¿Libre?

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Media hora. No llegaba. Mierda, mierda, mierda. Agarré mi celular, mandé un mensaje a Andrea y me fijé en las escusas que tenía anotadas en las notas de mi celular. Esta semana ya usé la escusa de: "vomité toda la noche por el café". Me había mirado raro, se sentó y seguí con mi vida. Pero funcionó y eso me hizo feliz. Hoy voy a usar: "la grua se llevo mi auto". PERFECTO. Mientras corria para no llegar tarde, sentía que el viento de las calles de Inglaterra y mi vestimenta de verano no combinaban en absoluto. "Una cuadra", me repetía. Pasé por la cafetería con precios super caros (porque sino mi jefe se enoja) y le compré su dichoso y asqueroso café. No es que no me gustara el café, solo que no me gustaba solo. Llegué y empecé a ponerme nerviosa como siempre. Algun día le estamparía una silla, pero por ahora, él me la estamparía a mi y yo lo perdonaría. Subí el ascensor, saludé a todos y me enfrente a la puerta en la cual figuraba "Alan Ossue". Respiré hondo, me pegué una cachetada y entre segura de mi misma. No era tímida y mi tempramento siempre se desenfrenaba frente a él.
-Tarde - dijo apenas entré.
Lo vi sentado con miles de papeles y una prostitu... digo, una asistenta de las gerencias de area, y el arquitecto Roger que siempre me sonreía para que el "ambiente sano" que la empresa prometía, no se esfumara (ese ambiente sano Alan se lo pasaba por su retaguardia y la de la prostituta de atras).
-La grua...
-Se llevó tu auto , ya sé - me miró y luego a Roger - Llevala arriba -. Roger asintió y vino hacia mi, que ya me encontraba demasiado enojada.
-Hoy tomo un café frío- me dijo en un susurro. Intente no reirme y me acerque al escritorio y le dejé el café con una sonrisa de superioridad. Me miró con su tipica cara de piedra y le dije sarcasticamente
-Espero que este café SI lo disfrute- y me fui antes de que me gritara.
La mujer le dijo algo q no pude escuchar y cuando salí junto a Roger, no paramos de burlarnos de la escena repitiendo que no iba a cambiar nada y que claramente el "ambiente sano " junto a Alan Ossue nunca existiría.
Ahora la pregunta es ¿Por qué todavía no me echó de la empresa? Por una sola razón . Yo vivía con él.
¿Por qué? Soy la hermana de Mario ,  q falleció hace 3 años y era su mejor amigo. Él le prometió que me iba a cuidar. Yo tenía apenas 20 y estaba estudiando con el dinero que Mario aceptaba prestarme para la facultad. Mis padres murieron y no tengo familia. Lo único que tenía era mi hermano hasta q la droga lo supero.
No dejé que nada me afectara y lo supere por el, seria feliz, por él , solo por él.
Alan tiene ya unos 40 años y lo quiero como a mi padre, pero peleamos muchas veces respecto a que tiene que casarse. De todas formas, lo aprecio mucho y siempre voy a respetarlo... Obviamente fuera de este edificio, porque aca adentro ambos eramos como dos contrincantes de boxeo.
Alan me dejaba quedarme con él hasta que pudiera ahorrar y empezar la facultad, la cual en 1 semana voy a empezar. Lo malo de el era que me protegía como si no pudiera elegir como vivir ya que, si lo hacía, terminaría en las drogas o quizás peor, en la prostitucion. No entendía su criterio abrumador y específico. Reglas y más reglas. Estaba harta.
Pero estaba muy emocionada por poder empezar a usar mi cabeza en algo, y que mejor que en la facultad , ¿no?

Entonces, subí con Roger y vi que mis cosas estaban en cajas y mi oficina estaba vacía. Cuando mire a Roger parecia apenado, y yo con mucha verguenza por preguntar...

-¿Me hechó?- le pregunté señalando las cosas, él me miró confundido y dijo:

-No, claro que no - se acercó - la empresa se fundió.

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Cuando llegué a casa, mejor dicho, a la casa de Alan, justo salía una de sus prostitutas por la puerta con cara de "Yo me lo cogi toma puta, no se va a casar nunca". Entonces entré muy enojada y me lo enfrenté.

-¡¿Por qué mierda no me dijiste ?!- le grité cuando entré en su habitación. Nunca habíamos peleado en esta casa, era una regla.

