2015-05-31

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Remy me dio una pastilla para los mareos y me fui a la parte de atrás del vagón. Allí había más luz y las ventanas dejaban paso a las brisas de agosto, las que avanzan desde el sur.

Desde ahí podía ver a toda la clase, viajábamos a un museo de la capital.

Guiñé el ojo e hice un tubito con la mano para usarlo de mira. Quería ver sus bocas, las expresiones absortas en los teléfonos móviles.

Empecé con los que había nada más levantar la vista; labios perfilados, serios y con cortes, Élenor no bebe mucha agua. A su lado unos finos, pálidos, abiertos tímidos y somnolientos.

En los huecos entre un asiento y otro también se colaba la gente.

Cerré un poco más la mira ajustándolo para fijarme en lo que había un poco mas lejos. Cables de altavoz mordidos y un par de semblante tristes y aburridos.

En ese momento el viento dio un paseo de ventanilla a ventanilla sin olvidar visitar mi cabeza. Algo bueno se acerca. La siguiente en el vagón. Me moví rápido hacia unos labios carnosos y rosados, tenía una sonrisa detrás de ese mordisco que la escondía, que la retenía y que lentamente como un nudo mal echo y encerado se iba soltando.

Daba paso a una boca poco a poco mas cercana, rápidamente transformaba la 'o' de mis manos a una 'u' para seguir su trayecto; y cuando llegó la mira, la 'o', la 'u', había desaparecido con sus carcajadas.

— Como no. Tenía que ser, Luce — susurré.

— Tú siempre haciendo tonterías.

Se sentó a mi lado y se suponía que disfrutarimos del comienzo viaje, de la compañía, de las obras de arte...

Fue bonito soñar.

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2016 ⏰

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