Capítulo 11

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Y otro día igual, pensaba un chico pelirrojo. Weasley, para ser más específicos. No aguanto más de esta forma.

Y, claro, tenía razón para estar deprimido. ¿Qué eran Hermione y él? ¿Novios?

No, él no se lo había pedido.

¿Amigos con derechos? Si, si. Tal vez eso eran, por lo menos hasta hace unos días.

¡Esperen! Él no le había pedido a Hermione que fueran novios. Y hace aproximadamente una semana habían tenido una noche... Bastante fuera de lo normal, bastante loca. ¡Claro! Aún no eran novios y ya lo habían hecho. A Hermione le gusta hacerlo todo bien, y eso no iba a ser la excepción. Hermione debía sentirse mal, ¿qué significaba todo lo que había pasado? ¿Qué sentían realmente el uno por el otro? Y, como Hermione diría, Ron tiene la capacidad emocional de un ladrillo (o una cucharilla)

Iré a hablar con ella, pensó el pelirrojo no puede volver a darme una respuesta tan inconclusa.

*

–Hermione, sabes que te amo. Y, creo que logré (al fin) comprender lo que hice mal.–le dijo Ron.

–¿Y qué es?–preguntó Hermione, intentando sonar tan indiferente como siempre, aunque no sabía ocultar bien su muy evidente emoción.

–Pues... ¡Mira allá!–Exclamó señalando al cielo.

Si, fuegos artificiales. Cortesía de los gemelos.

Harry Potter: los 19 años vacíosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora