La misteriosa diosa se da a conocer

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Ya en el Inframundo, una muñeca de mármol pulido sin cabeza y sostenida por un cosmos oscuro desconocido, sujetaba de sus pies y manos a la diosa de la guerra justa Athena, quien yacía con golpes, rasguños, quemaduras y latigazos en casi todo su cuerpo con parte de su vestido blanco desgarrado y manchado de sangre. Esta se encontraba sin embargo, sin una muestra de temor. Su mirada estaba tranquila y mirando hacia una silueta oscura.

 Su mirada estaba tranquila y mirando hacia una silueta oscura

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Athena: Así que has aparecido. Dime, ¿qué has hecho con Marin, Shaina y Seika? Habla, Asuna. Tengo entendido que mientras tu madre Perséfone no está aquí, diriges el Inframundo en su lugar.

La figura femenina se va acercando a la diosa con un semblante serio.

-Así que me has recordado Athena. Esperaba otra cosa de tí, luego de que derrotaste a mi padre, o mejor dicho a Hades en los Campos Elíseos, debo agradecerte por eso, me has brindado la oportunidad de gobernar aquí. Así, es, en este momento Perséfone está en la tierra, pero en cuanto regrese aquí, la derrotaré, y entonces finalmente podré ser reconocida como la nueva reina del Inframundo. Y respecto a esas tres, eso no es de tu incumbencia.-

Dí una sonrisa arrogante de solo imaginar el cadáver de Perséfone a mis pies, debo admitir que no era un mal plan el derrotarla para mi propio beneficio. Rodee a Athena un rato antes de que un espectro alarmado me informara que los caballeros de la esperanza ya habían llegado a salvar a su diosa, por milésima vez y que estaban cruzando el río Aqueronte.

-Gracias Zelos, puedes retirarte, dile al resto de los espectros que le den una cálida bienvenida. No te demores.-

El espectro sonreía con malicia, inclinándose ante mí mientras salía a toda prisa riendo entre dientes pero arrastrándose por el piso.

-¿Ya oíste Athena? tus ilusos caballeros vienen a tu rescate. No saben lo que les espera. Sobre todo porque ellos no conocen de mi existencia. Al igual que el resto de seres vivientes y divinos. Es algo difícil manejarse aquí sin Pandora, pero al menos cuento con el apoyo de los dioses gemelos y eso ya es mucho.-

Athena: Mis caballeros me rescatarán y te derrotarán, ellos no dudarán ni un segundo en luchar contra tí, una diosa que no debió nacer, ellos llevan la espera...

La pobre no pudo terminar de hablar, ya que golpee mi báculo contra el suelo, haciendo que una rama lo agrietara y cubriera la boca de la diosa.

-Aburres Athena, eres mucho blá blá y poca acción. ¿Así es como te cargas a tus rivales? ¿los matas de aburrimiento?-

 ¿Así es como te cargas a tus rivales? ¿los matas de aburrimiento?-

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Saint Seiya-La Saga de AsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora