El Apartamento.

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Julie

No se como pasó, realmente.
No puedo creer que Jaxon me besara.
No debió hacerlo.
Ahora, ¿Qué pasará?

Lo quiero como un hermano a pesar de que no tengo un hermano. Sólo una hermana menor pero no pensé que sentiría algo por Jaxon.

¡Demonios!

No puedo sentir estas malditas mariposas es mi mejor amigo de toda mi vida.

No podré verlo sin camisa... Demonios sus abdominales son perfectos me encantaría besarle sus abdominales.

Julie por favor deja de pensar en su abdominal.-hablé a mi conciencia.

Caminando por las calles de Francia junto a Jaxon vestía una chaqueta naranja claro debajo de esta lleva una camisa larga blanca, unos jeans gastados rasgados en la rodilla, una gorra negra y unas zapatillas Nike blancas.

En cambio yo vestía una camisa de cuadros roja con azules, una blusa blanca con unas letras It's Monday. :( un short de mezclilla rasgados y unos tacón botas negras. Cabello un poco alborotado, maquillaje sencillo ( rimel, delineador negro y un poco de rubor).

No decíamos nada en el camino para nuestro apartamento.

La noche está oscura, la luna brillosa y las estrellas titilan. El clima es fresco, no tan frío ni tan caloroso.

Ambos permanecimos en silencio mientras caminamos hacía el apartamento.

Estábamos a punto de llegar cuando me di cuenta de que aquella luz provenía de una casa, y en realidad no era una sola sino dos brillantes cuadrados perfectos, dos grandes ventanas que enmarcaban la puerta delantera.

Le esbozó una sonrisa mientras se me acercaba, pero en vez de darme la mano, me tomó directamente en brazos.

—¿No se supone que debemos esperar hasta llegar al umbral de la casa?—pregunté, sin aliento.

Él sonrió con ganas.

No respondió mi pregunta pero él me miró hacia abajo y buscó mi mirada hasta que nuestros ojos se encontraron; sólo después avanzó hasta cruzar el umbral teniéndome en sus brazos.

Mientras me conducía a través de los cuartos, encendiendo las luces a su paso.

Entonces Jaxon se detuvo y encendió la última luz mientras me bajaba de sus brazos.

La habitación era grande y blanca, y la pared más lejana era casi toda de cristal, el tipo de decoración estándar de Jaxon.

De repente, su dedo glacial acarició la parte posterior de mi cuello, restañando la gota de transpiración.

—Aquí hace un poco de calor—me dijo, como excusándose—Pensé... que sería lo mejor.

—Perfecto—murmuré casi sin aliento, y él se echó a reír.

Era un sonido nervioso, extraño en Jaxon.

—Intenté pensar en todo aquello que podría hacer esto... más fácil—admitió él.

Yo tragué saliva ruidosamente, todavía dándole la espalda.

—Me estaba preguntando—intevino Jaxon en voz muy baja—, si... primero... ¿te gustaría darte un baño nocturno conmigo?—tomó aliento y su voz surgió con más naturalidad cuando volvió a hablar—. Seguro el agua está muy caliente. Éste es el tipo de piscina que estaba seguro que te encantaría.

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