En prisión

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La oscuridad se volvía casi tangible a su alrededor y en ese momento el peso de las consecuencias comenzaba a oprimir su pecho consumiendo todo lo demás "fue mi decisión y nadie más tiene porque salir herido" repetía en su cabeza como un mantra que le ayudaba contra la incertidumbre. Su juicio había sido sorprendentemente rápido para lo que él había estado imaginando pero era bien conocido que aquellas personas lo consideraban poco más que un animal, no era de esperarse que gastarán tiempo y recursos en "alguien de su tipo" de hecho lo más probable es que el juicio ni si quiera fuese por él en un principio a lo mejor solo había cruzado la muralla en el momento indicado y los guardias habían creido oportuno presentarlo como punto extra en la programación del tribunal.
Lo habían dejado en medio de un salón circular cuyas paredes parecían pensadas únicamente para acumular todo el público posible porque a donde quiera que mirase solo veía sillas ocupadas por siluetas, siluetas que esperaban. En medio de la sala un par de metros delante de él se encontraba una mesa con 5 jueces cuyas voces se levantaban por encima de los murmullos del público en un intercambio de opiniones calmado y ameno incluso se tomaban un par de segundos para meditar sus respuestas sin necesidad de interrumpirse entre ellos, se exasperaba, era como si simplemente debatieran que color de cortinas combinaba mejor con el ambiente de la sala y lo peor del caso es que bien podrían haber estado hablando de eso porque la arrogancia de su cultura los obligaba a hablar en un idioma arcaíco durante los eventos oficiales; por desgracia el mal diseño de la iluminación le impedia discernir entre las borrosas siluetas de sus jueces, pensandolo bien tal vez lo hubiesen construido así a propósito. Finalmente después de 5 o 10 minutos uno de los jueces se levantó con voz autoritaria para dictar la sentecia, a medida que hablaba los murmullos a su alrededor fueron perdiendo fuerza hasta que toda la sala se hundio en un silencio sepulcral; se estremeció un poco al recordarlo, ahora casi le parecía un presagio como si en el fondo aquellas personas sintiesen pena por su alma, no hubo objeciones ni si quiera exclamaciones como si simplemente guardasen un momento de silencio por una vida que se había perdido y así permanecieron hasta que un guardia lo sacó casi a rastras de allí solo para meterlo en un cuarto mucho más pequeño y bastante más oscuro, el mensaje le había quedado bastante claro no tenía derecho ni oportunidad de recibir o dar explicaciones su sentencia era absoluta; fuese cual fuese esa sentencia.

-Fue mi decisión y nadie más tiene porque salir herido- empezó a repetir en voz alta con la esperanza de que escuchar su propia voz impidiese que su imaginación llenara el silencio con otras voces ¿Fue una decisión estupida? Tal vez; pero había sido suya desde el principio, desde el primer día de hecho, ahora se daba cuenta que sabía lo que estaba dispuesto a hacer desde el día en que vio por primera vez ese par de ojos castaño claro, así como su determinación no había cambiado cuando descubrió las marcas en la piel de la chica y no había dudado a la hora de saltar la muralla no iba a arrepentirise de todo ahora. Lo único que se permitia lamentarse era no haberla visto por última vez.
Por suerte sus pensamientos y murmuraciones fueron bruscamente interrumpidas por el golpe seco de la puerta al abrirse, la silueta de un guardia forcejeando para meter a otro prisionero en aquella reducida y apestosa celda se entrecortó en la escasa luz que logró entrar mientras el otro guardia mantenia la puerta abierta y apresuraba a su compañero a deshacerse de otro prisionero sin futuro, sin esperanza, hasta que finalmente el primer guardia se cansó, tomó al sujeto por los brazos levantandolo del suelo y lo tiro al suelo como si fuese un simple muñeco de trapo.

Él se quedo contemplando la escena, preguntandose que terrible crimen podría haber cometido esta persona para terminar en su misma situación, observo a su nuevo compañero erguirse y girar en dirección a la puerta que se empezaba a cerrar; fue en ese momento con el último destello que desaparecia que logró distinguir sus facciones y darse cuenta que no se trataba de ningún nuevo compañero. Había pensado que lo peor de todo era no haberla visto por última vez en aquellos momentos que le quedaban de libertad, pero lo peor era verla junto a él ahora, encerrados, esperando su fin; fue esa visión la que logró aquellonque ni la oscuridad ni la preocupación por su propia vida habían conseguido hasta ahora, ahora de verdad tenía miedo de lo que estuviese por pasar...

La chica se incorporó tan rápido como pudo y golpeó la puerta exasperda:
- ¿Qué acaso no me escuchaste gorila sin cerebro?-gritó a la puerta ahora cerrada- Dije que podía entrar yo sola.
- Shaia -se le acercó el muchacho para intentar calmarla- tal vez él no hubiese sido tan rudo si tú hubieses cooperado desde el principio.
- ¿En serio te crees lo que dices? ¿Esperas que piense que a estos tipos les importa lo que suceda con nosotros, vas a decirme que contigo fueron menos "rudos"?
- No, creo que para ellos somos basura... por lo menos yo estoy acostumbrado, solo espero que dejes de gastar tus fuerzas inútilmente- respondió pasandose la mano sobre la pierna que había recibido el impacto cuando él fue arrojado ahí mismo, aun dolia un poco- algo me dice que pronto vamos a necesitarla...
- Soy ciudadana legitima de esta porqueria de imperio Nack, creo que merezco más respeto... bueno, al menos lo era- sentenció la chica soltando una última patada sobre la puerta y finalmente se dio por vencida y se sentó al lado de su amigo, recostando la espalda sobre la pared de roca.

Permanecieron unos minutos en silencio, sentados uno al lado del otro rodeados por la oscuridad, podía escuchar la respiración de su compañera y sentir el calor de su cuerpo rosandolo a veces... había tantas cosas que quería preguntarle ¿Había visto su juicio? ¿Había tenido uno ella también? ¿Cual era la investigación en la que ella había estado trabajando tanto? ¿Por qué le había salvado la vida el día que se conocieron? ¿Que iba a pasar con ellos ahora? ¿Seguían siendo amigos?...
Pero fue ella quien rompió el silencio con una pregunta, a lo mejor ella también cargaba su propio cuestionario sin resolver en su mente.
-¿Por qué volviste?- preguntó ella.
-Creo que aun no lo sé -contestó tratando de ser lo más honesto posible. Importante puede ser muy relativo y Nack empezaba a descubrirlo, mientras él se consumía tratando de saber a que los habían condenado exactamente ella lo cuestionaba sobre el porqué se encontraban en aquella situación.
-Te deje en el camino, dijiste que te irías a casa, que ese era el adíos... Dime por que volviste.@

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2016 ⏰

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