1- Primer día.

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Me di una ultima mirada en el espejo, me veía lo menos desagradable que podía ¿Quien se ve bien un lunes? Además "el primer día" nunca ha sido el mejor para mi, alcé mi suéter negro y las heridas de ayer seguían a carne viva, mi piel extremadamente blanca hacía más difícil disimular las marcas en mis muñecas, arreglé un poco mi cabello, y ya está.

Mire la hora, mierda. Bajé corriendo las escaleras, tomé una manzana y un tarro de agua.- Pff desayunar es para mortales,- reí por lo estúpida que me veía hablándome a mi misma y lo literal de eso.

(...)

-¿Ya viste eso?-Dijo Kath con su emoción al natural.

-¿Que cosa?- dije tratando de encontrar a que se refería, mientras comía el ultimo bocado de mi manzana, tomó mi cara y la dirigió a hacía donde quería que se dirigiera mi atención, me encontré con unos hermosos ojos que no se podía diferenciar entre azul o verde, su cabello rubio desarreglado que lucía increíblemente bien, llegaba a sus hombros lo que lo hacía más atractivo aún , nariz fina, y labios gruesos, no sé cuanto llevaba detallandolo, ¡joder! si que es lindo.

Sentí cómo sus ojos se fijaban en los míos, y claramente el iba a ganar sosteniéndome la mirada porque yo ya estaba cómo un tomate andante, voltee donde estaba mi mejor amiga y fingí que nada pasó.

-Tiene lindos ojos ¿No?- Asentí.

-Lindos ojos, muy particulares. Ocultan mucho- terminé su frase.

-Suenas realmente segura.

-Lo estoy.

-¿Por qué?- Ladeó su cabeza para tener otra perspectiva de él.

-Por qué son igual a los míos, Kath.

-Pero que exagerada eres Jess, ¡Por eso estás jodidamente sola!

-Estoy jodidamente sola porque no me importa nadie de este jodido instituto, o este jodido pueblo en medio en la maldita nada.

-Ya está tarde, mejor iré a clases, de pronto tu actitud de "no dejo que ningún maldito hombre se me acerque" es contagiosa.-Kath tomó sus cosas y a lo lejos me puso en blanco los ojos.

-¡Que te den!- grité lo suficientemente alto para que ella escuchara.

-¡Ojalá!- gritó lo suficientemente alto cómo para escuchara todo el instituto, sí esa es mi mejor amiga, a lo lejos vi cómo su largo cabello crespo y su gran trasero se contoneaban hacía la salida de la cafetería.

Revisé mi nuevo horario, pero al instante con desinterés lo guardé, esperé que la cafetería empezara a desocuparse, porque no hay nada mejor que saltarse las clases en mi primer día, salí por la parte de atrás, caminé un poco y no pude evitar sentir la sensación que me perseguían, casi al final de campus, entré en el viejo edificio de la institución, finalmente llegué a mi "lugar secreto" la oficina que solía ser del director, pero hace 3 años que nadie pisaba ese edificio, ahí tenía unos cuantos libros y el viejo sofá del director es más de lo que podría pedir cuando no quiero entrar a clases, me puse mis audífonos pero un ruido me puso alerta al segundo, una sombra se ve por lo paneles.

Tomo el picaporte y lo giro sin titubear, me quedo estática pensando en el porqué estaría él aquí.

-¿Que haces aquí?- Pregunto nerviosa.

-Estaba siguiéndote- me dijo bastante despreocupado, con sus ojos que aún no podía descifrar si eran azules o verdes.

-¿Se supone que es una excusa para que no piense que eres un psicópata? No lo haces para nada bien.-Dije sarcástica, tratando de no sacar a flote lo realmente intimidada que estaba por esos malditamente hermosos ojos.

-Sólo te estoy respondiendo una pregunta. ¿Que es esto?- empezó a caminar por el lugar mientras yo me mantenía estática en mi posición- He visto cómo me mirabas hace un momento.

-No te estaba mirando a ti.- Bufé.

-¿Ah sí?

-Sí.

-¿Entonces sólo estás ruborizada cuando un potencial psicópata te sigue por un campus?- dijo con una mala replica de mi sarcasmo.

-Me ruborizo cuando alguien idiota está cerca. respondí ahora bastante enojada. 

-Debes mantener sonrojada viviendo contigo misma.

¿En que estamos, en la guardería? 

Fruncí el ceño esperando que se diera cuenta que no podría haber dicho algo más estúpido, rompió a carcajadas al ver mi cara seria y sólo pasaba por mi mente que sería malditamente genial tirarlo por las escaleras.

-¿Terminaste?- reclamé furiosa, realmente no podía creer cómo me ponía de malhumor con sólo un acto estúpido e infantil ¡Sin si quiera conocerlo!

Tomó un largo respiro y por fin habló- ¿Sabes que podrías estar en bastantes problemas por estar acá en este momento?

Me tiré al sofá a modo de despreocupación y asentí.

-Digamos que no diré nada, está mal visto que esté a solas con una alumna en un lugar que no tenía idea que existía.

Ahora fue mi momento de reírme hasta quedar sin aire ¿Profesor? Pfff, sí mucho me llevaba 2 años y yo aún no me gradúo.

Él espero con paciencia que mi ataque de risa terminara, y se limitó a dar una sonrisa de medio lado al ver que yo estaba casi en el piso sin aire, a decir verdad no comprendía porqué lo hacía, era cómo un simple impulso, tal vez una simple reacción nerviosa.

-Ya que por lo visto no me crees, digamos que guardaré el secreto, con una condición.

-¿Se podría saber cual? Profesor.-dije con mi imitación de una alumna de 5 años, con toda la madurez que la situación se tornaba.

-Que compartas este lugar conmigo.

-No- negué decidida- es mi lugar secreto, y no pienso compartirlo con un potencial psicópata que sigue a las personas.

-Pues ahora será nuestro lugar ¿O piensa mover el edificio de lugar señorita controladora?- rió.

-¡Yo no soy controladora!- lo logró, maldita sea, ahora sí me ha irritado

-Señorita malhumorada te quedaría mejor, alumna.- ahora sus ojos se tornaban más intensos y una sonrisa de victoria se asomaba por la comisura de sus labios, pero realmente no me importaba, no tendría que afecto alguno que aparte de ser un prospecto de psicópata también podría ser modelo fácilmente.

-Felicitaciones señor psicópata que sigue a las personas, no tengo idea de quien es usted, y ya colmó mi paciencia.

-No es un trabajo muy duro, malhumorada controladora.-sonrió, y sentí cómo mis pomulos se tornaban de un rojo intenso- Puedes decirme Math, o Mathew, no es que me moleste "psicópata que sigue personas" pero creo que es demasiado largo.

¿Te puedo llamar Adonis griego? Es que psicópata que está jodidamente follable es muy largo.

-Sí voy a compartir mi lugar, espero que no te importe conseguirte otro sofá- me voltee para señalar el que había en esa oficina- ese que ves ahí, es mío- sin dejarlo si quiera abrir la boca para reprochármelo seguí- si no te molesta, y sí te molesta no me importa dormiré hasta que pueda ir a comer.

Sin esperar ninguna respuesta me tumbé en el sofá, y sentí cómo caía en un sueño profundo casi al instante.

Burned in you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora