*La mañana siguiente*
"Lou, Lou despierta" susurro Daisy encima del regazo de su hermano "ya es tarde" si lo era, eran aproximadamente las 11:00 y él ni siquiera se había bañado.
Louis abrió los ojos alarmado y con suavidad retiró a la pequeña de encima suyo después se metió rápido a la ducha enseguida tomó el traje de su padre y se lo colocó encima, tomó algunos documentos del escritorio y procedió a despedirse de madres y hermanas.
"Las amo, deséenme suerte" se despidió Louis guiñándoles el ojo
"Suerte Lou" respondieron al unísono.
Pero al parecer la suerte no estaba de su lado ya que al no poseer un coche se tenía que ir en taxi, y no encontraba un maldito taxi en toda la calle. Por lo cual se decidió y se fue caminando a pesar del frío que hacía.
Al fin llegó a Styles Co. Tan solo con unos pocos minutos de retraso, se estaba congelando y sus zapatos estaban mojados debido a que en el trayecto pisó un charco sin darse cuenta, el aspecto físico de Lou en esos momentos seguro era una mierda, pero a él lo único que le interesaban era obtener aquel empleo. Se acercó a la recepción y saludó a Mia.
"Buenos días Mia, vengo por lo de la entrevista"
"Buenos días Louis, llegas un poco tarde" comentó ella con un ceño de preocupación
"Lo se, lo siento pero como no tengo carro me tenía que ir en taxi y no encontré ningún maldito taxi en todo el trayecto"
"Bueno, voy a avisarle al señor Styles que llegaste. Pero debo advertirte que no llegues tarde, el señor Styles perdona algunos minutos tarde, pero su hijo y para tu mala suerte vas a tener que ser su secretario" Mia en serio quería que Louis se quedara con el empleo ya que era un chico simpático y sería bueno tener un amigo en el trabajo.
"No importa Mia, no lo volveré a hacer". Louis no iba a perder esta oportunidad.
"Okay, enseguida lo llamo" Louis se alejó de la recepción para ir directo a la sala de espera.
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Desde su oficina el señor Styles estaba esperando la llamada para anunciarle que ya había llegado el chico de la entrevista, ya se había desesperado un poco porque ya habían pasado más de 10 minutos y en serio le urgía un nuevo secretario para su hijo ya que el formaba parte importante de la empresa.
*suena el teléfono*
"¿Si?"
"Ya está aquí el joven Tomlinson"
"Hazlo pasar"
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Harry se encontraba totalmente furioso, se habría conformado con una fea pero de buen cuerpo todas las que había tenido mínimo le doblaban la edad y no eran para nada atractivas y ahora le salen con que ni siquiera era una mujer, ¡iba a ser un hombre!.
Lo peor es que ni siquiera lo podía despedir...
"Él no va a durar mucho aquí, lo voy a estresar tanto para que el solito pida su renuncia y asegurarme de esta vez escoger yo a alguien que me sirva."
Así era el, siempre conseguía lo que quería sin importarle nada o nadie.
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Anne Cox siempre había llevado una vida de lujos y de riqueza, provenía de una familia de prestigio, nunca le había faltado nada ni nunca se le había negado un capricho por lo cual cuando su familia quedó en bancarrota ella pensó que se volvería loca al ya no poseer los lujos que antes tenía, para salvar a su familia sus padres la empezaron a presionar para que consiguiera un marido con dinero, poco después conoció a Des Styles un joven 7 años mayor que ella pero con una gran posición económica, para su buena suerte Des quedó enamorado de ella y le pidió matrimonio, claro que ella aceptó encantada al fin tendría su vida de riqueza de vuelta, se casaron, fueron de luna de miel y al año ella quedó embarazada, un hijo no estaba en sus planes, no lo quería, ya no sería la persona favorita de su marido el niño iba a quitárselo todo, su primera opción fue sencilla: abortar a espaldas de su marido, sin embargo justamente el día en el que tenía la cita para deshacerse del mocoso, Des se dió cuenta que ella estaba embarazada así que empezó a estar todo el tiempo con Anne durante el tiempo de su embarazo, 9 meses después el niño nació era probablamente el bebé más hermoso de todo el mundo tenía unos preciosos ojos verdes esmeralda y la sonrisa más angelical e inocente de todo el mundo. Pero Anne lo odió desde la primera vez que sus ojos se posaron en él, ese niño le iba a quitar todo. Los años pasaron y Anne nunca pudo amar a su bebé aunque fingía delante de su marido, Anne nunca le dirigió una palabra de cariño a Harry ni un te quiero mucho menos un te amo. Harry había crecido sin el amor de una madre.
