Confesiones

6.8K 505 160
                                    


Los demonios y espíritus son criaturas imaginarias. No existen en realidad.

O eso es lo que pensaba antes de la llegada de Peludito, toda mi vida había cambiado desde ese incidente...y estaba profundamente agradecido por eso. Porque sin ese evento, sabía muy bien que jamás hubiera entablado conversación alguna con Abeno-San.

Él y yo seriamos completos extraños, solo compañeros de clase.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

¿Por qué siempre termino haciendo una estupidez? ¿¡Porque tuve que decir eso enfrente de Abeno-San!?

¡Soy un completo idiota!

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Soy empleado del "Maestro del Mononokean" un joven de 15 años que termino enamorado de su jefe...

...Demasiado cliché si me lo preguntan, pero ese no es mi problema realmente.

Todo ocurrió en esa mañana de un bello domingo, Abeno-San fue extorsionado por Yahiko así que tuvimos que asistir al templo Seiryuji

Por tres días Abeno-San seria monopolizado

—No puede—recuerdo haber dicho mirando al pequeño youkai con molestia

Ciertamente he intentado agradarle a Yahiko, pero este sin importar lo que haga, dice que me odia

— ¡Tú no decides lo que debe hacer Haruitsuki!—grito agitando sus manos en protesta

— Abeno-San debe ir a la escuela—intente apelar a la razón, Yahiko volvió a su forma zorruna

—No me interesa—comenzó a rodar por todo el lugar— ¡Te odio Ashiya!—

— ¡Cállense!—me espante por el grito, Abeno-San estaba detrás de nosotros con una mirada asesina

— ¡Haruitsuki!—pero eso no parecía importarle al niño demonio, fruncí el ceño al ver cómo le abrazaba— ¿Jugaras conmigo?—y no parecía querer apartarse de él

—Si—

—Abeno-San—

—Sé que mañana hay clases...y no importa—

—Pero—

—Dije que no importa—

Me quede callado viéndole partir, tal vez a traer algo de la mononokean, Peludito en estos instantes estaba con Zenko así que no tenía a nadie que me consolara

Yahiko me miro burlón, sacando su lengua infantilmente

—Gane—

—Que haya decidido jugar contigo no significa que hayas ganado—

—Haruitsuki me quiere más a mí que a ti—su sonrisa zorruna me molestaba, y más porque tenía razón

—Yo paso más tiempo con él—

Nuestra pelea infantil se prolongó más de lo esperado, si yo no hubiera estado tan concentrado en responderle a Yahiko, tal vez hubiera sido capaz de notar a Abeno-San tras nosotros mirándonos con una venita saliendo de sus cien

— ¡Yo amo más a Abeno-San!—grite molesto, Yahiko iba a protestar, pero él se dio cuenta antes que yo

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Eso había ocurrido hace tres días, ahora hoy miércoles debo atenerme a las consecuencias de mis actos, de alguna forma termine confesándome...y eso era algo que jamás iba a hacer, había planeado llevarme ese secreto a la tumba. Pero al parecer también para eso soy un inútil.

El Novio MalhumoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora