teardrops ; c.d

13.

14 de febrero, 2015.

Querido Cameron,
No la pasaba tan bien desde hace mucho tiempo.
Todo comenzó cuando llegué a tu casa, me invitaste a pasar y a tomar asiento en el sillón. Elegimos una película al azar, te fuiste y volviste con dos recipientes llenos de papas fritas y palomitas. Te sentaste a mi lado, antes de poner la película hablamos hasta llegar al tema de mi ridículo momento en el centro comercial. En tus ojos podía ver la tristeza pero no me enojé porque en vez de ver lastima vi un sentimiento real.

— No te preocupes. Yo estoy acá y a partir de ahora no dejaré que te vuelva a pasar. — susurraste

— Gracias. — fue lo único que pude decirte

Te levantaste a ponerle play y durante toda la película me abrazaste porque te asustabas o porque yo me asustaba. Tenía que aprovechar el momento.

Realmente no sabes lo que provocas en mí Cameron, cada toque, cada roce. Y realmente me confundes cuando te portas tan cariñoso conmigo porque me das falsas esperanzas aunque no sea tu intención.

Después de la película de terror decidiste poner una de comedia y para la mitad de la película ya estabas dormido. Solo pude admirar la paz de tu rostro. Acomodaste tu cabeza en mi pecho y rodeaste mi cintura con tu brazo y cuando encontraste mi brazo allí, tomaste mi mano y entrelazaste nuestros dedos.

¡Dios! Otra vez ese sentimiento de electricidad por todo mi cuerpo. No sé si estabas despierto cuando lo hiciste o simplemente fue un acto de costumbre pero gracias. Podía sentir mis ojos cristalizados de la emoción y solo me dediqué a admirar tu rostro. Llegué hasta tus labios. Tus finos y largos labios rosados un poco entreabiertos. Me acerqué lentamente tratando de no despertarte y deposité un pequeño y corto beso ahí. Luego de hacerlo una pequeña sonrisa apareció en tu rostro.
Más tarde simplemente me dormí y solo sé que cuando me desperté estaba tu pequeño y hermoso rostro frente al mío sonriendo y avisándome que ya era tarde y me tenía que ir.

Con cariño, Amber.