Embarazo -Luhan-

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Tenía 7 meses de embarazo y me dolía todo, desde el cabello hasta la uña del pie. No había podido dormir durante días ya que la posición en la que debía hacerlo no era exactamente la más cómoda.

Estaba físicamente cansada y algo harta del embarazo, pero el bebé pateaba todas las mañanas para saludarme y repetía aquel acto cuando su padre le hablaba. Ese tipo de acciones eran las que lograban hacerme sonreír a pesar de mi estado de agotamiento.

-Como amaneció mi pequeño ciervo -dijo Luhan luego de desperezarse y acercarse a mi enorme panza para colocar una mano en ella.

La respuesta no tardó en llegar lo que nos hizo sonreír a ambos.

-Hoy amaneció feliz -dije al sentir que no paraba de moverse.

-Al igual que yo -Luhan se acercó a mí para darme un suave y no tan corto beso en los labios- Buenos días mi amor.

-Buenos días -logré responder antes de que sus besos bajaran hacía mi cuello y sus manos dejaran mi panza para acariciar mis piernas.

Era sábado y no teníamos más planes para el día que la cita con el ginecólogo en la tarde, así que podíamos pasar toda la mañana en la cama conversando... o haciendo otras cosas.

El médico nos había asegurado que las relaciones íntimas no le harían daño al bebé luego de algún tiempo en el que Luhan no quiso ni siquiera acercarse a mí. Desde entonces encontraba cualquier excusa para hacer de las suyas conmigo.

-Tu amor y el de este pequeño bulto hacen que logre seguir viviendo -dije cuando logré estabilizar mi respiración luego de que Luhan exhausto por el esfuerzo físico, se tumbara a mi lado.

Rio suavemente y se acercó a mi para darme un beso en la mejilla quedándose con el codo sobre el colchón y su cabeza apoyada en su mano.

-¿No has podido dormir? -preguntó mientras colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

-No -respondí negando con la cabeza- Ya son 4 noches seguidas que duermo a la medianoche y me despierto a las 2 de la madrugada.

-Ya te dije que me hagas despertar -me regañó.

-Y de qué sirve que te despierte si no puedes hacer que yo duerma.

-Tal vez no pueda hacer que duermas de inmediato -dijo acercándose a mi oído- Pero podría hacer que lo hagas luego de agotarte completamente -reí ante su ocurrencia.

-Te pasas Luhan.

-¿Por qué? -fingió inocencia y volvió a su antigua posición- Podríamos conversar hasta que te canses -lo miré frunciendo el ceño- Ah... lo vez. Eres tú la que solo piensa en sexo.

-¿Y sobre qué conversaríamos? -dije intentando cambiar de tema.

-Amor -me miró como si hubiera dicho una tontería- Tenemos tanto de que hablar -sonreí.

-¿Como qué?

-Como que... que nombre le pondremos al bebé.

Aún no sabíamos si era varón o mujer, y yo no quería saberlo, pero Luhan sí. Tuvimos una larga discusión sobre ello llegando a la conclusión de que él lo sabría, pero lo mantendría en secreto para todos. Esa misma tarde Luhan le pediría al médico que le dijera el sexo del bebé en privado.

Solo pedía que él supiera mantener el secreto lo suficiente y que no me revelara ninguna pista innecesaria.

-Esta sería la última conversación sobre el nombre del bebé -dije seria.

-¿Por qué?

-Pues porque cuando tú sepas su sexo no podrás mantener bien el secreto si conversamos sobre su nombre. Seguro solo sugerirás nombre de niño o niña.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2016 ⏰

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