—No puedo creer que la hayas secuestrado!—gritaron de lejos.
De apoco pude abrir los ojos y dirigí mi vista a mis manos y piernas amarradas, intente gritar pero note que te también tenia una cinta en la boca.
No entendía lo que sucedía hasta que recordé todo.
*FlashBack*
Estaba caminando en el bosque mientras observaba las estrellas y la luna llena.
Sentí unas pisadas apuradas detrás mio y cuando gire me encontré un lobo. Sin pensarlo salí corriendo lo mas rápido que pude, pero el lobo en cualquier momento me iba a alcanzar. Me tropecé con una piedra doblandome la pierna.
—diablos—dije mientras sentía lágrimas correr por mis mejillas.
Escuche un rugido.
El lobo estaba delante mio mirándome con sus ojos rojos, pero no se movía, solo me observaba.
—por favor no me hagas daño—.
En un parpadeo otro lobo estaba encima del anterior atacándolo. Yo solo me quede horrorizada mirando la escena, no se como pero él lobo de los ojos rojos logro escapar, pero aun estaba el otro.
Como pude me levante y cojeando me dirigí a un árbol para poder respirar bien. Me dolía mucho la pierna, pero lo que mas me preocupaba era que aun estaba el lobo.
El lobo se convirtió en humano.
—que?—dije confundida y todo se colocó negro.
*FinFlashBack*
—Scott, eso esta mal— dijo la voz de un chico.
Abrieron las cortinas de la ducha mientras me observaban y yo solo levante una ceja en modo de respuesta.
El chico pálido con lunares en la cara como pudo me saco de la tina y me colocó en una silla.
—mira, te sacare la cinta solo si no gritas—dijo.
Y como respuesta solo rodé los ojos, el me saco la cinta muy rápido por lo que me dolió.
—auch—dije quejandome.
—Lo siento—se sonrojo—soy Stiles.
—yo Scott—dijo el moreno.
—soy Megan—dije.
—se que tienes muchas preguntas en estos momentos...—empezó a hablar Scott.
—eres un hombre lobo?—pregunte.
—si..—
—y tu eres?—le pregunte a Stiles.
—soy un humano—dijo haciendo una mueca.
— Interesante —dije—me pueden desamarrar?—pregunté.
—Bueno—dijo Scott y me desamarró.
Intente pararme pero logre caerme encima de Stiles por lo que me sonroje.
—lo siento, me duele la pierna—me senté en el piso.
—Si quieres te puedo llevar a tu casa—.
Y hací es como supe de todo esto, saben no estuvo tan mal, solo que tuve que ir casi un mes con muletas al instituto.