La primera impresión que Jackson tuvo de Jaebum, fue la de un joven reservado y estricto. Guapo como los amaneceres y con una gracia elegante como la de un felino. Se había sentido fascinado por él que sobresalía con su calma de entre todos sus compañeros sobreexcitados.
Eran jóvenes y estaban emocionados. Algunos llevaban tiempo -años- ya como trainers de JYP Entertainment, y la expectativa de debutar juntos era demasiado para sus cuerpos llenos de adrenalina. Sus sonrisas no cabían en sus rostros y las bromas iban y venían.
Ojos brillantes con promesas de un futuro que se auspiciaba prometedor.
Jaebum era un poco mayor que él, apenas unos meses, pero habían entrenado juntos en más de una ocasión. Era uno de los hyungs a los que admiraba por la entrega y la entereza que tenía; animaba a los más jóvenes y daba todo de sí como ejemplo.
Tenía alma de líder y la entereza para serlo.
Así que Jackson no se sorprendió cuando el CEO de la compañía, Jung Wook, anunció, en representación de Jin Young, que Jaebum sería el líder del grupo que ellos formarían. Jackson lo observo con sincera alegría mientras Jaebum hacía una reverencia firme frente a los encargados de la empresa agradeciendo la confianza y la responsabilidad dada a él y prometiendo estar a la altura.
Luego se había parado frente a todos ellos, presentándose con voz segura como el líder y pidiendo que cuidaran de él como el cuidaría de ellos junto al manager.
Tal vez nadie se había percatado, pero escondido en sus ojos oscuros, Jaebum tenía el brillo de una estrella. La sincera felicidad que lo embargaba referente a todo lo que estaba ocurriendo reflejada en su alma a través de su mirada. Jackson descubrió en sus manos un leve temblor que asoció a todo lo que se avecinaba para ellos y la responsabilidad que eso representaba.
A las ansias de cumplir y llenar las expectativas.
Corría el mes de enero para cuando ocurrió su debut, y aunque el frío era cruel incluso con la calefacción encendida y la ropa gruesa, Jackson sintió el corazón acelerarse cuando vio la sonrisa distenderse por el rostro de Jaebum mientras abrazaba a Youngjae y todos celebraban los resultados obtenidos momentos antes del showcase que tenían programado. Cuando Jackson se encontró abrazando a Jaebum entre el alboroto que todos tenían en el departamento, se sintió contagiado de su alegría y vitalidad. Sabía que esto era lo que quería seguir haciendo; compartir logros y ambiciones con los chicos que formaban el grupo. Llegar alto junto con ellos.
Quería considerarlos su segunda familia.
Cuando les anunciaron que debutarían en Japón, las cosas se pusieron de cabeza para todos. Y Jackson comenzó a resentir el estar lejos de sus padres. Ambos siempre habían estado allí para apoyarlo, guiarlo y darle consejo, desde que era el pequeño que recordaba solo por las fotografías de los álbumes en casa o ya de mayor en los torneos en los que participaba. Así que fue realmente duro comenzar a extrañarlos y necesitarlos y solo tenerlos a través de Skype o de llamadas telefónicas que, aunque frecuentes, se hacían insuficientes.
En una de esas llamadas, de la cual colgó y se quedo sentado en la terraza del departamento con las piernas recogidas contra su pecho, los brazos rodeando sus rodillas y la cabeza escondida para que nadie viera las lágrimas que cubrían su rostro; que se descubrió necesitándolos más que nunca.
No sintió el frio que azotaba, necesitaba a sus padres pero no podía ser tan egoísta con compañeros que también estaban lejos de los suyos. Así que se sobresalto cuando sintió una manta sobre los hombros y un brazo rodearlo. Pensó que era Mark, quien sabía que había estado hablando con sus padres, pero se sorprendió al descubrir a Jaebum sentado al lado suyo mirando el cielo y cubierto con la mitad de la manta que le había echado sobre los hombros.