Capitulo 6

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Nota: Este capítulo se basara más en el pasado de Bet y Rubius para que entendáis un poco de que van ellos dos, como se conocieron, etc. Ahora si empecemos.

Capítulo 6: Juguemos con los recuerdos


26 de febrero del 2001

En un día frío Bet se levantó un poco temprano antes de que la alarma de su madre sonara para que luego esta le despertase... pero siendo sincera ese día no le apetecía para nada ir a estudiar, no pasaba nada si faltaba solamente un día; sigilosamente entro a la habitación de sus padres, se acercó a la cómoda al lado de la cama y apago la alarma para que no sonara salió sin hacer ruido y al estar en el marco de la puerta corrió y se lanzó a su cama para luego colocarse esas mantitas tan calentitas que tenía, alegre por su gran trabajo cerro sus ojos hasta quedarse dormida.

Unas horas después se despertó nuevamente y bajo a la cocina se asomó a la puerta y allí estaba su madre cocinando, se relajó y entro tallándose los ojos.

-¿Mamá porque no me despertaste? -pregunto como si no supiese nada agregando que la actuación que estaba presentando era excelente. Su madre se dio la vuelta y le sonrió para cogerla y cargarla en sus brazos y claro que eso para una niña de 9 años era genial.

-Ayer olvidé poner la alarma y cuando me levante ya era muy tarde para que fueras -por sus adentros la felicidad crecía y crecía, realmente había logrado librarse por un día de ese molesto colegio. Su madre la bajo de sus brazos -ve a ver televisión, estoy preparando la comida.

Con una enorme sonrisa dibujada en sus labios corrió y encendió el aparato para ver algo que le divirtiese, de reojo miro la ventana y pudo ver un gran camión enfrente de su casa.

-Mamá, que es ese camión -le pregunto a su madre

-Ah, creo que se están mudando

-Ohh -admiro sorprendida -podemos conocerlos, podemos conocerlos -dijo emocionada dando brinquitos, era una niña un poco tímida pero la idea de conocer a alguien no le parecía mal.

-Vale, vale -rió su madre -quieres que los invitemos para almorzar?

-¡Si! -grito su hija emocionada, su madre no era de dar bienvenidas a las personas nuevas pero si su hija deseaba conocer a alguien no se lo negaría.

Un rato después ya estaban ambas enfrente de la puerta, tocaron el timbre y un niño de aproximadamente 10 o 11 años apareció. Grito algo en un idioma raro y llego una mujer muy bonita si somos sinceros, piel clara, cabello rubio, en fin realmente guapa.

-Ah, hola

-Buenos tardes somos de la casa de enfrente, queríamos daros la bienvenida

-Muchas gracias, soy Esther y el Rubén, saluda cariño

-Hola -dijo el niño tímidamente detrás de las piernas de su madre

-Helen ella es mi hija Bet

-Hola -musito Bet

-Queríamos saber si les apetecía almorzar con nosotras -pregunto, Esther acepto, era un poco obvio ya que con una mudanza y tanta caja que se podría hacer. Helen y su hija se fueron a su casa a esperar que sus nuevos invitados llegaran ya que se alistarían para ir a casa de estas agregando que el esposo de Esther estaba adentro aun colocando algunas cosas.

Un rato después llegaron los tres, los dejaron pasar hablaron con Esther y Hector el esposo de la misma.

Bet tenía un nuevo amigo, Rubén se llevaron muy bien desde el principio y descubrió que el iría al mismo colegio que ella y eso la alegraba.

El Chico del Metro (German y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora