¿Qué mierdas hacía Ethan cogiéndome del brazo? Me solté de golpe, ya que me estaba empezando a hacer un poco de daño.
-¿Pero tu de que vas? ¡Me ha dejado el brazo rojo, imbécil!
-Si, bueno. ¿Por qué le hablas así a mi novia?
-¿Cómo que "así"?- Dije simulando las comillas con los dedos. No me lo podía creer. - ¡¿Nos ha llamado pringadas y quieres que me quedé callada?!
-Esque ella tiene razón, eres una pringada, eso si. Una muy guapa. - Dijo levantando las cejas.
-Me estoy dando cuenta de que tú eres como ella, o incluso peor. Los dos días asco.- y me fui dejándome con la palabra en la boca, tal como hice con Melody.
Seguí al grupo y llegamos a un centro comercial. El monitor dijo que teníamos dos horas libres para hacer lo que queramos, así que me fui con Sandra y y Mariely a dar una vuelta por ahí.
-¿Qué hacías antes hablando con Ethan? Dios, eres una puta afortunada, pero aun así te queremos.- Era Mariely, nadie había hablado aun durante el camino del tema.
-Aww, y yo a vosotras. Pero de afortunada nada, es un idiota, he perdido mi tiempo con él.
-¿Y eso?- Esta vez era Sandra.
- Nada, que dice que somos unas pringadas, es decir, lo mismo que nos dijo la estúpida de su novia. Aunque hay que admitir que es guapo el niño. - Namás decirlo me arrepentí. Una voz se escuchó detrás nuestra, una voz muy conocida ya.
-Así que soy guapo, ¿eh? - Mierda Gin, mierda.
Ethan en multimedia.
ESTÁS LEYENDO
La Apuesta.
RomanceUna maldita apuesta. Todo por una maldita apuesta. Yo soy Ginebra, Gin para amigos. Y esta es la historia de cómo una simple apuesta cambió mi vida al completo.