2014, junio.
Caminaba por las calles soleadas de Holmes Chalpel. Pensaba que tenía que pagar la renta del departamento, la guardería, pagar las cuentas, comprar comida. ¿Cómo iba a hacer? Tres años con Destiny eran agitantes, pero los mejores de mi vida. Mi niña, mi princesa, mi Destiny.
Nació el 24 de agosto, claro, del 2010.
Mis padres me echaron de la casa cuando se enteraron. Fue cuando tenía cinco meses de embarazo. Nunca me prestaron la suficiente atención para darse cuenta que cada vez tenía más pancita, o de los antojos.
Una vez vieron a Harry en televisión, y preguntaron como fue que me dejo, - por primera vez me prestaban atención – y ahí les conté que estaba… embarazada. En cuanto, a vómitos o mareos, no tuve, solo un vomito… Cuando me anime a hacerme el test.
Me quede a vivir con mi tía Danna. Ella me apoyó siempre. Ahora ya con dieciocho años, me mude sola, no quería seguir siendo una carga para mi tía. Claro, siempre insistía en pagar algo de las cuentas.
Yo tenía un empleo en una zapatería. No ganaba mucho salario. Pero con la ayuda de mi tía, y ese pequeño sueldo, alcanzaba… Muy justo, claro.
En cuanto a Harry. Él es una estrella. Él integrante más mujeriego según las revistas, programas. ¿En que se había convertido mi Harry? No lo sé. Tal vez… Fui yo, la que hirió sus sentimientos, o sólo yo había caído en las redes de él. Se que algún día tendré que decirle a Des, quien es su papá. Pero eso tendrá que esperar. Tal vez sea demasiado egoísta…
Me dirigía a la guardería de mi pequeña. Toqué el timbre.
Saludé a las maestras de mi niña, la abracé, le di un ruidoso y baboso beso en su mejilla, a lo que ella rió. La volví a abrazar, y la lleve directo a nuestro pequeño hogar.
Íbamos caminando, tomadas de las manos. Su pequeña y suave manito.
–¿Cómo te fue mi pequeña hermosura? – sonreí, y la miré. Esos ojos, eran el calco de Harry. Verdes, dos esmeraldas. Sin duda, mi pequeña, tenía los ojos más hermosos del mundo entero.
–Bien – sonrió – Mami, eres la más bonita de todo el universo ¿Sabes?
–Sí, claro –la miré para ver que es lo que quería –¿Qué es lo que quieres?
–Joah, llevó al jardín la nueva muñeca, y yo…Quiero una- hizo un puchero. ¿Cómo decirle que no? Sin embargo no podía pagarle ese juguete. Otro no. ¿Hace cuánto no le regalaba algo a mi bebé?
-Mami… por favor – miré al suelo apenada. No podría pagar las tres cuotas que le debía al departamento, si le hacía su capricho.
–¡Destiny! – alguien interrumpió la negativa respuesta, giré sobre mis talones al igual que mi pequeña. Era Morgan Osment. Mi mejor amiga, mi hermana. Ella amaba a Des, y siempre estuvo en todo, en las buenas y en las malas. Destiny corrió hacía ella, la cual estaba agachada para recibir el gran abrazo de su sobrina –¿Qué hacen aquí, par de locas? – mi amiga sonrió.
–Sólo íbamos a casa – le dije a mi amiga.
–Mamá me va a comprar una súper muñeca – dijo saltando, muy emocionada Des. ¿Cuándo le dije que sí? La desilusionaría. Más llanto de Destiny.
–Destiny… Yo nunca te dije que… - miré a Morgan para que me ayude. Ella sólo miró apenada a su sobrina, iba a proseguir…
– ¿Sabes?? Creo que hace mucho no te doy un regalo Des – sonrió mi amiga, para luego mirarme, yo sólo negué con la cabeza. No quiero que la gente me tenga pena, a mí o a Destiny.
–No, deja, yo se la compraré Morgan – Des, miraba emocionada la pequeña discusión.
–¡Mejor me compran las dos una muñeca! – ella empezó a aplaudir, y saltar de alegría. Yo y Morgan explotamos a carcajadas. Mi niña era toda una locura andante.
–No, sólo tu tía preferida te comprará la muñeca ¿Verdad ______? – ella me miró, y yo a regañadientes asentí. Sólo por esta vez.
–¡Genial tía! Si tu eres mi tía favorita. Aunque… Después de tía Danna, ella me compra más cosas – nuevamente mi amiga y yo echamos a reír, mientras que Destiny nos miraba confundida, y luego río, sólo porque quería seguirnos la corriente –¡Mami, todas las hermanas de mis amigas quieren los muñecos de…de…!
–¡Destiny! ¿Más juguetes? – sonreí, y negué –Eso no podrá ser pequeña, ¿El próximo mes quieres? – ella sonrió y asintió.
–¿Y qué muñecos quieres loquita? – preguntó mi amiga.
-Es… No me sale mucho pronunciarlo – dijo avergonzada mi linda niña – One… ¡One Direction! Eso mami eso… – ¿¡One Direction!? ¿En serio? Me sorprendí. ¡Mi Destiny quería un muñeco de Harry! ¡De su padre! Miré a Morgui en busca de ayuda, ella estaba igual de sorprendida que yo. ¿Tanto éxito habían tenido? ¡Claro, _____ ganaron dos pu.tos Brits, y más ¿Y crees que no son conocidos?!
–Son geniales. A Res le gusta uno... ¡Uno de rulos! ¡Henry! Creo… -rió. Destiny conocía a Harry. Mi corazón estaba por salirse de mi organismo. No podía hablar. Era obvio que Destiny sabría en algún momento la existencia de algún Harry Styles, cuando es super famoso.
–Harry… pequeña, es Harry – contestó Morgan, aun sorprendida. Cuando ella se enteró que Harry se iba a concursar en The X Factor, antes le dijo unos buenos y grandes insultos. El pobre chico, no sabía porque. Morgan sabía que el no sabía. Un enredo de palabras. Pero aun así, estaba porque él no se cuido… Y entonces yo tendría que cuidar a Des.
-¿A ti te gusta tía? – sonrió emocionada, yo le tome de la mano, avisando que ya nos íbamos. Morgan nos despidió, para luego continuar su camino. No sin antes decirme que luego tendríamos que hablar sobre esto.
–¡Hey! Le estaba preguntando a la tía algo – hizo puchero mi bella hijita.
–Ya no importa, solo que… ¡Vendrán los cinco a aquí ¡A esta ciudad! – yo paré en seco, y quede boca abierta. Ella tomaba mi mano y la empujaba para adelante, señalando que siguiéramos caminando. ¡Harry y los demás tontuelos vendrían a Holmes Chalpel! ¡Esto no puede estar sucediendo! ¡Esto no es real! ¡Destiny podría conocer a Harry! Harry podría… Podría conocer a Destiny.
–Des, tienes tres años. No puedes ir a un concierto – suspiró y siguieron caminando –Eres muy pequeña, y… Mamá no tiene suficiente dinero Destiny – la pequeña asintió.
–Esta bien – sonrió –Mami… Una pregunta - yo la miré, y asentí en señal de que prosiga –Res y Joah, tienen un papá… ¿Por qué yo no?
