Parte I

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Los suaves y tibios rayos del sol empezaban a ocultarse con demasiada rapidez en aquella época, el frío viento se colaba por las pequeñas rendijas de las ventanas, las noches se volvían más frías que en otoño; todos se abrigaban a la perfección, encendiendo sus chimeneas y tomando tazas de chocolate caliente.


Los niños salían a jugar con la nieve, haciendo grandes muñecos, tirándose bolas de nieve u otros dibujaban a sus propios ángeles con sus cuerpos, las risas alegres de los niños inundaban todos los hogares, los padres llegaban más temprano de trabajar para pasar tiempo en familia.



Mientras que en la plaza central de la ciudad de Tokio se podía ver el inmenso árbol de navidad, rodeado de hermosas y brillantes luces de colores, al igual que las pequeñas esferas de cristal que brillaban con cualquier pequeño esplendor, las tiendas rodeadas de luces, mientras que las familias se encargaban de comprar sus regalos o cualquier pequeña cosa que su sus niños desearan.



La noche empezaba a asomarse rápidamente y con ello dejaba que la nieve empezara a caer, los primeros copos de nieve fueron atrapados por las copas de los árboles, los padres tomaban en brazos a sus niños y caminaban con prisa hasta sus tibios hogares.



Los personas empezaron a caminar con demasiada prisa, sin importarles chocar, golpear o tirar al pequeño niño que se encontraba sentado en la acerca, con sus hermosos ojos cerrados y sus cabellos rubios cubriendo su infantil rostro.



Su cuerpo era tan delgado y menudo que parecía no pasar de los trece años, con su ropa sucia y rota, se puso lentamente de pie, llevando sus limpias manos para acariciar su bronceado rostro y su ropa que se encontraba empolvada, llevó sus dedos para acariciar sus somnolientos ojos, soltando un lastimero gemido.



El pequeño doncel de unos quince años se quedó de pie al frente de un pequeño puesto de ramen, el menor llevó lentamente sus manos hasta su estómago, cuando este empezó a gruñir, cerró suavemente sus hermosos ojos al sentir el aroma a carne cocinada, se dio demasiados ánimos para ingresar al pequeño local, pero rápidamente fue agarrado de su delgado brazo y tumbado con demasiada fuerza hacía el suelo.



El pequeño doncel soltó un gemido lastimero, sintiendo como sus ojos deseaban botar pequeñas lágrimas y llevó su mano hasta la parte baja de su espalda para acariciarla suavemente, cerró fuertemente sus ojos y mordió su labio inferior para intentar no soltar ni una ligera lagrima, abrió lentamente sus ojos para ver unas botas color verde, de cuero, algo demasiado caro para él; no quiso alzar su rostro pero los caros zapatos se detuvieron al frente suyo, lentamente alzó su rostro, fijándose en las ropas de marca de aquella mujer, sus ojos verdes y un cabello demasiado rosa para su gusto.



Sin poder evitarlo frunció ligeramente su ceño y eso le sirvió para recibir otro golpe en su mejilla, por parte de aquella mujer, se puso lentamente de pie y levantó su rostro para mirar fijamente a los ojos de la mujer.



-Mocoso, ni te atrevas a entrar a aquel restaurante. -El menor quiso responderle, frunció su ceño y apretó sus puños, pero se quedó estático al escuchar unos suaves pasos detrás de él.



-¿Qué está pasando? -El menor tuvo que abrir y cerrar sus ojos al oír aquella voz tan gruesa y varonil, vio como la chica cruzó con demasiada rapidez de su lado.



-¡Sasuke-kun! Ese chico quiso robarme.



El menor se volteó rápidamente para poder hablar pero no se esperó quedarse helado al ver los ojos tan negros de aquel varón; inmediatamente se sintió pequeño y no pudo evitar compararse con aquel hombre.



Aquella fue la primera vez que sintió un dolor tan profundo en su pecho, al saber que nunca tendría una vida a lado de un hombre como el del frente.

Un regalo de navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora