Un Mundo Sin Descubrir...

COMIENZA LA DIVERSIÓN...

Las clases transcurrían rápidamente y en cada una Wii y Khate dejaban en ridículo un poco más a las princesas de la ciudad. Los papeles se habían invertido, ya no era la tonta de la clase o el fantasma del colegio, usando su magia y encanto jugaban con las mentes de las agresoras hasta el punto que todo el salón pensara que habían enloquecido.
Casi al finalizar el día las hermanas decidieron ir un paso más adelante en su dulce venganza. Usando un hechizo muy sencillo lograron hacer que el grupo de princesas y sólo ellas pudieran ver un dragón volando atraves de la ventana del salón. Gritos sin control y llantos hicieron que el salón entero estallara en risas y burlas.
Las llevaron a la enfermería y las examinaron , llamaron a sus padres y las obligaron a hacerse exámenes toxicologicos.
Las hermanas salieron caminando camino a la casa y al pasar por el callejón a Wii se le ocurrió una idea muy malvada.
Tuvieron que esperar un par de días ya que las princesas habían sido suspendidas.
Esperaron con ansias hasta que el día al fin llegó.
Finalizaron las horas de clase, y las princesas habían sido objeto de las burlas de todo el colegio, sólo querían irse. Lo mismo que había sentido Wii por muchos años.
Al cruzar por el callejón justo en la mitad, las hermanas con su magia hicieron que dos muros muy altos se formaran a ambos estrenos, quedando las lindas princesas atrapadas.
Gritaron corrieron lloraron por horas pero nadie las escuchó.
Hasta que la noche llego, sonidos extraños, voces amenazantes, llantos, gritos era toda una pesadilla.
De pronto desde el cielo descendieron las hermanas en su forma original, las princesas malvadas no podían creer lo que veían.
Sólo rogaban y lloraban que no las mataran, sin entender nada en absoluto.
Sólo con la mirada, las dirigían subían bajaban como si fuesen muñecas. Las golpeaban contra el piso, hacían que se golpearan entre sí.
Cuando el amanecer estaba llegando les explicaron que para sus familias eso nunca había pasado. Cada una estaba en su casa dormida. Si decían algo pensarían nuevamente que estaban locas. Las heridas sólo eran visibles para ellas.
Lo que tenían que hacer era, al día siguiente contar a sus familias en la escuela incluso a la Policía lo que le habían hecho a Wii, sino lo hacían, cada día por el resto de sus vidas sería un infierno.
Sin pensarlo eso hicieron, al día siguiente confesaron todo lo sucedido con Wii, siendo de inmediato expulsadas del colegio y enviadas por sus millonarias familias a un internado muy lejos de allí.