Monstruo.

Monstruo #1: Conociendo a Louis Duarte.

Jueves, 12 de Marzo, 2018.

Louis

Mi nombre es Louis Duarte.

Soy un chico como cualquier otro chico que puedes encontrarte en tu preparatoria. Me verás rondando la biblioteca, en algún grupo de personas charlando, adicto a las redes sociales (aunque sólo para ver memes), en una cafetería después de la escuela o simplemente caminando por las aceras solitarias en una tarde.

Un intento a artista, lo que llaman: poeta frustrado. Intentando dibujar, las acuarelas en el piso de mi habitación y el caballete que según mi padre "nunca descansa". El infinito olor a óleo en el estudio de mi padre y casi siempre mi dedo índice teñido de grafito.

Cabello despeinado, ojeras y tenis negras como uniforme de por vida.

Notas promedio, destacando en clases de artes y ciencias; no tanto en matemáticas e historia. Siendo mi único propósito cuidar de mi gato, aún indeciso sobre lo que haré en un futuro.

Mi amigo más cercano, Joel, es más el tipo "atlético" pero no lo suficiente como para cumplir los requisitos de entrar en la "jerarquía" formada por los más populares de este lugar.

Ubicándonos en la cafetería de una escuela pública, donde el bullicio es ensordecedor y la ansiedad se nota a flor de piel, nos encontramos Joel y yo apuñados en una mesa.

"No es suficiente para mí." repitió Joel, mirando su filete. Un chico atractivo y alto, portador de unos brillantes ojos verde olivo. A pesar de lo unidos que somos, este año no cursamos ninguna clase juntos.

"Descuida, ya te vas a acostumbrar. Puedes comer el mío si quieres, de todos modos ya estoy lleno." le dije mirando mi celular.

"Deja ya ese teléfono, me estresa hablar contigo así"

"Ya déjame, además tú también haces esto," repliqué comiendo mi postre. "Deberías comer ensalada..."

"No quiero ensalada." se acomodó mejor en la silla. "Me gusta tu nuevo boceto. ¿Es para alguien?"

"¿Cuál boceto?"

"Estaba en tu escritorio esta mañana." se encogió de hombros e hizo un raro gesto, usual de él, con su nariz.

Lo hace cada vez que siente curiosidad.

"Te he dicho que no andes de fisgón entre mis cosas." le fruncí y aparté la mirada para que crea que estoy enojado.

"De todas formas, te ha quedado bien. ¿Me dirás para quién es?"

"No, aún me falta colorearlo, retocarlo y- ¡Y las sombras! Sí, sí... me faltan las sombras," le señalé con la cuchara; hubo un pequeño silencio. "Además, no sé si lo puedo terminar antes de la temporada de exámenes..."

"¿Realmente no me dirás para quién es?" su semblante cambió, el chico alegre se convirtió en uno serio.

Si no tuviera tanto tiempo de conocerle diría que hasta es intimidante.

"No lo hice para alguien."

"No creas que te vas a librar de no decirme para quién es," se levantó con dificultad, se sacudió la camisa y volvía al mismo alegre chico de siempre. "Si es para esa chica nueva lo entenderé" me guiñó el ojo.

"Cómo sea..." rodé mis ojos y le seguí.

Nos despedimos, cada uno tomó su camino a clase, me esperaba una exasperante tarde junto al profesor de biología. Quinto año se volvía lo peor en la vida.

(A la salida)

- ¡Louis! -escuché detrás.

Volteé y reparé a Joel junto a su novia, Josebeth. Ella sí había llegado a formar parte del perfecto "círculo de cabellos perfectamente arreglados y pestañas postizas".

No diré que me caiga mal, suele ser muy buena con Joel y se les ve bastante felices, a pesar de los rumores que se habían formado hace unos meses.

Me acerqué a ambos, no sin antes asegurarme que el autobús aún no llegaba.

"¿Irás mañana al concurso de dibujo?" dijo Joel apartando un momento a Josebeth.

"Hola, Josie," ella sonrió "Claro, no veo por qué no."

"Pensaba que podríamos ir a Donna's Palace, como en los viejos tiempos," sonrió mostrando su aparato de ortodoncia y detrás de él, unos dientes que asemejaban perlas. "Podríamos ir a celebrar."

Hace unos años, los padres de Joel nos llevaban una vez al mes a Donna's Palace, una pequeña cafetería rústica ubicada a las afueras de la ciudad. Nuestros padres se conocieron ahí, en un extraño encuentro después de una fiesta. Amaban contar esa historia una y otra vez... Se les notaba cierto entusiasmo, como si la vivieran cada vez que cruzaban las plateadas puertas del lugar.

"¿Entonces? ¿Te nos unirás? Pasaré a recogerte en el auto de mi madre." se le veía en la cara que ansiaba que aceptara su invitación.

"Iré, sólo tendré que avisarle a Pa y ya." Josebeth parecía disgustada.

"Amor, tengo frío." dijo Josebeth aferrándose a Joel. Observé como el bus que me llevaría a casa llega a la parada.

"¿Sabes? Hablaremos de esto más tarde, debo irme," prácticamente corrí hacia la parada. "Nos vemos mañana, ¡adiós!"

(....)

Llegando a casa, veo a través de la ventana frontal como mis Papás están preparando la cena en la cocina.

Mis Papás siempre han sido muy cariñosos y afectivos conmigo, nunca he tenido queja de ninguno. Sinceramente no debería tenerla, ellos se ofrecieron a ser mis encargados después de quedar huérfano; ese es otro dato sobre mí: soy huérfano desde los cuatro años.

Mis padres pudieron casarse hasta que yo tuve cuatro años e iban a celebrar su luna de miel, el barco naufragó y muchos cuerpos no fueron encontrados, inmediatamente mi tío materno se ofreció para cuidar de mi.

Mi tío materno o Papi Dani, como me gusta llamarlo, me adoptó a esa edad. No quiso cambiar mi apellido, por lo cual permanecí "Duarte". Después tuvo un encuentro inesperado en su vida y meses después me sentaron en el sofá para explicarme que tendría dos padres.

Max llegó en un taxi a la vida de mi Papi Dani, un saludo formal, un café, un completo cliché y magia y la química se hizo presente en ambos. Fue hasta hace poco que me enteré de el desenlace de la historia, que fue prácticamente historia de media noche, además de todo el cliché; decidieron contarme hasta ahora por "llegar a una edad apropiada".

Después de este pequeño relato, que he contado mientras me baño y me aliño... Escucho a mis padres hablando de la cena de hoy. A lo que bajo las escaleras arrastrando mis pies en cada escalón, tocando los tres cuadros familiares que se encuentran colgando, los miro besándose en el tablero.

"Buenas tardes, jóvenes. " dije en tono de broma.