Capítulo 4.

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Llegamos al sitio, yo me encontraba muy a gusto hasta que recibí un whatsapp de Adriana que decía: Aura, ¿te encuentras bien? La contesté rápido con un sí, aunque no fue suficiente; ya que llamó segundos después.

- Chicos, ¿me disculpáis? Es una amiga- dije y me levanté mientras los dos respondían un  rotundo sí.

Llamada de Adriana a Lidia.

- ¿Entonces cómo se te ocurre faltar a la universidad cuando tienes una beca?- dijo nada más yo cogí el teléfono.

- Oh no...lo olvidé- no me podía creer que me hubiese olvidado de algo tan importante.

-¿Qué vas a hacer?- dijo frustrada.

-Mentir...no tengo otra opción- solté cabizbaja y colgué. 

Fin de la llamada

Tras el suceso, salí corriendo a casa dejando a los dos maravillosos chicos en aquella mesa.

Llegué a casa, cerré la puerta, y no pude evitar llorar; las lágrimas no cesaban de mis ojos, apenas podía ver, soltó sentía una neblina húmeda. Había sido idiota, había actuado sin cabeza y mi actitud había sido típica de una niña, todo se me estaba complicando.


Me desperté y me encontraba en el suelo, entre los brazos de Leo y bajo una mirada paternal.

- ¿Leo?-pregunté sorprendida.

-No dabas señales de vida...entré por la ventana y te encontré tirada en el suelo con los ojos rojos, por un momento pensé...que te habías quitado la vida; mas justo en ese instante giraste el cuerpo e hiciste un sonido bastante singular.

-¿Qué hora es?- dije recordando la universidad...

-Las cinco de la mañana...aún faltan tres horas antes de tu primera clase. Siento haberte distraído.

-No es culpa tuya...¡Espera!, ¿Cómo lo sabes?

-Te dejaste el gmail abierto, y vi el horario, todos los apuntes que te mandaron y todo...Decidí imprimirte todo, y subraye lo importante en una segunda copia que también te dejé, ahí está todo- dijo señalando la mesa.

- Muchísimas gracias, pero no era tu trabajo, el fallo fue mío.

-Solo quería ayudar- sonrió.

-¿Y Mixta?- pregunté.

-Al intentar contactar contigo y no poder, dijo que necesitarías tranquilidad para pensar y que mañana se pasaría por aquí, luego, se fue. ¿Quieres saber algo más?

-No, gracias.

-¿Te gusta Mixta?- soltó, lo que hizo que tragase saliva, y lo que creo una confusión en mi mente demasiado grande.

-Leo, sólo os veo como mis amigos- dije falsamente.

-¿Y el beso entonces fue de amigos?¿Lo sueles hacer?- comentó con tono sarcástico y burlón.

-No...O no sé, me estás colapsando la cabeza de una manera rubio pollo.

-¿Te parece bonito llamarme así?- dijo y rió.

-¡Sí!- exclamé y sus labios se estamparon con los míos.






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