P r ó l o g o

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El albino miró al morocho con lágrimas en los ojos, todos se estaba derrumbando frente a ellos de manera lenta y dolorosa.

-¿Es que acaso no confías en mi?

- No confió ni en mi mismo, Yago - sonrió de manera nostálgica .

- Pues yo si lo hago , yo confió en ti , yo confió en ti de manera ciega - comenzó a pegarle en el pecho mientras lloraba.

-Basta Yago, me lastimas - el morocho reía entre lágrimas.

-Tu me lastimas aun mas con tus palabras , diciendo que no confías en mí pero yo si lo hago , yo puedo confiar por los dos - dejo de golpearlo para comenzar a reír de manera cínica - Claro, ya entiendo. Nadie puede confiar en un huérfano que estuvo a punto de morir -volvió a reír de la misma manera -.

-Yago.Por favor, no hables así de ti.Eres una persona maravillosa.
Pero supongo que te merecerás a alguien mejor, que sepa darte lo que yo no -sonrió- Supongo que así lo querrá el destino,pero fue un placer coincidir contigo en esta vida -su rostro estaba cubierto de lágrimas-

-Yo te quiero a ti a mi lado no a alguien mas, el destino no me importa , el destino lo trazo yo mismo -sonrió de manera triste ocultando su llanto- estas dejandome,me prometiste que jamas me dejarlas , que nunca me ibas a abandonar no eres diferente de ellos , eres idéntico.




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Perfectamente Imperfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora