- ¡Joder! - maldeció el castaño - Zayn, debes llevar el puño hacia dentro - informó.
- ¡Es lo que acabo de hacer, Liam! - gritó el de pelo azabache volviendo a golpear en estómago del mas alto haciéndolo retroceder en el ring.
- Nenaza - se burló Liam - no sabes encajar un buen gancho - dijo con aires de superioridad mientras comenzaba a desatarse el nudo de los guantes.
El pelinegro enfurecido se lanzó encima del castaño haciendo que se golpease la cabeza con la dura esquina roja del ring de boxeo.
El de ojos hazel se sentó sobre el ancho y tonificado torso de Liam preparado para encajar su primer golpe, pero unos labios le imposibilizaron hacer tal acto.El pelinegro puso ambas manos en la cara del ojimarrón con el objetivo de tenerlo mas cerca aún. Lo que había empezado como un beso un tanto rudo, había desatado una guerra de lenguas de la que ninguno de los dos quería salir.
Zayn gimió en el beso, pues Liam había cambiado sus manos de posición, hacia el trasero de Zayn, amasandolo por encima de del short de boxeo reyes que se había comprado la semana pasada.- Liam - llamó entre gemidos.
- Hm - respondió el otro queriendo volver a encajar sus labios con los del mas pequeño.
- Creo que deberíamos dejar esto para casa - dijo el suspirando - podría venir cualquiera - explicó temeroso.
- Si - suspiró renagado - tienes razón - aquí no podría ver alguien, sin embargo - hizo una pausa para mirar a Zayn con una sonrisa ladina.
- Sin embargo, qué - preguntó el pelinegro intuyendo que algo pasaba por la cabeza de Liam - vamos, sueltalo - le dijo Zayn mientras restregaba su trasero en la entrepierna del mas mayor.
- Zayn - amenazó con un suspiro - sin embargo en las duchas no y - dijo mientras se olfateaba la axila - tenemos un mal olor del que me gustaría desprenderme.
- ¿Al machote de Liam no le gusta oler mal? - se burló Zayn mientras emitía una sonora carcajada al ver la cara de su novio.
Liam cogió a Zayn como si un saco de papas se tratase y empezó a caminar hacia las duchas dándole leves palmaditas en el trasero al pelinegro.
- Veremos a ver si sigues diciendo lo mismo cuando no puedas ni caminar - dijo Liam sonriendo mientras Zayn a su espalda tragaba saliva sonoramente, pues Liam no era lo que se puede llamar delicado en la cama.
- ¡Chicos! ¡no se van a creer lo que he sacado en el test! - anunció un rubio mientras abría la puerta de casa recibiendo a su vez el sonido de nada. Sólo había silencio.
Niall bufo moslesto al darse cuenta de que la casa estaba vacía. Dejó su mochila tirada por hol mientras iba a la cocina un tanto cabizbajo pues estos últimos 6 meses, siempre que llegaba a casa se la encontraba vacía, Liam y Zayn eran entrenadores de boxeo y llevaban meses entrenando para una competición a nivel estatal muy importante que tendrían en el mes de Noviembre, y pasaban día y noche en el ring. Sólo podía verles un rato por la noche, y sólo si no llegaban muy tarde, pues el tenía clases a las 08:00 am y no podía quedarse hasta tarde despierto si por la mañana no quería parecer un muerto viviente al levantarse.
Niall era tan sólo un adolescente de diecinueve años, de origen Irlandés, era estudiante de segundo año de periodismo en la Universidad de Bradford, conoció a Zayn y a Liam un año atrás mientras realizaba una salida barra proyecto junto a su clase, el cual consistía en grabar una entrevista junto a ciertas personas. Recuerda como si fuese ayer que primero fueron a un asilo, donde la mayoría de sus compañeros hicieron la entrevista, y que luego fueron a aquel gran pabellón un poco mas a la derecha del Museo Nacional de Bradford donde su vida comenzó a cambiar por completo.