la altura de su amigo le dijo:
- Si tanta ganas tenías de follarme no sé que haces aqui pasmado. ¿Por qué no haces que todas mis dudas sobre mi sexualidad se resuelvan?
-Cre...creía que eras hetero.
-Dejé de ser tan hetero cuando empecé a masturbarme mirando tus fotos.
Y era verdad, todo paso en L.A. Como cualquier otro día Guille sentía la llamada de su parte viril y empezó a despertar a su amiguito, y mientras le daba al tema, mirando fotos de mujeres descomunales, le saltó la notificación de una nueva imagen en instagram, para su sorpresa, era una de Vegettita. Sin querer acabó clickando y no pudo dejar de mirarla. Pensó en su carita, sus fuertes brazos, sus músculos de acero, cuando se ponía en ese plan suyo tan pervertido. Desde entonces mirar aquellas fotos le había resultado lo más práctico y eficiente.
Volviendo al presente;
- Eso hacías, chiqui?
- Sí. -dijo mucho menos seguro al ver la profunda mirada que Samuel le sostenía.
Derrepente Vegetta uso su fuerza para poner a su amigo de cara al capó. Literalmente le puso la mejilla contra el capó con una mano, la otra la uso para bajarle los pantalones al menor. Willy no ayudaba a su orgullo y dignidad posando sus manos a ambos lados como quien se entrega a la autoridad.
-Pues no te preocupes compañero, ya no tendrás que imaginar nada más, ahora realmente, vas a probar la magia de la Vegeconda.
Y con unos simples movimientos y una seca estocada se metió dentro de Guille sintiendo un placer sin igual. Este, sin embargo, se arrepentia enormemente de haber provocado de tal forma a aquel hombre. Dolía, Dios, aquello no parecía que fuera el principio de algo agradable. Samuel notaba la tensión del que estaba debajo suya e intentó relajarle.
-Eh, chiqui, relájate, esto te va a encantar. No te voy a mentir, pienso hacertelo como si no hubiese un mañana, pero con la única condición de que tú disfrutes tanto como yo del proceso.
En eso que empezó a llenar la nuca del menor de besos y siguió el contorno de su torso con las manos, por debajo de la ropa.
El menor empezó a sentir más placer que dolor y con unos cuantos movimientos y gemidos se lo hizo saber a Vegetta, que ni corto ni perezoso empezó a embestirle. Al principio eran suaves y delicadas pero llegó un punto el cuál parecía que el mismo coche iba a desmoronarse. Gemían tan alto que se daba por hecho que al día siguiente ambos irían afónicos. Samuel había posicionado sus manos en los pectorales de Willy, tan grandes y jugosos, no dejaba de estrujarlos mientras penetraba salvajemente a su compañero. Este tenía los ojos en blanco del placer y se masturbaba al mismo ritmo que sus vaivenes. De pronto Willy anunció su final y poco después lo cumplió alzándose hacia el mayor y dejando el capó hecho un cuadro. Samuel sólo necesitó unas pocas más para dar el mismo resultado pero dentro del otro. Siguió con estocadas más profundas y lentas mientras notaba como todo su semen llenaba las paredes internas de su amigo.
Para ambos había sido uno de los mejores polvos que jamás habían vivido, sino, el mejor. De más esta decir que se quedaron dormidos dentro del coche, en la parte trasera, abrazados, dados el frío que fuera fueron incapaces de notar. La grúa fue de nuevo pedida a la mañana y pudieron continuar con su viaje.
Ahora estaban doblemente ilusionados. Ya no sólo por estrenar la casa, sino también, por estrenar la cama.

Bueno pues ea, ya era hora de que siguiese subiendo, aunque sea por los LOLes.
En fin muchas gracias a tod@s los que votais, infinito amor a los que dejáis comentarios positivos y un trillón de besos a los que me seguís.
El siguiente quiero que sea de un shippeo totalmente diferente. ( Si alguien tiene alguna idea lo puede comentar, no prometo nada porque para poder hacerlo tengo que conocer a la pareja pero bueno ya iré viendo)

Como siempre espero haberos entretenido y me callo ya que soy plasta nivel pro, petonets de pizza amb pinya^^(besosdepizzaconpiña)

Camino a la nueva casa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora