Cuando te conocí

52 3 2
                                    

El timbre qué indicaba el fin del receso nos acercó. Era mi primer día de educación Secundaria. Yo estaba muy triste odiaba estar en el turno vespertino y por eso odiaba a todos mis compañeros y maestros que también me parecían idiotas.

Mire mi reloj y me aproximé al estúpido salón de clases antes de que todos se juntaran cuando sonará el timbre.

No recuerdo bien como paso, mis recuerdos están confusos. Yo estaba en un segundo piso mirando hacia abajo y te vi. No lo sé talvez fue mi edad, pero sí me paso eso que siempre narran en las historias románticas. Para mí si fue verdad. Sentí como tu mirada sacaban mi alma de mi cuerpo, en ese instante no sentí nada como sí no tuviera cuerpo. Mi alma espíritu o lo qué sea se dirigían a ti. Eso es lo que sentí o al menos mi forma personal de describirlo. Para tí según mi interpretación fue como un golpe en la frente. Tu risa fue como la de un tonto por lo que yo también sonreí.

Tu lindos ojos miel brillaron en torno a tus largas pestañas. Y puedo asegurarte que en toda mi vida nunca he visto una sonrisa más bonita que la tuya.

Sentí pena y me aleje del balcón.

Alguien no sé quién me grito que no sería la clase en esa aula. Bajé corriendo enojada en donde estaban mis supuestos compañeros que me fastidiaban. Entonces observé cómo el maestro de matemáticas se dirigían al aula en dónde estaba.

!Malditos idiotas pensé!
Otra vez tendría que pasar a un lado de esos mocosos gritones igual que yo. Al subir las escaleras tú las bajas, esta vez al mírate sentí un terremoto grado 10 en mi alma y mis piernas temblar. Tu cara de tonto paralizado me hizo reír.

De inmediato cambié mi cara por una aburrida e indiferente. De lo único de lo que estaba orgullosa era no poner cara de tonta cada vez que un niño bonito me miraba. No entendía porque debía gustarme sólo por ser bonitos, además siempre resultaban unos idiotas creídos.

Me gustastes si, le di importancia no, era una niña. Me impresionó mucho, tube miedo y no supe reaccionar de mí. Era solo una niña.

Camine en negación hacia mi clase. Que podía hacer lanzarme a tus abrazos y decirte mío, pués claro que no. Me agarré del balcón para tomar aire. Volteó y tú estabas a un lado de mi. Tus lindos ojos miel que no sé a donde me transportaba.
-Eres muy bonita. - Dijistes nervioso. Yo solo te miraba sin decir nada. Todos los de mi clase ya estaban dentro del salón.

Tu te inclinastes hacia a mi y me pusiste nerviosa. El profesor me matemáticas nos asustó al preguntar si me me estabas molestando y yo le dije que no y entre al salón.

Tú te quedaste pensando un segundo para después correr a tu clase.

Un Fantasma EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora