-Es hora de que te vayas-Me Dijo el Oficial Dominguez, introduciendo la pequeña llave en el candado.
Desde el primer momento en que lo vi pensaba en que era un tipo muy idiota, pero con mi estadía acá me di cuenta que no era cierto, él me contaba siempre de los problemas que tenía con su esposa, la muerte de su hámster por la culpa de su menor hija, sus miles de animales que tiene en su hogar, etc. Era un tipo muy chistoso, al final creo que llegué a convencerlo que yo era inocente, a pesar de que su única respuesta era: ''Soledad, no tienes pruebas''
Agarré mi maleta para así dirigirme con pasos decididos hacia la puerta y estrecharle un abrazo de oso al Señor Dominguez. Sabía que sería mi última vez en verlo, bueno no creo que algo malo pasara nuevamente para volver aquí.
-No quiero volverte a ver nunca más por acá- Me dijo en el oído mientras nos separábamos del abrazo.
Me limité a decirle únicamente un ''Gracias por todo'', porque sabía que si seguía hablando me echaría a llorar mares. Nunca me gustaron las despedidas, estaban en mis listas de cosas que detestaba en la vida.
Me acaricio la cabeza tiernamente como último gesto de cariño hacia a mí, para que así finalmente me haga una seña que intentaba decir ''Tienes que irte''.
Observé al lado derecho, me encontraba con una movilidad color negra algo vieja que estaba acompañada con el logo de la municipalidad del distrito. Esto solo significaba una cosa.
¡Hogar, nuevo hogar!
Le dirigí una última mirada al oficial para así entrar al auto y dirigirme hacia el Hospicio...
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El carro se estaciono frente a una mansión que tenía aspectos parecidos al de un hospital. Bueno yo me imaginaba algo peor, al menos el lugar parece silencioso y bonito.
Me limité a bajar de la pequeña movilidad para así poder estirarme, ya que el viaje la verdad fue muy largo y mi trasero pagó las consecuencias. El chofer bajó mis maletas para así darme una señal en que decía que lo siga.
Al tocar el timbre nos abrieron las grandes puertas para así lograr entrar al lugar, a decir verdad era demasiado grande, habían niños, chiquillos de 7 o 6 años correteando por todos los lugares, también observé a señoras que cargaban bebés.
No comprendía que hacían unos bebés en estos lugares, no logro captar el por qué los padres deciden no cumplir con sus cargos y dejarlos en estos lugares para así otros señores se los lleven y quien sabe tal vez le quiten los órganos, el corazón, el ojo. Muy indignante era saber todo las cosas que pasa en el mundo hoy en día.
Observé a un señor con barba a lo lejos, acercándose hacia a nosotros. Al parecer era el gerente o algo similar del lugar.
-Señor James, ella es María Soledad-Me señalo el chofer, mientras yo solo me limité a darle una sonrisa al extraño. –Supongo que el jefe le ha hablado del caso-El señor con barba asintió-Acá tiene los papeles de la joven-Le entregó un sobre color mostaza y el señor los cogió. –Eso es todo-Dijo para finalmente despedirse y dejándome con el extraño y mis maletas.
- Ven, sígueme. Te presentaré a tus compañeros de clase. – Se dio la media vuelta y comenzó con su caminata.
Este señor era ¿Mal educado o qué? Ni si quiera se presentó conmigo, ni me dijo ''Buenos días'', y lo peor!!! Yo Tenía dos maletas con un peso de elefante y no podía lograr ni si quiera dar un paso por la culpa de su ''Amabilidad'' conmigo. Que patán, no me cae.
Me tomó de sorpresa que me tomara del hombro, para así presentarme con unos muchachos que estaban reunidos en una mesa, se me paso al instante por la cabeza que ellos eran mis compañeros con los que compartiré un buen rato en mi vida.
-Chicos chicos, préstenme atención. Ella es María Soledad, su nueva compañera. Quiero que sean amigos. –Resaltó la palabra final. –Y que la hagan parte del grupo.
Me limité a dar una sonrisa sin mostrar los dientes para todos, aun que mi incomodidad ya se estaba haciendo presente por la mirada insistente del chico ruloso, con hermosos ojos a decir verdad.
-¿Ella no es la hija del presidiario? –Pronunció una chica con un aspecto de ego subido a mil. Al parecer, al salir únicamente 15 segundos ante miles de cámaras, ya me había hecho famosa.
En realidad yo no era de esas personas las cuales se ofendían con pequeñas palabritas, lo contrario. Me daba igual, me han dicho cosas peores. Y también me lo han dicho personas que nunca pensé oír aquellas palabras saliendo de su boca. Como en el caso de mi madre.
-No le hagas caso.-Intervino otra chica lanzándole una mirada fulminante a la Pituca. Si, ya le puse un apodo.- Soy Iveth, mucho gusto-Me dio una amable sonrisa, la cual no dudé en corresponderle.
-Yo soy Joao, me dicen el cometa , porque llevo al cielo a las chicas.-El ruloso le dio un golpe despacio en el hombro, para así reírse ante el faltoso comentario de Joao. Aun que parece un chico de buena carísma, espero que no sea tan pendejo.
-Yo soy Adan.-Dijo finalmente el ruloso. Adan ... Lindo nombre.-Encantado en conocerte.-Me sonrió . ¡Su sonrisa era P E R F E C T A !
Antes de decir palabra alguna, un ruidoso sonido me interrumpió. Era la alarma de volver a las habitaciones me supuse ya que la mayoría estaban corriendo directamente hacia una puerta.
Sabia que no había marcha atrás para esto, ojala no sea tan malo como lo pensé en todos estos meses. Solo son dos años,Soledad. Y podré ser libre, para salir a buscar respuestas del porque la tragedia de aquel jueves.
Mi madre me había arrebatado a la única familia que tenía, porque ella, nunca fue una madre para mí. Ni si quiera tengo idea del porque le sigo llamando así.
Cuando salga, iré a buscarte, querida.
Mientras tanto sigue gozando por mi desgracia.
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Holaaa a todos! Tal vez se les haya complicado entender esta novela con su título, en realidad el romance de Soledad ocurrirá más adelante. Ella tiene un pasado que no se lo ha contado a ninguna persona, antes. Es una chica necesitada del amor de familia, ya que nunca la tuvo, pero vendrá Adam que es el chico de la imagen , e intentará hacer de sus vidas uno color de Rosa.
Es mi primera novela y esto es algo nuevo para mí , me demoré largos ratos en poder escribir este capítulo L
Muchas buenas vibras para todos!
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Quiero una vida color de ROSA
Romance- Quiero una vida color de rosa. -Me repitió la misma oración de aquel jueves.Me lo dijo mirándome directamente a los ojos, mientras acariciaba mi mejilla con una mano suya. No estaba completamente segura de lo que le iba decir, pero mis palabras sa...