Prólogo - Anthony

16 2 2
                                    

Mientras observo al enorme ejército que tengo adelante, jugueteo con el dedo índice, tocando repetidamente mi armadura. Está algo oxidada, debería repararla, en realidad, no me había puesto a pensar en mi armadura desde hacía tiempo, no lo consideraba pertinente, pero pensándolo bien... Ah, me estaba desviando, por un momento pasé por alto las trece mil personas que tengo enfrente, y que por cierto, estoy a punto de asesinar, y la verdad, no me siento culpable, pues en realidad son unos tiranos desgraciados. Miro a mi hermano, saca su arco, que estaba colgando en su hombro, luego, saca una flecha y la inserta cuidadosamente en el arco.

- Dime, ¿En realidad piensas que esto es algo sensato?- Pregunta con un tono de voz tal vez demasiado inocente.

- Dime, ¿En realidad piensas que es sensato dejarlos con vida?- Pregunto algo incrédulo- Sabes lo que han hecho, y además, pagan bien por liquidarlos.

- Supongo que sí... ¿Lo vas a hacer tú?

- ¿Y por qué no ambos?

- Seguro.

Afilo con una roca las púas de acero puro que sobresalen detalladamente de mis guanteletes mientras que Ben pasa cuidadosamente sus dedos por las puntas de las flechas que están guardadas en el carcaj ubicado en su espalda baja.

Observo como trece mil personas con instintos asesinos se me acercan y en realidad no sé cómo no me impresiona, no sé cómo no tengo miedo. Aprieto mis puños tan fuerte que los guanteletes se desabrochan un poco, luego, comienzo a correr mientras veo a Ben apuntar cerrando el ojo izquierdo y poniendo el arco frente a él.

Corro a tanta velocidad que parezco una flecha, imparable, imponente, nadie puede detenerme, ahora es mi momento. Ahora es cuando puedo demostrar mi habilidad, ahora es cuando trece mil hombres, no parecen nada.

Despierto.

SOMNIUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora