Paso una media hora en la que ambas estuvimos en la habitación, Almendra ayudaba a arreglarme mientras conversábamos y reíamos, al terminar, no pude reconocer a la persona que veía en el espejo, mi peinado y maquillaje la hacían parecer como si realmente viniera de una época muy antigua y sofisticada, me toque el rostro para comprobar si era verdaderamente mi reflejo o una persona completamente diferente, la respuesta era obvia, pero seguía sin creérmelo, Almendra me miraba con una gran sonrisa de oreja a oreja , orgullosa por lo que había hecho con mi apariencia
–¿Le gusta?- Me pregunto mirándome fijamente, es como si tampoco me hubiese podido reconocer
–¡M-Me encanta! Tienes mucho talento para estás cosas, deberías trabajar en algo como esto ¿No crees?
Ella se sonrojo un poco por mi halago, estuvimos conversando por otro rato, hasta que alguien, que seguramente era Sebastian, tocó la puerta
–Mi Lady, ya casi es hora de irnos, ¿Ya esta lista?
Al mirarme, el esbozo una de esas sonrisas que matarían a cualquier mujer, claro que, con el tiempo, creo que ya me he acostumbrado a ella, sin embargo, no puedo evitar que mis mejillas se pongan levemente rojas de tan solo verlo, Almendra lo notó, por lo que me tomo de los hombros y me acerco a el con una gran sonrisa, que expresaba orgullo, con un leve toque... ¿Travieso?
–Así es Sebastian, ella esta mas que lista, de seguro que ella va a brillar en la fiesta y todos hablaran de lo linda que es
Sebastian río un poco ante su comentario, no sabía que los demonios expresarán sentimientos, o quizás esta simplemente fingiendo para parecer más humano, quien sabe que es lo que piensan los demonios, pero este es algo curioso
–Eso es lo mas seguro ¿Vamos My Lady?
El mayordomo hizo una leve reverencia y abrió la puerta de la habitación, claro que no perdí tiempo y salí de inmediato de aquella, aunque mis sirvientes digan que me veía hermosa, no podía evitar sentirme preocupada por el como me verán las demás personas en la fiesta, contando también al Conde Dominic, pues después de todo, era mi primera vez en un baile elegante, nunca antes me habían pasado cosas como estas y expresado sentimiento como ahora, pues siempre he estado en una pequeña prisión, salimos pronto de casa, ya había un carruaje preparado, al parecer mi Mayordomo se tomaba su trabajo en serio, los chicos no se veían por ninguna parte, por lo que Sebastian le dio indicaciones a Almendra para que ella de avisara a los otros, Sebastian me ayudó a subir al carruaje, ya que el vestido no me permitía hacer mucho movimiento, y una vez empezamos a andar, me quede pensando en toda la cantidad de cosas absurdas que han pasado, primero, la mujer extraña de la celda, después, la invocación de un demonio a través de un pentagrama raro, después la mansión, los sirvientes, etc.... ¡Esto definitivamente no tiene ningún sentido! ¿Será que solo es un sueño y aun sigo en ese espantoso lugar? ¿O realmente mis manos están manchadas con sangre de las personas que tanto me hicieron sufrir? Miré fijamente mis manos, aquellas que alguna vez estuvieron sucias y llenas de heridas y que ahora estaban con unos hermosos y finos guantes, la cantidad de familia que había hecho sufrir por haber asesinado a esa muchedumbre.... No, era muy tarde por arrepentirse, ellos se buscaron ese castigo y ahora están ardiendo en el infierno, aunque pensándolo bien, yo también voy a arder con ellos en cuanto deba entregarle mi alma a Sebastian, pero Dios no me ayudó, el demonio era mi única oportunidad para escapar de ese lugar y jamas volver, quise alejar todos esos pensamientos de mi cabeza, por lo que solo observe las lujosas y enormes manciones del lugar en donde vivía el Conde, e incluso me puse a fantasear un poco en como era de apariencia y personalidad, de seguro era todo un príncipe encantador, además de que fue tan gentil de invitarnos a su fiesta ¿Que podría salir mal?
Al llegar al fin a la mansión, mi mayordomo me ayudó a bajar de aquel carruaje, y al ver el enorme "palacio" ante mi, no pude evitar soltar un 'Wow', bastante impresionada por el tamaño de aquella, habían muchas carrosas y coches aparcados, quizás más de los que se pudieran contar, al entrar a aquella enorme residencia, noté que los grupos de conocidos ya estaban juntos, mientras que yo estaba sola con solo mi sirviente acompañándome en silencio, ahora ya no estaba segura de seguir en ese lugar más tiempo, pues me sentía muy nerviosa y no sabía que decir o hacer para acercarme a los demás y crear una charla, pensé en darme la vuelta e irme a casa, hasta que noté la mirada de una joven mujer que estaba acompañada por otras 3, se veían muy amistosas, la joven que me miraba de acercó con una sonrisa elegante y a paso gracial a mi, como si estuviese flotando a pocos centímetros del piso, su vestido celeste era hermoso, pero sin llegar a lo demasiado pomposo ni a rebajarse de los demas, le iba muy bien, su cabello rubio no era muy largo, apenas le llegaba un poco más abajo de los hombros, y definitivamente sus ojos color esmeralda era lo que más destacaban
–Al parecer ustedes requieren algo de compañía, mi nombre es Antonella, ¿Y el suyo?
Su forma de hablar era muy suave, pero se le podía entender lo que decía a pesar del ruido de la fiesta, también tenía un acento bastante peculiar, por pues nunca antes lo había escuchado, aunque no podía detectar su país de origen
–¡Ah! Mi nombre es ____(TN), es un gusto conocerla a usted
Ella me dedico una sonrisa, pero luego sus ojos brillaron con curiosidad
–Claro, últimamente he oído hablar mucho de usted, aquí los rumores viajan muy rápido, Usted es la nueva que vive en la Antigua mansión ¿Verdad?
–Así es, hace poco me mudé aquí, así que no conozco a casi nadie
–Lo mismo ocurría cuando llegue aquí, al parecer todos son muy tímidos
Ambas reímos, quizás esto era el inicio de una buena amistad, pero algo de lo que había aprendido era no confiar demasiado en la gente, pues ellos te hacen daño apenas tienen la oportunidad, de pronto, el salón quedó en total silenció y todos miraban en una dirección, por lo que Antonella y yo tratamos de colarnos para ver de qué trataba, un hombre alto vestido de Mayordomo, de profundo ojos amarillos y lentes estaba al lado de un joven muy apuesto, el carraspeo la garganta y mirando a quien parecía ser su Amo, habló
–Damas y Caballeros, ante ustedes el gran organizador de esta maravillosa Fiesta, nuestro querido Conde Dominic
Todos en el salón aplaudimos ante el, mire a Sebastian unos momentos, su rostro totalmente frío y sus ojos fijos en el otro Mayordomo no me causaba buena espina
ESTÁS LEYENDO
Tenias que ser Tu (Sebastian x Lectora) (Kuroshitsuji) (Continuación)
FanfictionContinuación de la primera parte de "Tenias que ser Tu"