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El piso se movía.No.Yo temblaba.
No podía creer que me haya pedido eso.
Mi conciencia me decía que yo no podía .
Pero era mi chico soñado.

Me senté de piernas cruzadas a una distancia estable.

- Te parece si, Nos hacemos preguntas el uno al otro, La verdad es que no se mucho sobre ti --Me dijo--.

- De acuerdo.

Entonces perdí la noción del tiempo, Con tantas preguntas no supe en que momento todo se volvió oscuro.

- !Marinette! Ven aquí ahora mismo!

Mi pelo estaba esponjado y yo con los ojos entrecerrados, medio dormida.

"La dulce voz de mi madre en la mañana" Pensé, con sarcasmo.

Mi mama nunca gritaba.
Mire a mi lado y entonces fui yo la que gritó.

Había un lindo chico rubio. Que debía tener sueño pesado por que no se despertó.
En mi mente aparecieron los eventos de la noche anterior y una frase resonó en mi cabeza.
"Adrien había dormido conmigo"

Salte de la cama despacio y me dirigí a la cocina.

Mi madre estaba ahí.

- Será mejor que despiertes al muchacho, Su desayuno está listo --Me dijo sin siquiera mirarme a los ojos--.

Un escalofrío me recorrió la espalda, Mi mama nunca me había hablado con ese tono.

- Bien --Conteste con tristeza--.

Subí saltando los peldaños y me acerque a Adrien que aún dormía.

- Hey, Adrien --Le susurré mientras le daba golpecitos suaves en el hombro--.

- Buh!

- Ah! --Grité--.

Le lancé una mirada furiosa mientras el reía.

- Lo siento, Princesa.. --Dijo sin dejar de reír--.

- ¿Sabes qué?

Me miró con seriedad.

- ¿Qué?

- Me comeré tu desayuno --Acto seguido corrí hacia la cocina--.

- !Hey! --Adrien me siguió--.

Al final si le di su desayuno y nos fuimos a al instituto.

- Podrían explicarnos por que se miran tanto --Se bufó Nino--.

Estábamos en clase, Adrien se había volteado en su silla y me miraba en silencio, Yo también le miraba, con la cabeza apoyada en las manos.

- Están enamorados, Nino --Repuso Alya--.

- Ya. Pero, ¿De un día para otro?

- !Nena! --Llamo mi amiga, Chasqueando los dedos, frente a mi--.

Pero eso ya no llamaba mi atención.

- Adrien, Pon atención --Era la maestra--.

No podíamos luchar contra eso.
Cuando el se volteó yo suspire, Mire hacia un lado, Alya me miraba con el ceño fruncido.

- Tendrías la amabilidad de decirme ¿Qué ha sucedido?

- Esto... ¿A qué te refieres?

- Hace unos días no hacías mas que babear mientras mirabas la espalda de Adrien, Y ahora ambos se miran como sí se fueran a besar.

- Que... ¿Besar?

A Alya se le ilumino el rostro.

- ¿Se han besado ya? --Preguntó, alzando la voz más de lo que debería--.

Todos dirigieron su mirada hacia ella, Incluyendo la maestra.

- Marinette, Alya, A la oficina del director.

Lo que faltaba.
Salimos del aula, cabizbajas.

Yo no dejaba de pensar.
¿Por qué no nos habíamos besado aún?
¿Acaso nuestra relación no era tan madura?

- ¿Señor Damocles? --Llamó Alya, cuando entramos--.

- ¿A donde habrá ido?

- No lo se --Alya se acercó al computador--.

- ¿Qué vas a hacer?

- Aquí hay cámaras de seguridad, Todo se guarda en el ordenador del director, veré a que hora salió, A ver si vuelve pronto.

No pude reaccionar hasta que Alya reviso los vídeos y dijo:
- Mira! Alguien entró aquí la noche del baile.

De un golpe tire el ordenador al suelo.

- !Nena! ¿Por qué has hecho eso?

- Me pareció ver una araña.

- Pues a mi no, Ven recojamos esto rápido.

Tenía que borrar ese contenido pero no podía hacerlo con Alya ahí.

Lo pusimos de nuevo sobre el escritorio y saque a Alya de ahí.

- Hey, Debemos revisar si funciona.

- Si funciona.

- ¿Estas segura?

- 100% segura, confía en mi.

Volvimos al patio, Nuestros compañeros ya habían salido al receso.

Algunos susurraban mientras pasábamos.
Sin duda era raro que Alya haya gritado ¿!Se han besado ya!? En medio de la clase, Y sin duda todos querían saber a quienes se refería.

Adrien me esperaba en una esquina.
- ¿Y bien? ¿Quienes se han besado?

- La respuesta correcta es no.

- ¿Y a quién se refería?

- A nosotros.. No nos hemos besado.

- La verdad había olvidado ese detalle.

- Bueno, Tenemos problemas más grandes, Había cámaras en la oficina del director Damocles.

- Creo que todos los demás también querrán saber de quienes hablaba Alya.
--Dijo, haciendo caso omiso de las malas noticias--.

- Aja.

- Entonces. Cambiemos eso.

Miraculous Ladybug; Una historia de HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora