El Ahogado Más Hermoso

Detrás de él queda menos de un metro de tierra, veinticinco metros más abajo, el mar. En frente suyo, un soldado francés en desventaja.
Su mano derecha, con arma en mano, no deja de temblar, por primera vez es él quien está en ventaja por sobre otra persona, no sabe como accionar.
Intenta tranquilizarse, recuerda aquel día que su padre se calmaba contando en voz alta. Su mente ya no está más en ese lugar.

Está en su cuarto, veinte, quizá veintidós años antes. Su padre está medio ebrio y al verlo comienza a pegarle, claro que tenía motivos, se había sacado bajas notas. No era la primera vez que pasaba.

El dolor de esa noche lo trae nuevamente al presente.

Es incapaz de causar tanto dolor, o al menos ahora que acaba de recordar. Por un momento está a punto de dejarlo partir y  perdonarle la vida pero ve un detalle una mueca o algo que no llega a decifrar que lo inunda de odio.

Ahora está en la casa de su novia, perdón su prometida, con un gran grupo de amigos, de fondo: la radio. El no deja de contar orgullosamente "bromas" muy crueles de todas aquellas veces que hizo sufrir a otros y, por más que sus amigos hayan estado con él mientras las hacía y se las sabían de memoria, lo admiran y aclaman como a pocos.
Su prometida lo ama, lo ve hermoso, alto, fornido y capaz de defenderla de cualquiera.
Las risas se van apagando y desaparece del todo con un anuncio en la radio: Alemania entra en guerra con Francia.
La adrenalina le inunda el cuerpo, todos lo imaginan despedazando franceses onnubilados de sólo pensarlo.
Tanta fuerza, tanto poder o al menos eso creían.

El soldado alemán ya no está con sus amigos, muchos de hecho puede que estén muertos: por balas, cañones o explosiones y no tiene la presión de actuar como sus amigos creen que es y tampoco hacer de víctima como lo era con su padre.
Su mano tiembla, después todo su cuerpo y por último su miedo hace que todo el lugar también tiemble. Se le cae la pistola, en un parpadeo el francés agarra el arma y le da en su pierna derecha. El alemán no logra equilibrarse y cae, cae mucho.

Muere ahogado. Ahogado por las angustias que llenaron sus pulmones antes de que su cuerpo tocara el agua.
Su cuerpo comienza a hundirse, desde la superficie aún se ven burbujas de hermosura que ya abandonaron ese alma horrible.