Otro día mas.

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—Desperté de el corto sueño que tuve, otra vez me había quedado dormido mientras lloraba, mis brazos aun arden por los cortes, me levanto un poco la manga del abrigo y veo mi muñeca.—

Dios, otra vez lo hice... —Dije con rabia hacia mi mismo y en un momento de irá, empecé a golpearme las piernas.— ¡¿Algún día dejaré de ser tan idiota?! —Unas cuantas lágrimas se deslizaron por mi mejilla.— Solo quisiera dejar de ser tan débil...

Agarré el móvil, y me puse a escuchar una canción de Bring Me The Horizon, se llamaba Avalanche, esa canción podía describir como me sentía.

Supongo que iré a ducharme, se me va a hacer tarde para ir a la escuela. —Levanté la toalla que estaba junto a mi cama, justo encima de mi silla y me dirigí sin ganas hacia el baño.— Que mal me veo, mis ojeras han aumentado. —Dije al verme al espejo.— Pero bueno, no importa.. Supongo..

—Ingresé a la ducha, y empecé a verme las cicatrices de los brazos, nadie sabía que me cortaba, y tenia miedo de que los demás supiesen eso ya que podrían joderme con eso también.—

Creo que ya... —Salí de la ducha y me fui hacia mi cuarto rápidamente.— ¿Donde dejé mi maldita camiseta negra?

Me puse los pantalones, camiseta y una casaca negra. Tenia las uñas pintadas de negro, así que no tenia que volverlo a hacer. Mi cabello ya estaba un poco largo, me llegaba hasta mas abajo que la oreja, mis ojos estaban cada vez mas plomos, pero podía tapar uno con mi cabello.

Otra vez... A ir a la escuela. —Me puse los auriculares y fui sin despedirme, no soportaba estar con mi familia, sólo escuchaba que criticaban lo mal hijo que soy, así que ahora trato de evitarlos.—

—Llevé el desayuno en una bolsa de papel y empecé a comer un poco mientras caminaba hacia la escuela. En el recorrido, me tropecé con un chico. Él estaba corriendo y yo miraba hacia el suelo, fue muy tarde cuando reaccioné y al final él me empujó y caí.—

Idiota, fíjate por donde and...

—No pude terminar la frase al verlo. Él tenía el cabello de color rubio, con algunas manchas marrones por las raíces, era largo y un poco ondulado, sus ojos eran muy celestes, tenía una piel muy pálida. Me quedé impresionado y creo que un poco avergonzado, así que solo volteé la mirada.—

Hey, ¿te quedarás ahí en el suelo? —Dijo él, con una voz suave y cálida a la vez.-—

Eso no te incumbe, idiota. —Hablé de manera firme y seguí en el suelo sin saber que hacer.—

Ven, toma mi mano. —Él estiro su brazo hacia mi y sonrío de una manera tierna. Podía sentir tranquilidad al verlo..—

Gra-gracias supongo. —Dije con un poco de vergüenza, mientras sostenía la mano de este.—

—El tenía las manos muy suaves, estaba un poco confundido por lo que pasó, no sabía como reaccionar, así que sólo atiné a decir gracias e irme como si no hubiera pasado nada.—

Tengo que ir a la escuela, adiós. —Le dije mientras seguía mi camino hacia la escuela.—

—Aún seguía procesando eso, fue algo que no me había pasado antes, pero... ¿por qué me debe importar tanto eso?. Preferí olvidar ese tema y seguir caminando.—

Llegué justo a tiempo, Parece que me hice mucho rollo, no iba a llegar tarde al final.

—Fui a mi salón y me recibieron de la misma manera que todos los malditos días.—

¡Emo! Pensé que ya por fin te habías matado. —Lo dijo el más popular de el colegio, se llamaba Dave Adams.—

—Luego de ese comentario, todos comenzaron a reírse y a lanzarme papeles y lapiceros. Yo solo seguí avanzando con la cabeza agachada, hasta llegar a mi sitio.—

Idiota... Maldito idiota... Quisiera romperte todos tus malditos huesos... Y escuchar como pides misericordia con cada martillazo que voy dándote en tus piernas. —Lo dije en mi mente, mordiéndome el labio inferior por la furia que tenia guardada dentro de mi. Solamente quiero que sufra por todo lo que me hace.—

—Las clases ya iban a comenzar, los demás estaban charlando, mientras que yo solo empezaba a dibujar. Me sentaba en la última fila, junto hacia la ventana, me gustaba sentarme ahí porque podía ver el exterior y así relajarme un poco.—

Buenos días alumnos, hoy les vengo a presentar a su nuevo tutor. —El director había entrado al salón repentinamente.— El es un profesor nuevo en nuestras instituciones educativas. —Todos estaban a la espera de el nuevo tutor, mientras que yo seguía dibujando sin prestar mucha atención.— Pase, profesor Miller. —Dijo abriendo la puerta lentamente.—

—El nuevo profesor entró y parecía que a las mujeres le agradó mucho la llegada del nuevo docente. Yo seguía con lo mio y sin prestar atención, hasta que él habló...—

Hola alumnos, me presento, soy el profesor Miller, mi nombre es Alexander, tengo 27 años y seré su tutor este año. —Esa voz... Me es muy familiar... No puede ser.. Es.. ¡¿es él?!—

—Era él, con el chico con el que me había tropezado de camino hacia aquí. No puedo creer que el sea un profesor, y mucho menos mi nuevo tutor.—

Espero que nos llevemos bien. —Sonrío y las chicas empezaron a gritar.— Ahora como primera actividad, elegiremos a un delegado, mm.. ¿qué tal si eres tú? El de atrás —El profesor me señaló y quedé frío y sin saber que decir.—

Es el emo del salón, se llama Dominick. —Habló Dave de manera burlona.—

—Me sentí furioso al escuchar a ese idiota jodiéndome otra vez. Quería responderle, pero no encontré el valor...—

Tal vez él sea emo, pero tu eres otro idiota mas que cree que es el mejor de todos, y no se da cuenta que es la misma basura que un delincuente. —El profesor contestó de manera firme y molesta.—

—Me sorprendí al escuchar al profesor, y a la vez, me sonrojé. Jamás alguien me había defendido, y menos un profesor. Yo me quedé callado y cubriéndome la cara para ocultar mi rostro ruborizado.—

Muy bien Dominick, serás el delegado de la clase. ¿De acuerdo?

—Era obvio que no estaba de acuerdo, pero por alguna razón no me negué.—

E-está bien... —Hablé con nerviosismo.—

Está bien, Dom, tu 1er trabajo te está esperando, ven conmigo. _Estiró el brazo como en esa vez que me levantó.—

Vo-voy..

—Seguía nervioso, pero me acerque hacia el, para recibir mi 1er trabajo.—

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