Capitulo 4

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-Oh... Uhm, es mi... es mi nombre... artístico... -Jade rompió a reír, mi amiga incrédula asintió y me pidió consejos sobre dibujos. Al terminar la hora guarde mis cosas en el casillero y fingí tener que ir a la enfermería. Jade iba tras de mi soltando risitas. Ya en el pequeño cuarto me tumbe a un lado del sofá y Jade hizo lo mismo al otro extremo. 

-Era necesario firmarlo? 

-Derechos de autor niña, pensé que lo sabrías

-Genial, oye si no te importa dormiré un rato, tengo una alarma en el celular así que no sera necesario que me despiertes. -Me acomode  en posición fetal y en cuestión de segundos sentí sus brazos rodeándome.

-Deberías dejar de ser tan mandona 

Estaba caminando por un bosque cuando escuche a alguien cantar, el viento le hacia un eco precioso, y los arboles parecían susurrar. 

-Julieta hora de salida -Los nudillos se dejaron caer sobre mi cabeza -Me levante de golpe sin decir una palabra, apague todo y me escabullí hacia el patio principal, al llegar a casa tire todo donde siempre, mis padres no llegarían hasta la noche así que no había problema.

-Deberías saber que tareas tienes -Dijo tomando un libro de la estantería al tiempo que se sentaba en mi cama.

-Eres mi guardián, no mi madre -Dije al tiempo que tomaba mi ropa de mis cajones  me encerré en el baño a cambiarme. Entre a mi cuarto y colgué mi uniforme, me tumbe al lado de Jade llamando su atención. 

-¿Que pasa?
-Cuéntame sobre ti, como es ser un guardián, que es lo que haces...
-Yo solo protejo a una chica demasiado aburrida
-¿Aburrida? 

-Lo mas interesante que sucedió durante el día fue gracias a mi 
-Vaya gracias -Me acerque un poco mas a el, su olor era embriagador, jadee e instintivamente me acerque mas cerrando los ojos.
-¿Acaso quieres besarme? -Sentí el aire que se escapaba de sus labios, rozar los míos, abrí lentamente los ojos 
-Quizá -Reí juguetonamente y baje de la cama.

Me acerque al teléfono y marque el numero de de Ale para preguntarle sobre las tareas y trabajos, una hora mas tarde entre a mi habitación, Jade se había quedado dormido. Observe el reloj, eran las 7 corrí al ordenador a hacer los trabajos pendientes. En cuanto termine, mis padres llegaron por lo que fui a conversar con ellos. Ya eran las 10 de la noche cuando estaba luchando con el cuerpo dormido de Jade para poder echarme en mi cama.

-Pareces un gusano -Susurro en mi oreja

-¿Estabas despierto? -Trate de gritarle, pero el susurro le quitaba todo tipo de seriedad
-Quería ver que tan lejos eres capaz de llegar 

-Oh maldito -Trate de golpearlo pero se echo para atrás haciéndome cosquillas, trae de aguantar lo mas que pude y termine golpeándolo en la rodilla, tuve que ahogar una carcajada al ver su expresión de dolor.

Nuestras miradas se encontraron y el silencio reino en mi habitación nos quedamos así hasta que el sueño nos venció. A la mañana siguiente mi mamá estaba enferma y mi papá se quedaría a cuidarla. Así que tuve que ir al colegio con Jade.

-Julieta

-Dime 

-Hay algo que tengo que hacer

-¿Vale?

-Eso quiere decir que en cuanto terminen las clases te esperare a unas cuadras de aquí en el edificio abandonado 

-Supongo que te esperare en la puerta del edificio 
-Nop -Se acerco un poco mas -Tendrás que entrar, a la azotea exactamente 

-¿Y que hay de especial en esa azotea?
-Ya lo veras - Me guiñó el ojo y sonrió lentamente 

Camino en la dirección opuesta, en cierto modo odiaba esa parte de el, que cree que puede hacer lo que quiere cuando quiere. Gracias a dios el día se paso rápido, al terminar las clases me dirigí a donde Jade me había indicado. Casi sin pensar subí hasta la azotea, sentía mi piel erizada, el miedo se apoderaba de mi poco a poco.  
Por algunos curiosos sabía que el edificio haba sido un hotel donde todos habían sufrido una horrible muerte dolorosa, acelere mis pasos ante la idea de que me encontrase con un fantasma, la historia era demasiado tonta, poco imaginativa, para mis gustos , pero en una situación así mi mente y mi corazón eran un manojo de nervios. Abrí la puerta de la azotea y encontré a Jade de lo mas tranquilo observando una sombra negra que lo envolvía. 

-¡Jade! -Grite con todas mis fuerzas corriendo hacia el, pero me detuve en cuando la sombra empezó a envolverme a mi. 

Sentí una lagrima rodar por mis mejillas, mi cuerpo estaba totalmente quieto y mi corazón casi sin poder latir, el aire me empezaba a faltar, sentía la brisa cada vez mas fría, como si aquella sombra me estuviera atrapando, quise abrir los ojos pero estos no respondían, entre jadeos por la falta de aire, quise susurrar "ayúdame" pero la voz no salio, estaba asustada, todo se movía a mi alrededor. Mi mente no reaccionaba, solo quería que todo se congelase.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2016 ⏰

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