--Bullying-- *Tn Styles*

Capitulo 7.--Bulliyng

Pov's TN

—¿Y cómo piensas cambiar tu look? —me pregunta Stefan mientras abría la puerta del lado del piloto. Yo hice lo mismo en el lado opuesto a este.

—Pues... no lo sé. Estuve pensando en cortarme el cabello y vestirme un poco más a la moda.

—Recuerda que lo importante es que te guste a tí.

—Lo sé.

—No me digas que dejarás de usar tus famosas gafas.

—Oh no, claro que no. Las dejaré.

—Qué bien. Aunque siendo sincero, siempre te ves hermosa. Bueno, al menos para mí.

—Gracias. Aunque pienso que un cambio no le irá mal a nadie.

—En eso tienes razón. Andando.

Stefan arrancó y condujo hacia el centro comercial. Nuestro viaje se basó en bromas, música y charlas graciosas. En unos cuántos minutos llegamos y bajamos del vehículo.

—¿A dónde iremos primero? —pregunta.

—Estuve pensando y decidí ir primero a la estética.

—¿Vas a alguno en especial?

—No, busquemos una.

Caminamos un par de metros hasta que hallamos una. Entramos y una chica nos atiende de manera inmediata.

—Hola, bienvenidos. ¿En qué puedo ayudarles?

—Hola, sí. Quería un corte de cabello.

—Okay, es por allá —dice y luego se dirige a Stefan —¿Tú igual vienes por un corte?

—Oh, no, no. Yo sólo la acompaño —responde y se dirige a las sillas para esperar.
La chica me tomó del hombro y me guió hacia un chico el cual me cortaría el cabello.

—¡Hola preciosa! —me saluda haciendo que me espante un poco por su tono alto de voz.

—Hola.

—¿Cuál es tu nombre?

—[TN] Styles.

—Un gusto. Soy Brandon Thompson y seré el encargado de hacer de tu cabello una obra de arte.

—Genial.

—¿Ya tienes en mente algo?

—Mmm... no. El tema es que no lo quiero muy corto.  Quiero que me sorprendas.

—Entonces comencemos.

Giró mi silla y por lo tanto no podía mirarme al espejo. Después de un largo rato viendo mi cabello caer por el suelo, terminó.

—¡Ya estás lista, bebé!

—¡Has quedado preciosa!

—¡Me encanta!

—Sólo te despunté y corté un par de centímetros.

—¡Muchas gracias! —dije y me levanté de la silla para darle un abrazo.

—No hay de qué, linda.

—¿Por dónde paso a pagar?

—Yo te cobro —dice y le di el dinero. Luego me acerqué a Stefan.

—Wow...

—¿Te gusta?

—Estás preciosa —dice abrazándome.

—Ahora debemos irnos a comprar ropa.

—¿En serio? Es que casi me quedo dormido.

—Anda, lo haremos divertido.