EL TIEMPO ES EL TESTIGO

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Mire mi despertador, aún era de noche. Iba a la cama temprano con la esperanza de dormirme y al otro día no se liberara una lucha entre levantarme o quedarme unido a mi cama durante más tiempo, pero esta vez no fue diferente, mire la hora y eran las 9:50 pm. Me levante de la cama, mi cabeza daba vueltas, y mi cuerpo se sentía tenso; me senté en una de las esquinas de mi cama, miraba a mi alrededor pero era complicado mantener la cabeza levantada, todo me dolía. Salí de mi cuarto y abrí la nevera, saque una vaso con agua y me tome una pasta...y ¿ahora qué? Me lo pregunte con la fe de tener una respuesta, el sueño se espantaba de mí, por mucho que contara ovejas saltando no me dormiría, prendí el computador para distraerme mientas la noche decidía terminar mi día.

Las redes sociales facilitan la comunicación entre personas que se encuentran lejos, pero también sirve para vigilar los movimientos de las personas que quieres o te interesan. Pero estoy seguro que no soy el único que se le arma un vacío, que se le acelera el corazón y su mente lo martiriza con pensamiento abstractos con el simple hecho de ver "en línea" a esa persona o un punto "verde" que indica que está disponible, está bajo nosotros que es lo que pensamos, pero lo que si frustra es no conocer las razones de porque no me habla, porque no un mensaje, un simple "hola", o alguna cosa, pero lo contrario las únicas veces que recibo un mensaje de su parte es advirtiéndome de que no le vaya hablar o no vaya a "pasarme del límite", es tan fácil pedirle alguien que se olvide o que deje atrás algún sentimiento, cuando todo se creó tan fuerte con simples palabras por pantallas, porque cuando lo veo de frente no somos capaces de sostenernos una mirada. Y sí cuando "lo veo", NO, "la veo", es porque este estúpido, juvenil escritor, se está presentado con un texto en donde refleja sus sentimiento por un chico, o para ser más general por chicos.

Estamos en el siglo XXI, donde los homosexuales se casan y adoptan hijos, donde se toman de la mano por la calle sin esperar que una horda de pueblerinos vayan detrás con antorchas y tridentes, el mundo se transforma, pero a estas alturas las miradas siguen doliendo, los nervios al saber que descubran lo inevitable surge, que te tiemble la voz cuando le confiesas a tu mejor amigo o amiga lo que de verdad te guste, pero también el consuelo que se siente cuando él o ella solo sonríen, pero siguen dando nervios, escribir tan libremente, y aun en estos tiempos es duro expresar lo que se siente tan fácil, por el miedo a que no sea lo "normal".

Pero esto son cuestiones que me aguanto, que son duras pero soportables, sabes ¿cuándo me duele? Cuando tenemos conversaciones a sí.

Yo: <<"si el día que lo vi por primera vez estaba en el horizonte, usted era el sol, uno que también sale de noche, uno que la misma luna lo envidia, y que posee una sonrisa tal, que con su complejidad hace que cualquier estrella se vea tan tenue, y unos ojos, que guardan un abismo en los cuales cualquier hombre moriría de intriga por saber que guardan... >>

Él: ahhh ya

O cuando le haces muchos escritos y para el simplemente son cosas digitadas sin ningún fundamento. Me frustra, me ensordece, me enloquece y últimamente me enfada, que siento como si navegara en el mar, cuando esta calmado me puedo acostar en él y que su marea me lleve poco a poco, pero a veces me controla, me consume y me intenta ahogar, a veces avanzo en el lecho su camino y luego me detiene... y me escribe algo como "me tengo que ir, hablamos después", pero yo lo leo como "no hablemos más, y volvemos hablarnos cuando usted me escriba" , así es como paso de estar embarcado en un mar o estar estancado en un desierto, en uno donde el único oasis seria su voz, en uno donde la única motivación seria ver su sonrisa, esa sonrisa que para él es demasiado imperfecta, una de la que se preocupa cada día más, una con la que me teníamos conversaciones de horas completas, pero a mi realmente no me importaba si para hablar con él me tenía que ser de estos temas, lo único era poder saber que al otro lado de una red social se encontraba él, esperando un mensaje y sonriendo cuando echaba alguno de mis chistes malos.

PARTITURAS  DE UN JOVENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora