carta 2

73 3 0
                                    

Día 1

Lanzo una mirada perdida Con la esperanza de poder verte ...

Te observo a lo lejos , pero tu no me ves.

Estas con el , sonríes y hablas con facilidad , noto un cambio en tu semblante , lo miras de manera peculiar ...

¡Tan peculiar !

De repente cientos de cuchillos atraviesan mi corazón , pierdo el aire y me siento caer a un abismo profundo y negro , consumido por los celos , me alejo de ti ...

Ya es de noche y el perpetuo resonar de tu nombre en mi mente me mata de a poco , por alguna razón en las noches es mas fuerte , pierdo la cordura y cualquier toque de racionalidad .

Mi ser se abalanza en la búsqueda de la luna ... Luna que cura corazones , que ilumina las noches ... Luna confidente y luna penetrante ... Escuchame en esta noche oscura y fría ... Confiezame algo de ella ... Dime como son sus insomnios ... Dime si piensa en mi ... Porfavor hazme saber sobre la inconsistencia de su ser aparentemente frío y tenue , muéstrame algo de ese mar de emociones y ese universo de pensamientos que en ella habitan .


Estoy tan perdido , tan solo .

Ahora los días se hacen a penas un momento , un maldito infierno , aquel dolor me recorre el alma despacio , destrozando todo a su paso , tan lenta y duamente ... Que mi ser se consume en el llanto sincero , de mis ojos salen dos lagrimas .

Lagrimas enviadas desde lo mas recóndito del corazón , aquel corazón un poco vuelto mierda.

Dejado a la deriva , mortificado por el recuerdo constante de nosotros , de aquel nosotros que alguna vez existió y que ahora solo se aleja cada vez mas con el pasar del tiempo

-Bendita noche -pensé- noche que me mortifica y que me sana , noche contradictoria y efímera , hermosa y profunda .

¡Tan profunda!

Maldito infierno ...

Hermosos y a su vez tan dolorosos los recuerdos ...
Siempre he sido una persona con mala memoria , pero de ella ...

¡maldita sea! De ella ...
De ella jamás me olvidaba ...

Eso era lo peor y mas mortificante. - pensé - que recordaba cada detalle , cada parte de su ser , cada gesto particular , recordaba cada momento , cada palabra ; aquellos rayos de luz que desprendian sus ojos ... Dejándome indefenso , vulnerable , recordaba ... Y eso era , en definitiva eso era lo que aumentaba mi dolor .

... Aquella noche ante el firmamento sabia que , ese ; solo era el comienzo .

Cartas sin destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora