CAPÍTULO IV: RESURRECCIÓN

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CAPÍTULO IV: RESURRECCIÓN

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–Siéntate, muchacho.-Dijo el joven.- Déjame adivinar, estás aquí por el aura rosado de esa muchacha que te sigue, ¿deseas deshacerte de el?

–No, quiero que vuelva a la vida.- Espetó Sasuke, le extrañaba la apariencia de ese tal Kenta, debería ser un anciano...¿Porqué...?

–Wow...Eso es demasiado determinante, me temo que estás en el sitio equivocado...No puedo hacer e...

–Miente.- Sentenció el Uchiha.

–Muy directo, mi respuesta sigue siendo negativa, lo siento, no puedo ayudarte.

–¡No! Ella tiene que vivir y harás que así sea o morirás.- Dijo con el Sharingan activado.

–Muchacho...Yo ya estoy muerto.- ¿¡Cómo!?

–Entonces, sí que puede revivir...

–Es algo muy complicado,no merece la pena, desiste y busca otra mujer, muchacho.- Hizo enfadar a Sasuke.- Lo único que puedo hacer es hacer su forma corpórea durante un determinado tiempo, eso es todo, es lo mejor.

–Lo mejor...¿Para quién? Quiero que ella viva, sé que puedes traerla.- Apretó sus puños.-Hazlo.

El monje lo miró con una sonrisa, acto que hizo a Sasuke avanzar hacía él amenazante, no soportaba que se burlaran de él y menos ahora que se estaba mostrando vulnerable. Kenta lo observó un par de segundos más antes de dar su veredicto y resopló.

–Está bien, lo haré.-Sasuke relajó sus hombros.- Tienes que buscar unos ingredientes para que ella vuelva y tengo una condición.- Sasuke alzó una ceja como indicación de que siguiera hablando.- Antes de revivirla la haré corpórea para que puedas preguntarle si quiere vivir o no porque...

–Lo hará, querrá vivir.-Dijo Sasuke muy seguro.

–No es tan fácil...Verás,los espíritus se apegan a su forma no material, es como algo cósmico, ella quiere protegerte y así le es más fácil.- Asintió a su explicación.- No me mires así, puedo sentir lo que ella siente y sé que su amor por ti era incalculable, no es capaz de medirse en términos numéricos, ella pudo vencer a la muerte y quedarse a tu lado por tal sentimiento.

–Ella vivirá, vivirá.-Sasuke se refugiaba en su seguridad, ella iba a vivir, él quería que viviera.

–Por último necesitaré un objeto de ella, algo que le perteneciera en vida.- El Uchiha apretó algo que guardaba con recelo, era lo único que tenía de ella.- Veo que tienes algo ahí, no lo saques aún, es el último paso...Dime su nombre.

–Sakura, Haruno Sakura.-Pronunció con los ojos oscurecidos por la melancolía. La echaba de menos.

Un día echarás de menos lo que otro echaste de más...

–Bien, necesitaré: barro,huesos, sus cenizas y por último el objeto personal.- Vuelve cuando lo tengas todo y lo haremos dentro de cuatro días, en luna llena.

Y sin más, Sasuke se marchó para recolectar todo lo que el monje quería. No le parecía de fiar pero no le quedaba de otra...Era lo único que tenía para poder ver a Sakura y para ello debería hacer algo imperdonable...Profanar la tumba de los caídos en batalla y tomar las cenizas de Sakura.

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El cuarto día llegó y Sasuke ya había reunido todo lo necesario. Se presentó ante el monje y le ofreció todo. Él le dijo que invocarían a Sakura ente en pocas horas para ver si ella quería volver o no. El monje no se veía muy nervioso, es más, estaba ansioso.

–Llegó el momento,colócate en el centro del círculo, ella aparecerá frente a ti, no puedes tocarla.- Avisó colocándose de rodillas con las palmas en alto.- Solo tienes tres minutos, debo conservar mi energía si es que tenemos que revivirla.

En cuanto Sasuke se colocó en el círculo este se volvió morado, un morado muy intenso. Kenta comenzó a mascullar unas palabra inteligibles y sus manos se iluminaron del mismo tono que el círculo. Pronto abrió los ojos y estos eran de un verde fosforescente. Una figura se empezó a distinguir, con cadenas rotas en los tobillos y una sábana cubriendo lo esencial estaba Sakura, mirando con pena a Sasuke.

–Sakura...

–Sasuke, ¿porqué...?-Una lágrima se escapó de su ojo derecho dejando sorprendido a Sasuke.-Yo quiero protegerte...Si vivo solo seré un estorbo, además...Si hago lo que ese monje quiere me tendré que alimentar de almas para seguir viviendo, no podré concebir y no te haré feliz...- Sus sollozos eran cada vez más angustiosos.- Para esto, Sasuke, te amo,pero elijo no vivir.

–¡No!- Intentó acercarse a ella pero recordó la orden del monje.- Vive, no me importa, solo quiero que vivas, Sakura.- Apretó los puños.- No me importa de que mierda te alimentes, ni que no podamos tener hijos, te quiero a mi lado.

–¡No lo entiendes,Sasuke.- Se tiró de rodillas al suelo.- Yo no envejeceré, tu sí...Y no podré soportar verte morir y que me quede yo vagando por ahí sin poder reunirme contigo nunca más, ¡No quiero eso, Sasuke.

–Entonces moriré y me reuniré contigo.

–¡No! Si te suicidas quedarás en el limbo y jamás nos encontraremos, debes vivir y cuando sea tu hora estaré aquí para llevarte a mi lado al paraíso.

–No, buscaré mi muerte,Sakura, no quiero vivir tanto tiempo solo.

–Solo queda un minuto.-Anunció el monje.

–Sakura, di que sí ya hora hablaré con el monje sobre posibles soluciones.- Bajó los hombros con actitud derrotada.- Por favor, es lo último que te pido.

–...- El silencio de ella retumbaba en sus oídos.

–Quince segundos.-Volvió a hablar el monje haciendo enloquecer a Sasuke.

–Está bien, por ti lo hago, Sasuke-kun.- Sonrió cálidamente sin que le llegara a los ojos. Las lágrimas secas brillaban en sus mejillas.- Te amo.

Poco a poco comenzó a desvanecerse mientras el corazón de Sasuke se oprimía, esta vez tenía el consuelo de que la volvería a ver muy pronto, de que ese no era el fin. La luz morada pronto se apagó y el monje dejó caer los brazos derrotado.

–Lo que ella dijo es cierto.- Habló entre jadeos el chico.- No podrá concebir, no podrá envejecer y dependerá de otras almas...Pero existe algo...Algo que hará su cuerpo de carne y hueso como el mío, sería inmortal y podría hacerte a ti inmortal también.

–¿Qué es lo que tengo que hacer?

–Buscar el elixir de la vida, un objeto que aparece en lugares remotos cada vez que alguien lo usa. Yo lo encontré en los cañones de fuego, hace más de setenta años. Dios sabe donde estará ahora.

–Lo encontraré.

–Bien, ahora comenzaremos con la ceremonia de resurrección, iré a descansar un poco.



Ya queda menos, Sakura...

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