Él lo único que hizo fue mirarme con cara de enfado y se encerró en el baño. Cuando lo hizo, escuché como la ducha se prendía y sabía que él también no entendía como pudo haber pasado que su empresa tomara ese camino.

Me senté en la cama y empezó a golpear el colchón. ¿Y ahora? ¿Cómo voy a pagar la inscripción de la facultad? La beca no era suficiente, no ,no lo era.

No me di cuenta el tiempo que había pasado, hasta que Alan salió del baño y se propuso a hablar.

-Te tendrás que ir de la casa - me dijo serio mientras buscaba ropa.

-¡¿QUE?! - estaba shokeada por lo que estaba diciendo y no pude contenerme en pararme y hacerle frente - Lo prometiste Alan, se lo prometiste a mi  hermano.

-Tienes dinero juntado. Págate el alquiler de algun departamento, lo que sea. No me importa - me miró a la cara y cerró la puerta del armario con desprecio y se fue al baño de nuevo.

No supe que hacer, así que agarré mis cosas y me fui con lo poco que tenía ahorrado. Lo haría. Me pagaria un departamento e iría a la facultad, así lo iba a hacer, y nadie me iba a decir que hacer nunca más.

Había pasado media hora desde que no sali de mi habitacion para absolutamente nada. Acepté cada uno de sus sentimientos hacia mi, sin importar que los expresara de tal manera. Yo no quería ser la muñeca de trapo, pero tampoco quería ser la muñeca de porcelana. Tan solo queria ser YO. Salir por las calles y mostrar quien era. Ver a la gente, conocerlas. No es que no lo hiciera por supuesto, pero quería relacionarme con cada una que se cruzara. Me perdía de algo. La vida.

Me fui sin hacer ruido de casa y me encaminé por las calles de Stratford. No estaba caminando sin rumbo, tenía un plan . A no ser que aparezcan los drogadictos que acosaban mujeres, o eso es lo que decia Alan... BASTA. Tenía que enfocarme en no chocar con un poste. Bueno, si seguía así me iba a estampar la cara contra la realidad, que era que me había perdido.

GENIAL. Super-mega-hiper genial. Nadie dice eso Aria, nadie dice eso.

Decidí preguntar a alguien pero no pude. No pude acercarme más de lo que frecuentaba, que eran 3 metros. Sabía que me iban a reconocer, tenía que hacer algo, no podían descubrir a Pollera Azul.

Intenté caminar rápido y averiguar por mi misma donde estaba. Abrí mi teléfono y me encamine donde Andrea.
Cuando llegué, el alivio me abraso y me felicitó. ¿Quien más podría felicitarme de algo tan ridículo?

-No me jodas -me dijo Andrea apenas abrió la puerta y la vocanada de viento ingreso a su pequeña casa - Odio a ese hombre. Pasa - me dejó entrar y lo hice, desesperadamente. Hacía frío, no podía fingir que el viento no me dejaba los labios resecos y con ganas de algo caliente.

-El calefactor anda demasiado mal - me dijo mientras golpeaba lo que sería una estufa que se caía a pedazos - pero bueno... Dime, ¿te hechó o viniste por mi te verde?
- Ambas - le sonreí para que no se preocupara y el tema se terminara. Hablarlo era gastar tiempo sin remedio alguno.
- Voy a hacer el te.

Habíamos tomado el te y ni siquiera tocamos el tema, pero eso no me molestó en absoluto, ya que prefería seguir adelante y olvidar todo. Alan no se había molestado en llamar ni en preguntar cómo estaba y eso me resulto tan lejano a la realidad que asustaba.

-El sillón es suficiente - le dije a Andrea mientras acomodaba mis cosas.

-¿Segura? Puedo dormir aca, es tan solo una noche - me dijo.

-Anda a dormir, mañana nos vemos - la eché a su habitación para que pudiera descansar. Esa mujer nunca descansaba, trabajaba todo el dia - Ire a visitarte al bar asi tendras compañía.

-Descansa - me da un beso en la frente y se va a su dormitorio.

Me recuesto y no puedo evitar pensar y pensar. Una persona viene a mi mente, no se su nombre, pero si recuerdo lo que vi. Su esposa, sus hijos, una vida feliz. Un sonrisa se me escapa y caigo profundamente dormida viendo como me transformo en una sombra detras de vidas, que solo viven en una realidad a la cual solo podrás ver en tus sueños.

INDEFINIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora