Capitulo 13

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[.Narra Skiler.]

Mark y yo nos dirigimos a la enfermería pero... ¡es cierto! ¡Nadie debe verme!

-Espera,-exclamo deteniéndome en seco de repente- si la doctora me revisa el brazo... tendré problemas, Mark.

-¿Que?¿Porque?- pregunta el, evidentemente perdido a lo que me refería.

-Mis brazos, dah. ¡Los vera!

-Bien, bien...tranquilízate.-comienza tocándome gentilmente el hombro, supongo con miedo de que me duela el contacto.- Entonces ¿Qué sugieres?

-Pues...- ciertamente no se me había ocurrido aun ninguna idea, lo cual evidentemente era un problema, hasta que: -tendrás que curarme tu, no hay otra forma.

-No, no, no eso no.- dice alterándose y moviendo las manos de un lado a otro.- Me dirás cobarde pero no soporto eso de la sangre, las heridas y todo eso...

-¡Por favor!- le ruego notando que la sangre comienza a correr por mi brazo- Le diría a alguien mas pero no quiero que nadie mas se entere.

-¡Voy por Athyna y que te ayude!- contesta nervioso.

-¡Eres un marica! Te le pusiste a golpes a un fornido chico dejándolo, déjame recordarte, muy golpedo, ¿no puedes hacer esto? Tu le diste esa estúpida idea a Damián, es tu culpa que estemos justo aquí. Olvídalo, yo lo arreglare sola.- grito molesta, no era mucha ciencia, ¡solo era quitar el vidrio y poner unas malditas vendas! Aprieto mi brazo y comienzo a caminar en dirección a los lavabos.

-Bueno, ya. ¡Lo hare!- grita Mark tras de mi.- Tienes razón, debo ayudar a arreglar esto... ¿Qué hago?

-Agh.- respondo y suspiro prolongadamente, no se si por fastidio o alivio.-Arráncame el vidrio.

-Pero estoy lleno de cloruro- y era cierto, estamos cubiertos de una rara mezcla verdosa con holor a sal... ¡Es prácticamente pura sal! Diablos. Mark tenia razón, tenia que sostener mi herida para sacar el odioso vidrio, lo cual seguramente ardería mucho peor. Me lleno con todo el valor del momento para la siguiente frase que dire:

-No importa, hazlo.- digo olvidándome del posible ardor que experimentaría. Rio un poco.- No seria nada nuevo.

-Bien, a la cuenta de tres.-me explica Mark poniendo miedosamente su mano sobre el vidrio que ha causado tanto lio y sangre en mi antebrazo.

-Aja.

-Uno...- de repente, de un momento a otro solo siento como extrae rápidamente el trocito.

-¡Aah!- exclamo echando mi cabeza hacia atrás.- ¿Qué paso con el dos y el tres?

-...era para que no te arrepintieras.

-Eres un imbécil... necesitare vendas, Mark.

-Merezco ese insulto, lo siento.- comienza mordisqueando su labio inferior... debe ser suave.-¿De donde saco las vendas?

-De la enfermería, amenos que quieras ir a la cafetería a pedir papel para envolver burritos.- contesto cómica y sarcásticamente. Ambos sonreímos.-Ay no, sigue sangrando.

-Amm... ¡Ya se!- toma la parte inferior de su camisa y le arranca una larga tira de ella, me envuelve la herida con ella y la amarra con un poco de fuerza para la hemorragia. Se queda por unos momentos mirando con curiosidad, no, decepción y lastima.-, en lo que vuelvo.

-Adoraba esa camisa...- comente haciendo puchero, como una niña pequeña. En verdad lo hacia, manga larga con botones, roja a cuadros de color negro y vino. Solo sonríe ante mi gesto y se encamina a su destino, entre zancadas y trotes.

El Pasado Nos PersigueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora