Crees en los vampiros?
Pues acá te traemos una historia de hombres lobos, totalmente incoherente.
Si eres sensible al misterio. Por favor, no leas!!
La crueldad que leerás acá no la podrás creer:
Los lobos existen!!!
El lobo gris, apodado el vegetariano, según los más ignorante pues jamás hemos visto un lobo que coma monte o paja, jeje... Este comía conejo y le gustaba bailar. Todavía lo hacia pero en su interior un fuego como lava rencorosa le carcomía el corazón. Odiaba a los humanos sobre todo aquel que había desatado su parte sanguinaria... Ese humano de sangre caliente, carne sabrosa que tuvo que probar...
Y yo me pregunto: Este parece familia del lobo debutante... ( cara de asombro)
Sentía que por la culpa de ese y de sólo ese se había convertido en lo que era. Cosa que aún no sabia a ciencia cierta pero total esa noche de luna estaba dispuesto a averiguar, así que se fue a buscar al lobo de la pelota para que lo acompañara, aquel le gustaba caminar y nadie mejor que él para ayudarlo a entrar en la espesura del bosque.
¿Que bosque será ese que todos quieren ir allí?
Así que dejó el conejo a un lado, colocó una música suave para que nadie sospechara que no estaba y se dispuso a salir...
Caminante y dominante buscando a su buen amigo de pelotas lobunas, cruzaba la mitad del amplio bosque donde divisaba largos hongos anaranjados con techo de casa abandonada y caminos oscuros dignos de encontrarse con una improvista sorpresa vampirica. En ese momento de camino al encuentro de su amigo una imagen se le vino a la cabeza:
Mientras el lobo rebotaba su pelota de juguete contra el suelo y uno que otro buen árbol de tallo liso, observo por fin algo digno de su dieta.
Comenzó a moverse al ritmo del chacucha, y miró del fruto prohibido un elixir de gran manjar: Una abstracta pera de color rojizo. Ni el mismo sol se encargaría de iluminar su superficie torneada con disimulada belleza, él quiso agarrarla y se fue acercando... Cuando estaba casi al lado volteo a ver a su buen amigo. Y ya su pelota había lanzado, en dirección al fruto lleno de gracia. Tenía una mosca encima, y cayó.
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Mejor no llevamos a nuestro amigo pelotero de aventuras, que luego termina usando al bosque de cancha de futbol jajaja.
Jeje, Eduardo justo una pera!!! Ayyy hace muchos años que no degusto una de esas frutas.
Acá todo está muy raro. Estos lobos (todos) ocultan un siniestro secreto, jeje!!!
Y ese bosque ya quiero conocerlo!!! Eduardo yo quiero esa peraaaaa sin la moscaaaaaaa...
