Van a añorarme, van a extrañar mis pasos, se darán cuenta de mi ausencia cuando no haya marcha atrás y buscarán seguirme entre hojas secas que no marcarán rastro. Gritarán mi nombre por todos lados, esperarán la respuesta a su llamado como brindador de esperanza, de vida, de encanto.
Buscarán en lugares recónditos y fríos pero ya no estaré allí esperando por ustedes. Mi voz no va a estar en las nubladas mañanas ni mis caricias, besos, o abrazos. No volverán a palparme, no sentirán el ardor de mi cuerpo, el ardor del amor que terminó en engaño; mis cabellos negros se perderán en los ríos, el aire los conducirá a noches majestuosas, mis ojos alguna vez encantadores se perderán cómo joyas enterradas bajo el fango y mi testamento no será mas que su arrepentimiento, que la culpa los carcoma, los mate vivos, que sepan que mis últimas palabras fueron llenas de dolor, de odio por haber amado tanto.
Esto no fue culpa mía, los llamé, los añoré les pedí cariño, cuidado; curé sus cuerpos heridos, cubrí mares y ríos para que no se hundieran en aquello desconocido, pinté las rosas de rojo, las nubes de blanco y tú a cambio me pintaste de negro y olvidaste calmar el sufrimiento del que brotaba mi llanto.
Esto no fue culpa mía, yo le pedí que no lo hiciera, que mirara mis ojos, que me atesorara... ¡Yo no quería convertirme en pasado!, yo les rogué, especialmente a ti "amor mío"... que me acogieras en brazos y con canciones alegres me guiaras al descanso, pero ustedes callaron, tuvieron miedo de mi y ahora me encuentro aquí, ya no puedo dar un paso atrás, hay abismos rodeandome y nadie vendrá a sostenerme.
Van a extrañarme, lo se, no puedo decir que nadie me quiso, que nadie se acordará de lo que fui, se que lo harán; se que me buscarán entre las páginas de los libros en que algún día me refugie, entre las letras que creé.
Van a abrir las puertas cuando yo ya haya dejado de tocarlas, rogarán porque mi alma entre, porque llene por completo sus almas vacías pero yo ya estaré lejos de lo que alguna vez fui, de lo que quisieron tanto.
No me busquen, no me encuentren, no intenten que vuelva lo que fui algún día, arruinarán mas mi existencia, ya ha sido demasiado... Cuando él cigarro ya gastado se desvanece en sus propio humo no hay manera de que vuelva a construir lo que había sido, cuando el fósforo se empapa ya no hay nada que lo encienda. Da él ultimo suspiro y apaga el fuego que a nuestro amor mantuvo vivo, mis lágrimas humedecerán aquella llama agonizante y por fin se habrá acabado este infierno en él que vivo por amarte.
