Capitulo 14

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Era una mañana nublada, al parecer llovería después... lleve una sombrilla por si a caso y salí de mi casa muy temprano... no quería toparme a Maru, aunque aun no tomaba una decisión no quería que mis sentimientos interfirieran y si veía a Maru, totalmente decidiría seguir a su lado...
Mis pasos parecían lentos, pero luchaba por apresurarlos...
El ambiente me parecía tan familiar, como el de aquel día en que todo comenzó... cuando Maru apareció por primera vez...
En mi mente aun existían tantas dudas, no quería creer que Maru estuviese enfermo, que sus días estuviesen contados y que la voz en mi interior tuviese razón...
- Maru... idiota – susurre para mi misma.
Me detuve frente a un gran árbol de cerezo, los pétalos caían como si de una danza se tratara, tan lento y planificado, así como mi dolor... ese vacío que sentía dentro de mi que daba la impresión que planeo todo, que me permitió ser feliz un momento... y luego me lo arrebato todo de una vez...
Mis sentimientos estaban tan enredados, me daba miedo siquiera intentar organizarlos... primero estaba Maru, luego Chikari, mi familia, mis deseos de dormir siempre... no quería caer de nuevo en aquella negra depresión... esa que me hacía querer morir...
- ¿Cuál es tu verdadero deseo? – escuche una voz suave y entonces todo desapareció... mis dudas, mis problemas... esos enredos
- Yo... yo no lo se – susurre sin atreverme a voltear, rogándome a mi misma no voltear
- Akane... - sin preguntar ni hacer ruido, sentí como sus brazos rodeaban mi cuello y su calor en mi espalda era cómodo – tengo algo importante que decirte...
- Maru... - mis ojos se comenzaron a llenar de lagrimas, yo no quería saber si era cierto o no que estuviese enfermo – no... - con el valor que no sabía que tenía me libre de sus brazos... y entonces me voltee a verlo... su mirada desconcertada en serio me hacía temblar... pero pensar en perderlos, me aterraba, solo quería que todo aquello hubiese sido un sueño
- Akane... estas bien? – susurro
- No vuelvas a hablarme Maru – dije con el corazón roto – ya no quiero seguir hablándote
- De que hablas? – mi respuesta sin duda lo sorprendió
No supe de donde saque tanta fuerza, tanto valor para hablarle de aquella manera cuando por dentro solo quería abrazarlo... y llorar como una nena...
- Ya he sacado lo que necesitaba Maruzono... gracias en serio por sacarme de una vergonzosa depresión... si vuelvo a necesitarte voy a contactarte vale? – me di la espalda, para que no me viese llorar
- Akane... tu no eres así... - susurraba desconcertado
- No me conoces Maru... - no dije mas, comencé a caminar para alejarme lo mas pronto posible de ahí
Mi corazón terminó de romperse cuando no escuche sus pasos tras de mi, tenia la esperanza de que corriese a alcanzarme y dijese que quería estar toda la vida conmigo y entonces yo sabría que estaría toda la vida a mi lado... eso quería... pero no... él solo me dejo ir...

Ese día mis ganas de vivir comenzaron a perder brillo, comenzaron a desvanecerse... poco a poco...
*-*-*-*-*-*-*

Akane decía esas cosas tan convencida que yo no me atrevía a contradecirla, claro que eso no significaba que iba a desistir, solo pude verla alejarse torpe y apresuradamente...
Camine a la escuela, preguntándome que pudo haber pasado... sintiéndome culpable por el dolor de aquella chica que en sus ojos tenía la clave para hacerme feliz... mis razones de vivir
- Marucci - escuche un grito animado
- Hannani! – salude amablemente mientras dejaba mi mochila en su lugar
- Ocurre algo con Akacci? Chikari y yo la vimos pasar algo molesta, ni siquiera nos dirigió la mirada...
- También yo estoy sorprendido créeme... - conteste viendo a la puerta, Chikari estaba ahí mirándome... tenía que hacer las paces con ella – chikaccan...
- Esto... debo ir por algo – dijo apurada saliendo del salón
- Chikari! – salí a buscarla, probablemente Hannani sabía lo que pasaba pues ni siquiera se extrañó o preguntó que pasaba...
No tarde mucho en encontrarla, estaba delante de la fuente de sodas... mirando el piso... odiaba verla así y aunque su confesión era reciente yo quería que hiciéramos como si nada hubiese pasado y así recuperar a mi mejor amiga, recuperar también a Akane y mi vida como era antes del hospital! Maldije el momento en que permití que me internaran... pero realmente no tenía alguna otra opción pues al parecer mi nuevo corazón comenzaba a fallar...
- Chikaccan... - la llamé
- Maru... - susurró mi nombre
- Chikaccan, escúchame... yo realmente lamento haberte echo sentir mal... - me miró con ojos de tristeza – yo... quiero que volvamos a antes, como era...
- No... - contestó tajantemente - Maru! Yo ya te he confesado mis sentimientos... yo no quiero que todo vuelva a ser como antes... quiero... - comenzaba a tartamudear – quiero que me mires de la misma forma en que miras a Akane... quiero que me escribas una carta de amor... - comenzó a sollozar – quiero que sientas por mi amor...
- Chikari... - como responder a aquello? – tu sabes que no puedo... no es que no quiera... yo ya estoy enamorado... en serio que lo siento...
No sabía que hacer, abrazarla? Animarla? Que cosa se supone que debía hacer?!
- Lo se... pero no entiendo Maru, he estado enamorada de ti durante años, he sido leal a mis sentimientos... y ella? – me miro seriamente – donde esta ella ahora? - se marchó enojada

Porque sus palabras causaban eco en mi interior? Porque algo dentro de mi quería creer que ella tenía razón?
De ninguna manera, Akane definitivamente estaba tan enamorada de mi como yo de ella... eso no estaba sujeto a ninguna duda... pero y era cierto? Y si Akane no era como yo pensaba?
De inmediato en mi mente aparecieron miles de imágenes, miles de momentos a su lado... todas sus sonrisas... vaya que me mataban aquellas risas que producía cuando yo me hacia el chistoso... mire el cielo por la ventana, las nubes parecían algodón gris e incluso esa imagen me recordaba a una Akane llorando...
Desde que comenzamos a hablar habían pasado al menos 5 o 6 meses... y era el tiempo suficiente para convencerme (mas en aquel momento) que amaba a Akane, y la amaría hasta que mi débil corazón me lo permitiese... y no planeaba dejarla sola, porque seguramente en aquel momento estaba asustada, triste e incluso insegura... no sabía la razón por la cual estaba asi, pero no necesitaba saberla, solo necesitaba ir a apoyarla... estar a su lado... ahí donde quería que mi vida terminara... en sus brazos...

- Akane... - susurre su nombre sin ninguna razón especial

calipso  

Antes de decir Adiós...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora