Memories

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Estaba yendo al Nasty Burguer. Mis padres se estaban reuniendo con Mr. Lancer para hablar acerca de cómo robe las respuestas de su maletín y de que, obviamente, hice trampa en el examen de C.A.T. Sam y Tucker habían sido citados también por ser mis supuestos cómplices. Creo que Sam tenía razón, debí devolver las respuestas justo en el momento en el que las había encontrado pegadas a mi espalda. Sonreí pesadamente. Si mi profesor sólo supiera que las obtuve de casualidad por culpa de un fantasma del futuro. Hice un mohín con los labios. No me creería aunque mis padres sean cazadores profesionales.

Cuando llegué, varias personas estaban corriendo y gritando. Seguí mi camino a toda velocidad notando cómo el familiar aliento azul salió por un largo rato. Estaba cerca. Paré un momento porque no estaba acostumbrado a correr, sólo a volar. Alcé mi viste pudiendo divisar a mis padres, hermana, amigos y profesor siendo atacados por un fantasma que no reconocía. Intenté correr de nuevo porque había demasiada gente viendo desde lejos y mirándome confundidos al ver que iba hacía la pelea. Cuando ya estaba cerca el espectro lanzó un rayo ectoplásmico al contenedor de la salsa. Me congelé.

'Si la salsa se sobrecalienta puede causar una gran explosión destruyendo casi toda la ciudad'

Esto no era bueno. Cerré mis ojos al momento de escuchar el fuerte sonido que me dejó sordo por unos pocos minutos. Fui impulsado por ondas golpeándome contra el suelo mis brazos y piernas. Cuando me recuperé empecé a escuchar sus gritos, gritos que decían mi nombre implorando que los ayudara. Levanté la vista horrorizado por lo que vi. Todos ellos parecían estar danzando en la llamas. Veía como su piel se derretía convirtiéndose en rojo puro por los músculos volviéndose ahora negros para ser transformados en cenizas. Gritos de ayuda, implorando piedad, misericordia, perdón, lo que sea con tal de sacarlos de ese infierno… se quedaron grabados en mi mente.

Me enviaron a un hospital para recuperarme de ese trauma que apagó mis deseos de ser feliz y que desvanecieron todos mis deseos de proteger Amity Park con mi vida. Fruncí el ceño, proteger el pueblo me costó todo lo que amaba, y lo peor… me echaban la culpa de eso…

Tiempo después, luego de 'recuperarme', me enviaron con Vlad. Por primera vez, desde que lo conocí, el fruitloop si parecía muy preocupado por mí. Pasaron los días y evitó varios intentos por quitarme la vida, fueron tantas veces que hasta me castigó. Llorando le pedí lo imposible, que terminara mi agonía y mi dolor por la gran perdida que había sufrido. Entre lágrimas asintió y me explicó que iba a separar mi mitad fantasma de la humana, para que ya no tenga sentimientos que me hagan querer desear haber estado en la explosión.

Sentí como esos guantes de metal se adherían a mi pecho sacando mi alma, sacando a Phantom. Parpadeé y todo ya tenía sentido… Si yo sufría, ¿por qué ellos no? ¿Por qué ser el único que pague el precio de su protección?

Tire a Vlad al otro lado del laboratorio y saqué su mitad fantasmal. Al fusionarnos empecé a sentir el poder fluir y sentí algo de pena… no, mentira, sentí una gran fuerza surgiendo y fue tanta que hizo que la conciencia del pobre Plasmius muriera. Mire mi lado humano y sonreí mostrando un par de colmillos. Quería divertirme con su dolor, con su miseria. Todo se prendió en llamas rodeando al patético ser que una vez fui. Su gritos de terror eran música para mis oídos.

Salí a toda velocidad antes de que el castillo explotara en mil pedazos hundiéndose en las llamas verdes que formaban una hermosa canción ante los gritos de desesperación de los empleados. Me había olvidado de ellos, pero eso ya no importa ahora.

Lo que me importa…

es verlos sufrir

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